A la Vuelta de la Esquina
IVÁN RUIZ FLORES
En México desde siempre ha quedado demostrada la existencia de la delincuencia política, así como de los delitos cometidos por los poderosos desde sus atalayas y respaldados por partidos y militantes (los que no están de acuerdo renuncian).
Sin embargo, en el siglo XXI los grupos criminales tienen a su vez un papel político, por cierto, otorgado por los propios gobiernos, como es el caso del actual.
Ese rol político lo ejercen, inclusive en campañas políticas con la anuencia de gobernantes, partidos y candidatos, como fue el caso de la aspirante Carla Sheinbaum en su recorrido por Chiapas.
¿A qué grupo pertenecían los encapuchados que la detuvieron la semana pasada para darle su apoyo? Hay especulaciones y algunas apuntan hacia el Cartel de Sinaloa, ya que casi al mismo tiempo ocurría la detención del hermano del máximo líder del Cartel Jalisco Nueva Generación (Abraham Oseguera Cervantes) y, como se sabe ambos pelean actualmente por el estado de Chiapas.
Dicen los expertos al explicar la delincuencia política (la de los grillos de toda una vida), que la misma “…no obra en el vacío, no es una mera abstracción, no se construye arbitrariamente, sino que es fruto de una estructura social que la crea y recrea. Esto es, tiene su base material en un marco institucional que la bosqueja más allá de las normas establecidas. La delincuencia política, por su sistematicidad, permanencia, calado y sustentación, forja una subcultura del delito que desborda la cultura de la sociedad. Su asiduidad, su recurrencia es tal que hace que la misma aparezca como normal y la normal se relieve como excepción y como anormalidad en extinción”. (Cándido Mercedes, publicado en Acento, en 2015).
Hoy, Celine González y Sandra Ley dan a conocer en México Evalúa, a través de su trabajo “¿Cómo Vulnera el Crimen Organizado las elecciones y los gobiernos municipales?” la intervención electoral de los delincuentes.
“El inicio de las campañas electorales a nivel local en México ha revelado, una vez más, el papel político de los grupos criminales. Tan solo entre enero y marzo del presente año, se registraron más de 30 ataques a precandidatos y candidatos, incluyendo asesinatos, ataques, secuestros, desapariciones y amenazas. Éstos se suman a las más de 100 agresiones a autoridades y funcionarios públicos durante el mismo periodo. No es un fenómeno nuevo. A lo largo de casi dos décadas, los grupos criminales en México han diversificado e intensificado sus estrategias para incidir en la política local.
“En años más recientes, además, se observa un incremento en la violencia dirigida contra actores políticos. Los objetivos primordiales de estos atentados son: establecer redes de protección entre las futuras autoridades electas, incidir en el nombramiento de funcionarios de seguridad y justicia, acceder a recursos públicos, e influir en el diseño e implementación de la política pública”.
LOS ATAQUES CONTRA
ACTORES POLITICOS
En su excelente trabajo ellas analizan los ataques acumulados de 2018 a 2023 y aseguran:
“Se contabilizaron 1,373 ataques del crimen contra actores políticos —incluyendo amenazas, atentados, ataques armados, desapariciones, secuestros y asesinatos—, principalmente concentrados en los periodos electorales de 2018 y 2021, junto con una tendencia sostenida al alza en 2022 y 2023, en casi todo el territorio nacional.
“En conjunto, los ataques resultaron en más de 1,600 víctimas, entre autoridades electas, personas candidatas, militantes de partidos, funcionarias públicas y sus círculos más cercanos. Resalta que las personas candidatas e integrantes de partidos políticos son más violentadas justo durante los meses de campañas y elecciones. En cambio, fuera del ciclo electoral, quienes sufren más eventos violentos son sobre todo autoridades popularmente electas como alcaldes, síndicos, regidores, entre otros.
“Después de las elecciones de 2022 y en el transcurso de 2023 los ataques contra personas funcionarias en el área de seguridad, en la administración pública municipal (secretarios municipales, tesoreros, directores de dependencias del gobierno, etc.) y los familiares de todos los grupos anteriores, han aumentado considerablemente”.
En el trabajo de las investigadoras se exhibe la real actuación de los criminales en México. De ahí que los hechos que estamos viviendo de asesinatos de candidatos y sus simpatizantes, son apenas una pequeña parte de lo que falta conocer hasta el 2 de junio próximo e, inclusive, algunas semanas posteriores al proceso electoral.
La delincuencia político-criminal sigue su marcha y desgraciadamente se cuelga pendones en esta etapa electoral de 2024.
Suman ya aproximadamente 40 asesinatos de aspirantes a una posición político-electoral.
Y seguimos contando…
Tristemente, la sangre seguirá corriendo porque como señalan las investigadoras:
“Una vez pasado el proceso electoral, las nuevas autoridades electas y sus gabinetes continúan siendo un objetivo clave de la violencia político-criminal. La coerción del crimen organizado pervierte la posibilidad de implementar una política pública efectiva para atender la inseguridad. Nuestro análisis del conjunto del periodo 2018-2023 muestra que la tasa de homicidios a nivel municipal está relacionada con un mayor número de ataques contra personas funcionarias en el año previo”.
Esas tenemos pues en México.