Además de los paisajes, la arquitectura y la vida social, a muchas personas les atrae la comida típica de los destinos que eligen para vacacionar.
De hecho la gastronomía es en muchas oportunidades el “eje temático” de viajes y recorridos turísticas.
Para quienes gustan fusionar en un viaje la contemplación de paisajes o metrópolis con experiencias culinarias desconocidas, National Geographic reunió los diez destinos que vale la pena conocer.
- Japón
- Argentina
- Perú
- Italia
- Colombia
- España
- México
- Tailandia
- Marruecos
- Francia
JAPON
La comida japonesa es reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, debido a que no sólo se caracteriza por su sabor, sino por ser vistosa, saludable en su gran mayoría y rica en técnicas culinarias, tanto tradicionales como innovadoras.
Con el arroz y el pescado como protagonistas, entre los platos más populares de la gastronomía japonesa se encuentran el sushi, el ramen, la tempura, el yakitori y el okonomiyaki, una tortilla japonesa que se rellena con una variedad de ingredientes, como cerdo, marisco y verdura.
Además, las algas marinas tienen gran protagonismo en la cocina nipona, al igual que el sake, el tofu o el té verde, las raíces y la soja. Algunos de los platos más populares son el tonkatsu, un filete de cerdo empanado y frito que se sirve con arroz y una salsa espesa y dulce, y el sukiyaki, un guiso hecho con carne, tofu, setas, fideos y vegetales cocidos y acompañados de una salsa dulce.
El postre japonés por excelencia es el mochi, un pequeño pastel de arroz glutinoso que se rellena de todo tipo de sabores: desde cheesecake hasta matcha o un gran surtido de frutas.
Argentina
La gastronomía argentina, con sus raíces profundamente arraigadas tanto en las culturas europeas como indígenas, ha emergido como un referente culinario a nivel mundial, destacándose por la utilización de ingredientes autóctonos y de alta calidad. Entre sus productos más valorados se encuentra la carne de res, reconocida globalmente por su incomparable sabor y calidad, junto a los vinos argentinos que gozan de gran estima entre conocedores y aficionados por igual.
Precisamente con la carne se prepara el asado, sinónimo de la tradición culinaria del país, que con las empanadas son ejemplos de la diversidad y riqueza de la cocina argentina.
En cuanto a la diversidad regional, el norte del país destaca por sus platos condimentados con especias y chiles, mientras que la región de Cuyo se caracteriza por el locro, un guiso tradicional a base de maíz y carne,y la Patagonia se distingue por especialidades como el cordero patagónico, el salmón ahumado y una vasta selección de mariscos frescos.
Perú
Perú, y más específicamente su capital Lima recibe un gran número de turistas que, además de ir a conocer Machu Picchu, una de las siete maravillas del mundo, sus Andes, su Amazonas o su bellísima ciudad de Arequipa, se desplazan hasta allí para comer en algunos de los mejores restaurantes de Latinoamérica y del mundo.
Los diferentes ecosistemas y altitudes que en Perú conviven permiten que en este destino se cultiven innumerables productos.
El ceviche y la causa limeña se alzan como los platos tradicionales de estas tierras, donde además, se puede disfrutar de la mejor gastronomía chifa surgida de la migración china al país y la cocina nikkei, que nació de la fusión de la influencia japonesa en Perú.
Italia
La gastronomía italiana, reconocida mundialmente por su diversidad y riqueza, se destaca por el uso de ingredientes frescos y una profunda pasión por la cocina. Entre sus platos más emblemáticos, la pasta ocupa un lugar preeminente, y presenta una gran versatilidad a la hora de elaborarla gracias a elementos como la salsa de tomate, ajo, aceite de oliva y hierbas frescas.
De norte a sur, cada región de Italia aporta su sello distintivo a este impresionante mosaico culinario: la Lombardía se enorgullece de su cotoletta alla milanese, mientras que el Piamonte es célebre no sólo por su trufa blanca sino también por el queso gorgonzola, y Venecia ofrece el risotto al nero di seppia.
Más al sur, Campania y Sicilia emergen como regiones clave por su pizza napolitana, pasta alla norma, cannoli y el pollo al marsala, enriqueciendo así el patrimonio gastronómico italiano junto a una amplia selección de quesos, mariscos y embutidos.
Colombia
La gastronomía colombiana se consolida como uno de los referentes más destacados de América Latina en este año, marcado por una diversidad culinaria que refleja la riqueza de sus regiones y la variedad de productos derivados de su benevolente geografía. Este fenómeno resalta no sólo por los sabores únicos que ofrece, sino también por la mezcla cultural resultado de migraciones y la influencia de diversas civilizaciones que han dejado su huella en la cocina local.
El país se distingue por su diversidad climática, que oscila entre temporadas secas y húmedas, lo que contribuye a una tierra fértil que favorece la producción de una amplia gama de alimentos. Desde el café y el cacao hasta variedades innumerables de maíz criollo y frutas tanto tropicales como amazónicas, Colombia se posiciona como un líder en biodiversidad alimentaria.
La influencia de culturas afro, árabes, chinas, caribeñas y españolas, entre otras, enriquece aún más la paleta gastronómica del país, ofreciendo una experiencia culinaria diversa que varía significativamente de una región a otra.
La distinción entre las cocinas de las diferentes áreas geográficas de Colombia, tales como el Caribe, el Pacífico, los Andes, la Amazonía y los Llanos, subraya la riqueza de su gastronomía, ya que cada región aporta sus propios productos y recetas, creando un mosaico culinario donde pueden apreciarse las tradiciones y fusiones culturales. Este mosaico abarca desde el uso de pescados tanto de río como de mar, hasta el empleo de quesos locales en recetas que han sido transmitidas de generación en generación.
Además, su infinidad de maíces criollos, sus frutas tropicales y amazónicas, el café, el cacao y la banana son protagonistas de platos tradicionales como los tamales, el sancocho, o la bandeja paisa.
España
Si hay un país que se destaca por su gastronomía es España. Es que allí se ve la influencia de la cultura romana, las especias y sabores árabes, y los productos llevados por los colonos americanos, que rápidamente se adaptaron a los platos locales.
El resultado es una gastronomía de las más variadas y deliciosas de todo el mundo, que combina ingredientes de origen vegetal y animal, todo aderezado con uno de los mejores aceites de oliva.
Gracias a la localización privilegiada que tiene España, el clima y el saber hacer de sus agricultores y ganaderos, el país dispone de materia prima de primera calidad, que aporta a los platos tradicionales un sabor y características únicas.
Tortilla de papas, paella, pulpo a la gallega, gazpacho, churros de chocolate, la cocina de la península ibérica se destaca por tener opciones para todos los gustos. Con la salvedad de que, al igual que sucede, como se dijo, en Argentina, cada región tiene sus particularidades culinarias.
México
La gastronomía de México es reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad, por su diversidad y riqueza, que constituyen un pilar fundamental de la identidad cultural del país.
La cocina tradicional mexicana, resultado de la fusión entre recetas prehispánicas, la herencia de las civilizaciones antiguas, y las influencias indígenas, criollas y europeas, refleja la cohesión social y el desarrollo comunitario a través de sus variados platos y productos.
Entre los ingredientes más representativos de la cocina mexicana, se encuentran el maíz, el chile, el frijol, el nopal y el jitomate, fundamentales en la elaboración de platillos que varían significativamente de una región a otra. Esta diversidad no solo enriquece el patrimonio culinario del país, sino que también ofrece una amplia gama de sabores y experiencias gastronómicas a quienes lo visitan.
Platos como los chilaquiles, la torta ahogada de Jalisco, el pozole y los chiles en nogada de Puebla son sólo algunos ejemplos de la vasta oferta gastronómica que México ofrece. Sin embargo, el taco se mantiene como uno de los símbolos más emblemáticos de la cocina mexicana, destacando por su versatilidad y amplia aceptación tanto a nivel nacional como internacional.
La mezcla única de sabores, ingredientes y técnicas culinarias de México, le otorgan un lugar destacado en el panorama gastronómico global, resaltando su contribución a la diversidad cultural y al entendimiento mutuo a través de la cocina.
Tailandia
Entre India, China y Oceanía, Tailandia hizo propio lo mejor de la gastronomía de cada uno de esos países y lo incorporó a su cocina, donde lo dotó de la identidad culinaria que forma parte de la cultura del país.
En sus cuatro regiones puede disfrutarse de una gastronomía propia y deliciosa, con la particularidad de que si bien las llanuras centrales, el norte, el noreste y el sur tienen en común los característicos sabores ácidos, salados, picantes y dulces, hay factor diferenciador: la forma en la que se utilizan en cada uno de estos lugares.
Así, por ejemplo, en el noreste se estila cocinar las carnes a la parrilla, el arroz pegajoso, las ensaladas fermentadas y los platos repletos de vegetales frescos y hierbas. Mientras que la región del norte está especialmente influenciada por los países con los que comparte frontera, además de recibir la obvia influencia de China, India y Camboya.
La cercanía con Malasia e Indonesia hace que al sur del país predominen los curry, y su cocina musulmana, además de consumir mucho pescado y marisco. Y por último en el centro de Tailandia confluyen varios sabores de todas las regiones, con platos colmados de chiles, ajo, galanga, hierba de limón o pasta de camarones, además de arroz, peces de río y muchos vegetales.
Marruecos
La rica y diversificada cocina de Marruecos se distingue por su peculiar combinación de influencias bereberes, árabes y mediterráneas, otorgándole un lugar destacado en la gastronomía mundial.
Esta singular mezcla de culturas se refleja en la amplia variedad de sabores y platos que caracterizan la gastronomía del país, desde la predilección por los sabores intensos y especiados hasta una arraigada tradición de dulces y el ritual del té.
Cada área geográfica aporta su especialidad a este mosaico culinario, con Marrakech y Tánger que sobresalen por sus ofertas únicas de té de menta con pasteles de almendra y pescados con mariscos, respectivamente. Asimismo, festividades como el Ramadán subrayan la importancia religiosa y social de la cocina en la vida marroquí.
Entre los componentes fundamentales que definen la gastronomía de Marruecos se encuentran carnes como el cordero y la vaca, una vasta selección de especias, como comino, canela, jengibre y cilantro, y una rica variedad de vegetales y frutas locales, tales como dátiles, tomates y cítricos.
Uno de sus platos típicos, el couscous, es una preparación basada en sémola que suele servirse con carne, garbanzos y una mezcla de verduras. Por otra parte, el tajín y la pastela, platos que incorporan una armoniosa combinación de lo dulce y lo salado, ilustran la profunda habilidad marroquí para balancear sabores, siendo esta última una especialidad emblemática de la ciudad de Fez, hecha a base de pollo, cebolla caramelizada y almendras envueltas en hojaldre.
Francia
La gastronomía francesa se erige como una de las más eminentes a nivel global, reconocida por su refinamiento y sofisticación, elementos que la llevaron a ser otra de las que ostenta un título de la Unesco, en este caso, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El reconocimiento destaca la tradición de una culinaria que considera el acto de comer y beber una forma de arte.
El legado gastronómico francés abarca desde quesos y vinos de exquisita calidad hasta platos que han cruzado fronteras, convirtiéndose en símbolos culinarios reconocidos mundialmente. Bretaña aporta las crêpes y las galettes, mientras que Normandía es la cuna del famoso queso camembert.
Además, Francia es hogar de bebidas emblemáticas como el champagne y el armagnac, sin olvidar la versatilidad del pato en su cocina, plato que se presenta bajo diversas formas en los menús a lo largo del país.
Entre los platos más destacados de la cocina francesa, se encuentran los caracoles de Borgoña, la bullabesa, originaria de Marsella, que compite en fama con el ratatouille, plato provenzal que combina berenjenas, tomates, pimientos, calabacines y cebolla.
(Agencia)