El Gran Dilema Comunitario del Futuro

Tommy Orange, Ni aquí ni allí. Alianza de Novelas, Barcelona, 2018. 312 páginas

 

DAVID MARKLIMO

 

Hará cosa de unas semanas, el diario The New York Times publicó una nota sobre cómo había asombrado la novela Ni aquí ni allí en los jóvenes de bachillerato. Es una novela que se publicó en el 2018, sin mucha publicidad, pues era la primera obra del autor Tommy Orange. Varios años después, la novela se ha convertido en toda una referencia de la cultura norteamericana, al tratar a las minorías más olvidadas, la de los indígenas. Vamos a ver su angustia, su ansiedad, su sentido de felicidad. Algo, al fin y al cabo, con lo que cualquier alumno de bachillerato podría sentirse identificado.

La historia con doce personajes que participan en el PowWow de Oakland, una especie de reunión anual donde los indígenas norteamericanos recuerdan  quienes son, de donde vienen y reivindican de sus tradiciones. Digamos que sería una ocasión para que la comunidad comparta y sea feliz … pero -siempre hay uno-, también hay que reconocer que las tribus indígenas de los Estados Unidos buscan una identidad en un mundo que les es ajeno.

Un poco de contexto: Oakland es una ciudad en la que habitan muchos de los descendientes de aquellos nativos americanos que el gobierno estadounidense animó a dejar las reservas a mediados del siglo XX para vivir en las ciudades. La situación, entonces, recuerda a esa neblina que te impide ver hacia delante y que da un contexto sombrío y elegante. Desde esta perspectiva está claro el dilema de la novela: la voluntad de integrar las costumbres ancestrales y sus rituales en una sociedad que avanza rápidamente hacia un futuro que nada tiene que ver con el pasado.

Nos presentan una novela coral, donde cada personaje nos presenta las dificultades en las que la comunidad: nos encontramos alcohólicos, traficantes y ladrones de poca monta, aunque también personajes que luchan para tener un futuro mejor. Hay voces más conmovedoras que otras: las hermanas Jacquie y Opal o esa del jovenazo con síndrome alcohólico fetal, el documentalista Dene Oxendene o el joven Orvil Red Father, quienes esperan encontrar vivencias que los identifiquen. Por contra, Octavio Gómez o Calvin Johnson lo que quieren es hacerse con el dinero que se recaudará en este evento. ¿Podrá alguien impedir que se cometa el robo?

Con esta trama, queda claro que estamos ante una voz que nunca hemos escuchado, una voz llena de poesía y de rabia, que estalla en la página con un apremio y una fuerza asombrosos. Una novela que sorprende por su forma de abordar una Historia compleja y dolorosa, un legado de belleza y de una profunda espiritualidad. La narración coral es un punto a favor de esta novela, pues facilita mostrar una comunidad con muchos problemas de diversa índole, pero también propicia un grandísimo ejercicio de memoria.

La llegada de los hombres blancos, para los pueblos indígenas, ha supuesto una autentica hecatombe. Hay muchas vidas rotas en esta novela, algo no muy alejado de la realidad. Por dar un dato:  la tasa más elevada de suicidios en los distintos grupos raciales de EEUU es la de los indígenas. Perder el pasado te empuja a no valorar el futuro, a no darle importancia. Algo similar sucede con el aprecio a la vida.

Una obra original, cercana y desgarradora que, gracias tanto a sus personajes como a las aclaraciones del autor, saca a la luz lo incomoda que puede ser la vida y lo espeluznante, aunque bello, que puede significar el futuro.  

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