¿Víctima a Victimario?
HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO
“Confesiones”, película dirigida por Carlos Carrera, con la actuación de Juan Manuel Bernal (el vengador), Claudia Ramírez (la madre), Luis Gnecco (el padre), Emilio Treviño (el hijo) y Ana Claudia Talancón (la esposa); se estrenó el 2 de noviembre de 2023 en cines de México.
La familia Olmos Sahagún pertenece a la clase acomodada de la Ciudad de México, pero está conmocionada por la desaparición de su hija pequeña; por la noche, uno de los captores llega a la casa, pero no es dinero lo que quiere, ha venido por una confesión. Alguien de la familia oculta una atrocidad, y el captor los obligará a revelar las cosas más terribles que cada uno ha hecho en su vida.
La cinta es una versión libre de la película española “Bajo la rosa” (2017) escrita y dirigida por Josué Ramos; ahora, la historia se traslada a una familia mexicana en decadencia, que ante los demás aparenta tener una alta moralidad; la venganza como justicia de propia mano es el tema central de la trama.
UN DÍA DE ÉSTOS
Es un día entre semana común a cualquier día, cada miembro de la familia se prepara para desayunar, luego los hijos irán a la escuela y los papás a trabajar, y aunque sus miembros conviven entre sí e incluso bromean, es evidente que hay una frialdad inmersa; ese hogar hay un vacío que contrasta con la opulencia de las paredes, los muebles y los decorados.
La felicidad, si es que la hay, está en cada miembro, es una felicidad no compartida sino egoísta; cada quien ve por sus propios intereses, tan es así que los padres delegan en el hijo mayor, apenas un adolescente de preparatoria, que lleve a la escuela primaria a la hija menor, tal vez sea la condición para darle un vehículo.
El egoísmo está en los adultos, ninguno de ellos se hace responsable de recoger a la menor y cuando todos llegan a casa por la tarde, se dan cuenta que nadie fue por ella.
Si hay egoísmo entre los miembros de la familia qué se puede esperar para la servidumbre; la señora que los asiste desde hace años, necesita hacer un viaje por motivos personales, pero sólo le permiten faltar ese día.
LA PRIMERA
CONFESIÓN
Cuando llega el hijo de familia se dan cuenta que la menor no entró a clases, y que éste siempre la deja a unas calles cerca de la escuela para no demorar más de diez minutos. Pronto reciben una llamada y la visita del vengador que llega a la casa de la familia para discutir su regreso. Los términos no son monetarios, sino una confesión de un miembro de la familia que ha cometido un acto atroz.
El padre confiesa, sin mucho remordimiento, que como dentista en ocasiones da un falso diagnóstico a fin de realizar extracciones de piezas dentales y poder cobrar más de lo debido, pero que eso ha ayudado a tener una vida mejor para su familia.
La madre y el hijo lo escuchan, pero parece no sentirse avergonzados por esa falta de ética del padre de familia, una vez más: si algo no me daña, entonces no me importa.
El vengador pide al propio padre que determine que castigo merece, éste señala que devolverá el dinero mal habido y pedirá una disculpa, pero el vengador no busca un acto de redención sino una retribución, si has hecho un mal debes tener a cambio otro mal, así que la punición será que el padre se saque una muela, y para que sea algo ejemplar lo hará sin anestesia.
LA SEGUNDA
CONFESIÓN
El vengador señala que no es la confesión que esperaba, así que ahora le pregunta al hijo si tiene algo verdaderamente que confesar; el joven señala que en una reunión llevaron a un homosexual con quien su mejor amigo se estuvo besando, y que al verlo le dio coraje por lo que golpeó despiadadamente al sexoservidor, pero es tanta la presión del vengador, que el joven termina confesando que lo golpeó porque realmente está enamorado de su amigo, ya que es gay.
Ahora viene la penitencia, el joven propone resarcir el daño, pero no es lo que quiere el vengador, sino que lo obliga a desnudarse frente a sus padres, y que admita que es homosexual, para ello le toma un video que subirá a sus redes sociales.
El joven está sumamente apenado, se le ve llorando y consternado, lo más seguro es que su entorno familiar y social sea homofóbico, y que él mismo se conduzca así, por lo cual sabe que su mundo se vendrá abajo.
La verdad es que ser homosexual no tiene nada de malo, pero ser homofóbico si lo es.
LA TERCERA
CONFESIÓN
De nueva cuenta el vengador señala que no es la confesión que espera, así que ahora es turno de la madre, quien sin pudor ni arrepentimiento alguno confiesa que cuando ingreso a la escuela en la que trabaja, el director le prometió ascenderla y darle una plaza de base a cambio de favores sexuales; ella ya estaba embarazada de su primer hijo, aunque no se notaba; así que accedió, pues el sueldo de su marido no alcanzaba.
Esta confesión es verdaderamente incómoda para los demás miembros de la familia, y ahora vendrá la condena, tanto el padre como el hijo piensan que el vengador abusará sexualmente de la madre, pero éste les recrimina y les dice que no es ningún degenerado, así que la madre tiene un límite de tiempo para encontrar a alguien con quien tener sexo oral.
La víctima de la madre es un hombre en situación de calle, así que en presencia de todos ella cumple con su castigo.
LA CUARTA
CONFESIÓN
El vengador realmente sabe la confesión que está buscando, así que da pistas al responsable para que sepa que el confesionario es de lo más escrupuloso.
Uno por uno, cada miembro de la familia revela sus secretos más profundos e impactantes; confesión por confesión, el intruso los expone y se dan cuenta que en verdad no son perfectos ni moralmente aceptables; no hay que perderse en el cliché de “los ricos son malos y merecen la humillación”, pues todos tienen secretos y el espectador no puede dejar de pensar qué sentiría si a la fuerza lo expusieran y le obligaran a develarlos.
Es fácil pensar que, ante un acto arbitrario, abusivo o injusto, es difícil encontrar justicia por las vías normales en un sistema legal, y así surge la tentación de hacer justicia por propia mano, pero ¿hasta dónde llega la autoridad para juzgar y castigar a los demás? ¿Realmente el vengador es el villano de la cinta o tiene motivos justos para torturar a sus víctimas psicológicamente? o, ¿las víctimas realmente lo son o merecen esa noche de pesadilla?
Una cinta para la reflexión, pero sobre todo para confesar…