RAÚL MONDRAGÓN von BERTRAB
“La libertad de uno termina cuando comienza la libertad del otro.”
-Juan Jacobo Rousseau, polímata suizofrancòfono, escritor,
pedagogo, filósofo, músico, botánico y naturalista.
“From the river to the sea, Gaza will be free.”
[Desde el rìo hasta el mar, Gaza será libre.] La traducción es nuestra.
-Cántico de la Muslim Student Association (MSA)
en las recientes protestas antisemitas
en las universidades de Nueva York.
«AL: -Why is it you were once able to take Mexico City in three months with 5000 men and we have been unable to take Richmond with 100,000 men?
WS: -Will tell you» -said General Scott- The men who took us to Mexico City are the same men that are keeping us out of Richmond.»
-Conversaciòn entre el Presidente Abraham Lincoln
y el General Winfield Scott.
Traducida al derecho, la frase del revolucionario francés significa que mi derecho, en otra acepción de la palabra, termina donde comienza el tuyo, querido lector. No hay mejor ejemplo que las leyes antitabaco, donde por placentero que sea para el fumador encender un cigarro y darle esa primera fumada, seguida de una liberadora bocanada, esto no debería suponer molestia alguna para el que se encuentra a su lado y ha optado por la saludable vía del no fumar. Cuando aquel fuma en un recinto, ni debe ni puede hacer fumar pasivamente a niños, ancianos, enfermos y personas a las que no les gusta o no les favorece el tabaco aspirado.
Lo que acontece en estos días en las prestigiosas universidades norteamericanas es un absurdo jurídico que solo se explica por esa dicotomía que permite la coexistencia de un enérgico cumplimiento de la ley ante su mínima transgresión, con la tolerancia del vandalismo y la agresividad de impertérritos con agenda cobijados por las veintisiete enmiendas a la Constitución estadounidense, entre las que se encuentran las libertades de religión, de expresión, de prensa, de reunión y de petición (Primera Enmienda); y el derecho a portar armas (Segunda Enmienda).
La desinformada borregada radicalizada por fanáticos que defiende la causa palestina, sin detenerse a entender el modus operandi de Hamas o el derecho a la represalia beligerante de Israel tras la provocación del 7 de octubre de 2023, dista mucho del episodio de valiente protesta protagonizado por la afroamericana Rosa Louise McCauley Parks, la emblemática activista por los derechos civiles y políticos en los Estados Unidos, quien el 1° de diciembre de 1955 fue detenida por negarse a ceder su asiento en un autobús a una persona caucásica, con fundamento en la ley de segregación racial en el transporte público, que gracias a ella terminó siendo declarada como institucional por la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Por el contrario, la propagación del antisemitismo que ha llevado a la Universidad de Columbia, institución educativa tan popular a nivel mundial que es el origen de las tazas de souvenir en el aeropuerto de Bogotá con la leyenda IT’S COLOMBIA, NOT COLUMBIA, a restringir la entrada a su profesorado judío so pretexto de evitar que las protestas escalen, sí se asemeja mucho a la purga que comenzó en la primavera de 1933 dentro de las universidades alemanas, donde pléyades de profesores fueron dados de baja por razones antisemitas.
La buena noticia ante ante lo que sucede en Columbia, la Universidad de Nueva York (NYU), Yale y otras universidades en Nueva York, es que el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), la policía local, es una de las mejor preparadas del mundo para enfrentar escenarios de crisis. En NYU arrestaron a 100 manifestantes, con mano dura, logrando una inmediata desescalada.
Las malas nuevas no son solo el incremento en ataques físicos antisemitas en Nueva York o la polarización social que el conflicto ha intensificado, sino el avance de la agenda islamista, del integrismo musulmán que declara abiertamente la intención de ganar con los números y la inmigración, erosionando desde dentro el estilo de vida occidental.
El Plan de la Hermandad Musulmana, un documento publicado en 1991 que fue presentado como prueba en el proceso contra la Fundación Tierra Santa, en el cual 108 sentencias fueron dictadas contra individuos o entidades acusados de proveer apoyo material a Hamas, designada como organización terrorista extranjera, es una detallada estrategia a 100 años para infiltrar y dominar a Occidente y establecer un gobierno islàmico en la tierra.
La MSA o Sociedad Musulmana de Estudiantes es una de las 29 organizaciones mencionadas en el plan para implementar dicha estrategia. Coincidentemente, la MSA tiene su capítulo más nutrido en NYU.
En este ambiente de tensión y donde Occidente debería hacer frente común ante la amenaza de Oriente, donde el socio minoritario debería aprovechar la vecindad y estrechar la cercanía, el presidente de México dedicó 42 minutos de su “mañanera” a provocar al gobierno de los Estados Unidos por el informe de derechos humanos publicado por el vecino país, criticando la doble moral en el contexto de las protestas espejo de las de Nueva York pero en la Universidad de Texas y recordando las invasiones de EE.UU. al territorio mexicano, donde a decir del presidente supuestamente más letrado en historia que hemos tenido, en una de la ocasiones nos quitaron “la mitad de nuestro territorio”. En una especie de refrito de Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades (2022), el profundo, brillante y prematuro canto del cisne de González Iñárritu, y adelantando otra agenda antioccidental, la del Foro de São Paulo, López Obrador se envuelve una vez más en la bandera tricolor y dirige y estelariza Burdo, verdadero monólogo de un montón de mentiras (2018-2024).
