Integrantes del Colectivo Buscando a Atolano, desde el pasado domingo 12 de mayo, comenzaron con las labores de búsqueda de cuerpos sepultados en una reconocida zona de la ciudad fronteriza de Tijuana, derivado de una denuncia anónima, sobre fétidos olores en la zona, al pensar que podría tratarse de cadáveres en descomposición.
El hallazgo de una fosa clandestina en un terreno desocupado dentro de Infonavit Cachanillas, justo frente a una institución educativa, conmocionó a la localidad al revelarse el descubrimiento de cinco cuerpos sepultados.
Gracias a la intervención del colectivo Buscando a Atolano, quienes actuaron basados en pistas anónimas que apuntaban a la existencia de sepulcros ilegales en esa zona, estos sucesos pudieron concretarse desde el pasado.
La pesquisa inicial condujo a la localización de restos humanos a un aproximado de diez metros de distancia del primer indicio, incluyendo dos cráneos, sin que se haya confirmado su conexión con los cuerpos inicialmente encontrados.
“Cuatro osamentas completas, a las cuales les faltaban las cabezas y los pies. Y una osamenta completa”, relató Bárbara Martínez, encargada del colectivo.
Los miembros de Buscando a Atolano, fundamentados en su experiencia en búsquedas previas, estiman que los fallecidos llevan entre ocho meses y un año enterrados. No obstante, corresponderá a la Dirección de Servicios Periciales establecer la antigüedad exacta de los restos, a través de análisis forenses detallados.
El que se haya encontrado la fosa en esa zona, cree que fue gracias a que “los colectivos andamos en cerros, entonces lo que ya están optando es por enterrarlos en lotes baldíos o en casa particulares”, indicó.
Entre las víctimas se identificó a una mujer, cuyo hallazgo fue inesperado para los investigadores, especialmente porque los esqueletos fueron encontrados con las cabezas separadas del resto del cuerpo.
Fernando Damián Sánchez Ramos, un activo participante del grupo y que lleva dos años en la búsqueda de su cuñado Gerardo González Ayala, resaltó lo impactante de este hecho. La comunidad de Tijuana y los colectivos de búsqueda siguen esperando respuestas y justicia para las víctimas y sus familias.
“En lo personal no me había tocado encontrar a una mujer en algún lugar, alguna osamenta. El encontrar los cráneos tan separados de cuerpos”, refirió uno de los buscadores en una entrevista.
Mientras tanto, las autoridades continúan investigando para identificar a las víctimas y esclarecer las circunstancias que rodearon su muerte y sepultura clandestina, es por ello que habría que esperar a más avances sobre los exámenes de ADN.
(Agencias)