NIDIA MARIN
Forma parte de la triada que veneran los narcos (la Santa Muerte, Jesús Malverde y dizque Nazario Moreno), más allá de que el verdadero pueblo mexicano (no la élite desvergonzada) sólo reconozca a la “loca de la hoz”, hoy apapachada desde Palacio Nacional en esa que pareciera es una inevitable afinidad con quienes galopan fuera de la ley y han rendido frutos económicos a los actuales funcionarios.
Sí, esa imagen (hoy desfilando por el país en camisetas que develan la verdadera historia de la llegada al poder del tipo que ya se va) exhibe para mexicanos y extranjeros, tirios y troyanos, la esencia de la frase “abrazos, no balazos”, seguramente dictada por la huesuda para que se utilizara como pretexto de brazos caídos contra el crimen, durante el sexenio, desde el principal púlpito de la nación.
¿Y por qué la Santa Muerte sería elegida como patrona por los narcos?
Por desvergonzada, indudablemente, ya que las fiestas de esta patrona aceptada por la Iglesia Católica de Chetumal, de acuerdo a los expertos en esas celebraciones, como Antonio Higuera-Bonfil, aseguran…
“Una vez que se celebra la misa, comienza el baile, la música tropical domina la escena y las parejas suelen disfrutar de su ritmo caribeño. Desde ese momento se consume alcohol a discreción. Hacia la medianoche, la primera imagen que tuvo el templo sale a bailar y tanto hombres como mujeres toman turno para danzar con ella. El círculo de bailarines corea a quien hace de pareja de la Santa y ella pasa de mano en mano hasta que no hay nadie más que desee seguir.
“Luego, la imagen es colocada en una silla en el patio central del local y uno a uno varios hombres escenifican bailes eróticos para ella. La dinámica que se reproduce es la del striptease, en la que quien baila intenta complacer a la Santa; suele ser común que los danzantes se quiten varias prendas de ropa, aventándosela a la imagen y al público, que las recibe con algarabía. Debe señalarse que, durante las fiestas de 2012, 2013 y 2014 también hubo espontáneos que hicieron playback de alguna canción o bailaron; la mayoría de estos participantes eran homosexuales y sus escenificaciones subieron el tono de la fiesta, lo que fue coreado por los presentes.
“La cena, que es obsequiada a los presentes, y el alcohol que se adquiere por cuenta propia, suelen ser combustible seguro para que la fiesta siga hasta la madrugada…”
¿En síntesis es una santa desvergonzada?, se preguntarán muchos católicos…
Y la respuesta desparpajada de un católico mueve a reflexión:
“¡Ella no! ¡Es sólo un instrumento! Los desvergonzados son sus fanáticos… como ya saben quién, que no pudo evitar acomodarse como vieja gorda con canasta en lo que le conviene… sí como los narcos que hoy dominan no sólo parte de Quintana Roo, sino de Chiapas…”
El estudioso de la investigación “Fiestas en Honor a la Santa Muerte en el Caribe Mexicano”, publicado por Scielo Analytics en 2015, señala, además:
“La parroquia del Señor de la Misericordia y la Santa Muerte parecería no ajustar su proceder con la dimensión eclesiástico-institucional, pues está adscrita a una iglesia en forma. Sin embargo, la Iglesia Católica Tradicional México-Estados Unidos es, en realidad, una alternativa frente a la posición oficial de la Iglesia católica apostólica romana. Asimismo, si bien no todos sus miembros tienen una posición económica, política o cultural marginal, el estigma que pesa sobre esta adscripción religiosa en particular les coloca, como comunidad de fe, en una posición permanentemente cuestionada, estigmatizada y considerada por la sociedad mayoritaria como marginal”.
En fin, que vale la pena leer el acucioso trabajo de Antonio Higuera Bonfil.
Pero también reflexionar en la militancia religiosa acomodaticia, convenenciera, desvergonzada y… de lágrima, que se exhibe desde Palacio Nacional, así como su narco-proselitismo.
¡Habrá visto usted lector (a) algo similar en algún presidente mexicano!
¡Ufff!
Foto: Wikipedia
