El crecimiento económico mundial se reducirá en más de un punto porcentual con respecto a los niveles anteriores a la pandemia para finales de la década, advierte la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. Agrega que a menos que se tomen medidas, la economía mundial corre el riesgo de caer en «los friolentos años veinte».
Los pronósticos a mediano plazo del fondo para la estabilidad financiera global, que evalúan las perspectivas de crecimiento a cinco años, son los más bajos en décadas, informa el Financial Times. Añade que estas expectativas surgen en un contexto de baja productividad laboral, desaceleración de la globalización y frecuentes agitaciones geopolíticas.
La combinación de estas tendencias reducirá el crecimiento económico a niveles insignificantes y será la causa fundamental del «descontento popular» con la política fiscal, advierte Kristalina Georgieva. El impacto será especialmente fuerte en algunos de los países más pobres del mundo, que podrían quedar aún más rezagados con respecto a otras economías, destaca la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En sus palabras, esta tendencia, y cómo romperla, es «en lo que pienso cuando me despierto en mitad de la noche».
Las pesimistas expectativas del FMI se basan en que los años de bajos tipos de interés tras la crisis mundial de 2008 han provocado una mala asignación del capital, impidiendo la inversión en áreas de actividad más prometedoras y manteniendo fuera del mercado a las empresas ineficientes. La debilidad de los niveles de inversión ha provocado un lento crecimiento de la productividad en varias grandes economías, particularmente en la Unión Europea. Las autoridades temen que a los países, especialmente a los que tienen poblaciones envejecidas y presupuestos limitados, les cueste romper la tendencia, explica FT.
El exvicepresidente de la Reserva Federal de EEUU Donald Kohn señaló que en décadas pasadas «ha habido una serie de shocks positivos», entre los que consideró, por ejemplo, la caída de la cortina de hierro, la integración de Europa del Este en la Unión Europea y la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Pero ahora ya no se dan estos acontecimientos positivos, sino que la economía mundial se enfrenta a shocks como pandemias y guerras.
«Son claramente malas noticias para la economía mundial», admite.
Al mismo tiempo, el Banco Central Europeo (BCE) constata tendencias positivas que apuntan a claros signos de recuperación económica. Un crecimiento «fenomenal» del mercado laboral irá acompañado de una recuperación que ganará impulso a lo largo del año, espera la jefa del BCE, Christine Lagarde.
Como explica FT, su optimismo es comprensible debido a la recuperación de la economía estadounidense, el crecimiento de la demanda interna en la India y la reducción de la presión de los precios en varios países a casi cero, lo que reduce los riesgos de una recesión global. Sputnik