¡Fracasado!

Yo Campesino

•El ganso destila amargura por el fiasco que resultó su administración, se irá más resentido

Miguel A. Rocha Valencia
En vez de irse satisfecho por “sus logros” parece que el tlatoani tabasqueño se irá a La Chingada más resentido y con más telarañas de las que tenía cuando asumió el poder con sueños de grandeza y ambiciones transexenales.
Y es que encontró un país ciertamente con problemas los cuales conocía y fueron parte de la plataforma que lo llevó a ganar con 30 millones de votos especialmente en materia de corrupción, injerencia de las fuerzas armadas en la vida pública, violaciones reiteradas de derechos Humanos, abusos del poder, corrupción generalizada y desde luego, una matazón a lo largo y ancho del país, hechos todos que a diario fueron denunciados por los medios de comunicación, esos a los cuales hoy sataniza.
Lo mismo ocurrió con Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad cuyos estudios y análisis fueron usados para hacer pública la podredumbre de los gobiernos anteriores o los libros que como muchos periodistas, incluyendo al que escribe, señalaron a Genaro García Luna como el capo de capos.
Hoy que los mismos periodistas, activistas o analistas sacan a la luz los pecados del caudillo, familia y su gavilla, el ganso enfurece, se lanza como siempre, de manera atrabiliaria contra sus críticos y los lanza con epítetos cobardes y bajos a la hoguera de su santa inquisición instalada en Palacio Nacional.
Algunos dicen que está fuera de sí y señalan como principal causa el que las cosas a futuro no se ven claras en lo electoral, otros que su plan de Maximato está fracasado y unos más porque tiene miedo a lo que le espera ya sin el poder, sin abusar de él, sin la tribuna que lo mantiene todos los días en la boca del imaginario colectivo y lo convierte en la vox populi y por lo tanto, en la vox Dei.
Para otros y entre ellos me apunto, es todo, un fracaso rotundo, desde sus sueños de grandeza, de cimentar un sistema político-económico que por la dimensión de nuestro país no es posible y porque en vez de pasar a la historia como uno de los más importantes presidentes o al menos como el hacedor de un proyecto que nos catapultó hacia “arriba y adelante”, nos puso al borde del precipicio económico, nos dividió como sociedad y nos deja con muchos más rezagos que los recibidos al inicio de su administración.
Justifica todos los fracasos, desde una aerolínea que no “vuela” y ve lejano el momento de ser autosuficiente lo mismo que un AIFA incapaz de sostenerse a sí mismo mientras enfrente se laza un fantasma de un NAIM que pudo catapultar nuestra economía, y un tren Maya destinado al fracaso, convertido sin terminar, en elefante blanco sin futuro comercial o económico.
Ni siquiera sus promesas nórdicas en materia de salud tuvieron asomo de éxito, con un Insabi que sólo excluyó de la salud a 50 millones de mexicanos y que tiró a la basura más de 180 mil millones de pesos en tanto que la súper farmacia cuyo mantenimiento acumula pérdidas y gastos inútiles, no pasa de atender tres recetas ¡al día! Mientras el desabasto crece hasta en los grandes hospitales públicos como La Raza.
Pero si de fracasos se trata hay dos que sobresalen y según sus palabras debieron resolverse al asumir el poder: inseguridad y corrupción.
Seguramente entre sus planes de repartir abrazos a los criminales o acusarlos con sus abuelitas estaba el que los hampones se dijeran satisfechos y dejaran de asesinar, robar, extorsionar, traficar, secuestrar y sojuzgar. Hoy no hay región del país donde no se pague derecho de piso, se pague por trabajar, producir en el campo o por vivir en paz.
Y aunque el mesías tropical diga que hay menos violencia, la verdad es que hoy se denuncia menos por el aumento de la impunidad. Los asesinatos se acumulan, ya el promedio supera los 80 diarios, lo más reciente, la masacre de nueve en Zacatecas y los 10 de un día antes.
Con ello los índices de criminalidad crecen, aunque como el ganso y “sus gobernadores” digan que todo va bien y se “consolida un sistema de seguridad”.
De la corrupción, tuvo que traer un caso cobarde y vil como el de María Amparo Casar para tratar de encubrir la impunidad en Segalmex, la de Eréndira Sandoval, Rocío Nahle, la de sus hijos, hermanos y otros familiares.
Como si eso fuera poco, el machuchón de Palacio hizo cómplices a los militares a quienes en vez de meter a los cuarteles les repartió decenas de responsabilidades administrativas por las que cobran, les entregó obra, dinero a manos llenas por las cuales no tienen que rendir cuentas.
¿Y cuál fue la disculpa? Que encontró un país con altos índices de corrupción y violencia. Justo en lo que se trepó para llegar al poder.
Ahora como paradoja dice que el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, aportará para integrar la “polla” con la cual, junto con los 40 mil millones de las afores confiscadas, asegurar el pago de pensiones mínimos de 16 mil 700 pesos mensuales “hasta donde alcance” porque ni el AIFA o el Tren Maya, van a aportar y si sale una utilidad, será para los militares porque a ellos se los regaló.

¿Más fracasos? No hay tanto espacio.

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