Aunque la Administración del Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) señala al Cártel de Sinaloa como el principal responsable de producir “la droga más letal que Estados Unidos haya enfrentado jamás” ―el fentanilo―, la organización criminal también es culpable de la producción de otros estupefacientes e incluso de cócteles, como el famoso ‘Tusi’, altamente popular en Europa.
Así lo dio a conocer la agencia antidrogas a través de su reporte Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2024, publicado el 9 de mayo.
Sin embargo, parte de su fortuna también es consecuencia de la producción y distribución de drogas no sintéticas, como la cocaína, heroína y marihuana.
En el reporte, la DEA también revela que el Cártel de Sinaloa “siempre busca lucrar con las tendencias de drogas ilegales del momento”, como el ‘Tusi’, un cóctel de estupefacientes de color rosa; es decir, la mezcla de dos o más drogas ilegales.
“Se consume principalmente en los clubes nocturnos de las principales ciudades metropolitanas”, refiere la agencia de EEUU.
Éstas son las drogas que contiene el ‘Tusi’
El ‘Tusi’ es un término que originalmente fue empleado para la droga alucinógena sintética 2C-B, derivada de la familia de fenetilaminas. No obstante, hoy en día se utiliza para referirse a la mezcla de cocaína, metanfetamina y ketamina.
Acorde con la DEA, hasta la fecha el gobierno de México no ha revelado el aseguramiento de ningún laboratorio ‘Tusi’, pero advierte que el Cártel de Sinaloa importa grandes cantidades de ketamina desde China para la producción de este cóctel.
Según datos de El Mundo, el gramo de esta mezcla cuesta entre 60 y 100 euros en las principales ciudades de Europa ―aproximadamente 1,085/1,808 pesos mexicanos con el tipo de cambio actual―.
La droga incluso ha sido citada en canciones del popular cantante de narcocorridos Peso Pluma.
¿Qué es la ketamina, medicamento que se incluye en el ‘Tusi’?
La ketamina es un medicamento utilizado principalmente por su acción anestésica en procedimientos médicos y veterinarios. Aunque es eficaz en la práctica clínica, su uso recreativo ha crecido, lo cual conlleva riesgos significativos para la salud.
Ingerida en dosis superiores a las médicamente recomendadas, la ketamina puede causar efectos disociativos, alterando la percepción del tiempo y el espacio, y generando sensaciones de distanciamiento del propio cuerpo. Aunque algunos buscan estos efectos por motivos recreativos, el abuso de ketamina puede llevar a consecuencias graves, incluida la dependencia.
Los peligros del consumo de ketamina abarcan desde efectos psicológicos, como ansiedad, paranoia y episodios psicóticos, hasta problemas físicos graves.
Entre estos últimos se incluyen dificultades respiratorias, elevación de la presión arterial, problemas renales como la cistitis inducida por ketamina, e incluso daño hepático a largo plazo.
(Agencias)