¿Amnesia o docilidad?

Punto de Vista

 

Por Jesús Michel Narváez

 

Octavio Romero Oropeza, lo ventaneó. Y pasaron tres largos días, 72 horas, para que el mencionado saliera a decir su versión: “Yo confío plenamente en la buena memoria del presidente, tiene 20 años menos que yo y tiene mucha mejor memoria, yo no recuerdo esa reunión, pero no niego que haya sucedido, pudo haber sucedido, él la menciona, yo en este momento no la recuerdo, pero sí puedo decir que tratamos el asunto con toda seguridad”.

La disciplina se entendería en un hombre cuya carrera política ha transcurrido del conservadurismo al cambio para “hacer historia”. Sin embargo, ante la docilidad está la dignidad. De paso, hay que mencionar que en la administración Andrés Manuel López en el Distrito Federal, la Procuraduría y el Registro Civil dependían -el RC todavía- del gobierno central.

Esto a colación porque el desmemoriado afirmó que “no tiene nada que ver con el acta de defunción, ya que ese documento lo expide el Registro Civil”. Entonces habrá que buscar al director o directora de la institución de ese tiempo. También era empleada del hoy presidente de México.

En una larga entrevista con Carmen Aristegui, transmitida en vivo, el hoy consejero de la Judicatura, cargos al que llegó a propuesta de su amigo López después de que el Senado no lo aprobó como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dejó ver, no entrelíneas, que su lealtad está por encima de la verdad.

El cierre del gobierno actual será un huracán. Para justificar acciones fallidas, surgen las cortinas de humo para cubrirlas. Sin embargo, el humo se disipa y queda al descubierto el efecto bumerang.

Según el señor López -cuya memoria sorprende al desmemoriado exprocurador del Distrito Federal- un acto de corrupción debe hacerse público. Cuestiona que sea “delito darlo a la publicidad” y se pasa, como de costumbre, la ley por el arco de la derrota.

Mientras más se acerque el día de la elección, como intento de buen mago, sacará de la chistera todo lo que crea, aunque no se cierto, le beneficiará ante los ojos del pueblo bueno. Ninguna sorpresa sería el anuncio de que la Interpol emitió la ficha roja en contra de Enrique Peña Nieto y, si bien no se ejecutará, sí hará el suficiente ruido para demostrar que él, el dueño del poder, no tiene pacto con políticos. Los tiene con innombrables.

Durante cinco años y meses, ha mentido y engañado con aquello que en su “corazón no anida la venganza” y que no odia, perdona y cambia de opinión porque, como sabio que es, tiene ese privilegio.

Entre más ruido haga y avance en su labor de zapa en contra de los comunicadores, supondrá que gana otra batalla. Seguramente en los libros de historia que comenzarán a escribirse al término de su gestión, se reescribirá la frase de Zaragoza y se llenará de orgullo, con el pecho henchido. Sin embargo, habrá ganado otra batalla y finalmente perderá la guerra. No vivirá para reclamar a los historiadores. Su estado de salud no es de lo mejor y con los berrinches que realiza todos los días, poco hígado le quedará.

El escándalo por la “corrupción, el cinismo” de María Amparo Casar, debe obligar al jefe de gobierno sustituto averiguar quién dirigía el Registro Civil cuando se extendió el acta de defunción. Y para subirse al podio, encarcelarlo.

¡Faltaba menos!

Por lo pronto, habrá que recetar tratamiento para combatir la senilidad del desmemoriado señor Bátiz Vázquez. Claro, si en la superfarmacia hay los fármacos necesarios.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

 

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