ULISES CORONA*
El poder ni se delega, ni tampoco se comparte. Éste, el poder se ejerce y se hace de manera contundente. Esta premisa que durante mucho tiempo fue esencial en el estudio de las ciencias sociales, estuvo también justificada y argumentada por el hecho de que, el Estado es la institución que “sostiene la pretensión del monopolio del uso legítimo de la fuerza física en la ejecución de su orden” (Weber, 2000) De esto se deriva la autoridad del Estado, aunque en mi opinión, no así su legitimación, pues considero que el Estado puede hacer cumplir sus preceptos por la fuerza, incluso en la violencia física legitima, pero con esto perderá su autoridad y categoría de Estado moderno legal y legítimo.
Legalidad es el siempre cumplimiento del Derecho público, primeramente, emanado y contenido en una Constitución General de la Cosa Pública, de una República en un espacio territorial especifico y determinado, con independencia de ejercicio y gobierno interior. Y con el reconocimiento de derecho internacional que le garantice soberanía para con el exterior.
La legalidad es el respeto sin vacilación a toda norma nacida y derivada de su natural e histórica ingeniería Constitucional (Sartori 1994).
Independencia al interior y soberanía exterior, en un territorio nacional, para un grupo de ciudadanos. Pueblo, en unión geográfica, identidad cultural, y cohesión política, institucional, es lo que permite a un Estado moderno el día de hoy, ser vigente y avante, pero también, si contempla las siguientes condiciones:
- Gobierno de resultados, que le de al ciudadano respuesta eficaz efectiva y concreta a las demandas sociales.
- Participación democrática y plural, que permita al ciudadano el emitir y sea atendida su opinión solo por ser esta representación de base social.
- Equilibrio de poderes y subdivisión de este mismo, para tener mejores pesos y contrapesos, y con ello su mayor y mejor control.
- Inclusión social, sin diferenciaciones de clase, moda sexenal, rango económico e ideológico, género o rango de edades.
- Transparencia, rendición de cuentas y control de todo gasto y acción pública, con participación pública, privada social.
- Ejercicio de prensa libre pero también responsable.
- Inclusión del sector privado en libre empresa y libre competencia con seguridad jurídica de actuación, controles de gasto/ganancia y mucho apoyo social.
- Respuesta concreta a las necesidades básicas de sociedad: vivienda, vestido, trabajo, alimento, vialidad, salud; con atención a los grupos vulnerables existentes.
- Visión de género incluyente, propositiva, justa y no contemplativa.
- Atención de problemas de quinta generación, cambio climático, tareas de aguas, mares y océanos, nuevas tierras raras, visión de nuevos aires.
- Respeto irrestricto a la actuación y ejercicio de la vida pública y profesional del ciudadano.
- Gobierno seguro en términos de seguridad; personal, familiar, ciudadana, de propiedad, regional y nacional.
- Atención y combate sin omisión alguna a toda manifestación de corrupción e impunidad.
El ejercicio del poder público tiene responsabilidades, no solo es el mantenerlo y conservarlo a toda costa, el pueblo tiene en todo momento (cada tres y seis años) la facultad de cambiar su forma o modelo de gobierno. El ejercicio de voto universal es oportunidad de valorar los logros alcanzados y preguntarnos, si el listado anterior es el camino correcto podemos apostar por la continuidad, o de lo contrario por un cambio, pero siempre pensando en el fortalecimiento de las instituciones anteponiendo en el bien de todos, y en el futuro mediato que ya llegó.
*Académico Universitario.