México: Todavía se les Queda a Deber a  Niños y Niñas el Respeto a sus Derechos

A la Vuelta de la Esquina

 

IVÁN RUIZ FLORES

Nada que festejar. Aun no se puede cantar victoria. Por lo menos en México no hay hechos que hablen en general de que los derechos de las niñas y los niños son y serán respetados. 

Este 30 de abril es el Día del Niño (a).

¿Y?

Falta mucho para que realmente festejemos. Si bien, ya fue aprobada por el Congreso la reforma que prohíbe el matrimonio infantil y quedó asentado que esto sólo podrá llevarse a cabo cuando haya mayoría de edad (18 años cumplidos), pasará mucho tiempo antes de que, en las comunidades indígenas, por usos y costumbres, dejen de efectuarse estas uniones forzadas.

De la misma manera sigue siendo un hecho la venta de niños y niñas a cambio de diversas mercancías o de dinero e inclusive de animales, dicen los que han hurgado en este tema. 

Los especialistas aseguran que “el matrimonio infantil forzado esconde otros rostros: la trata de personas y esclavitud infantil. 

Resaltan: las niñas-esposas se convierten en niñas-esclavas, porque son explotadas, de sol a sol, por la familia política que las compró. Son mercancía adquirida.

Asegura Luz María Mondragón, especialista en la materia y luchadora por los derechos infantiles, que el matrimonio infantil forzado esconde otros rostros: la trata de personas y la esclavitud infantil. 

“Las niñas-esposas se convierten en niñas-esclavas, porque son explotadas, de sol a sol, por la familia política que las compró. Son mercancía adquirida”, precisa, al recordar que las niñas que habitan en las regiones pobres del país, (de acuerdo a la Unicef) “están más expuestas al matrimonio infantil forzado. Especialmente en comunidades de Guerrero, Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán”.

Pero, además, puntualiza que las entidades donde se registra un mayor número de matrimonios infantiles de mujeres indígenas son: Sinaloa, Baja California Sur y Tamaulipas, pero los estados con la mayor cifra de mujeres indígenas casadas o unidas antes de los 18 años son: Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

¿Y ENTRE LOS GRUPOS

INDIGENAS QUÉ?

La especialista, en su trabajo publicado por el propio gobierno mexicano, menciona los pueblos y comunidades indígenas donde persiste este tipo de matrimonios y están documentados: tzotziles y tzeltales, de Chiapas (venden a sus hijas por dinero, terrenos o ganado); mixtecos o tlapanecos, de Guerrero, (las entregan a cambio de una dote o para resolver conflictos); huicholes, de Jalisco, (casan a sus hijas con hombres mayores); mazahuas, del Estado de México, (pactan el matrimonio de sus hijas desde la infancia o la adolescencia con hombres de su misma comunidad o de otras cercanas); nahuas, de Puebla, (por afinidad entre familias o interés económico).

Al respecto, dentro de los propios pueblos no hay posiciones unánimes. Los hay que defienden esa tradición, aseguran que es una decisión libre y consensuada entre las familias y argumentan que el matrimonio infantil es una forma de proteger a las niñas y adolescentes de la violencia, la pobreza y la discriminación que sufren en el ámbito externo.

También están los que rechazan ese tipo de práctica, al considerarla una forma de violencia, explotación y opresión, consideran ese tipo de matrimonios como imposición, además de violación a la legislación nacional e internacional.

El tema, a estas alturas del siglo XXI sigue siendo polémico. De ahí que la propia especialista haya señalado hechos que avergüenzan: 

“México ocupa a nivel mundial los primeros lugares en violaciones de derechos humanos de niñas y niños. Tiene primeros sitios en abuso sexual infantil y producción de pornografía infantil. No se queda atrás en matrimonio infantil, ranking donde ostenta el octavo sitio internacional”.

Nuestro país está en el octavo lugar, sólo detrás de: India, Bangladesh, Nigeria, Etiopía, Brasil, Pakistán e Indonesia. 

Después de México están: Congo, Filipinas, Tanzania, Mozambique, Níger, Uganda, Egipto, Sudán, Nepal, Kenia, Tailandia y Afganistán.

Y, por lo tanto, como se le quiera ver, ciertamente los matrimonios forzados son para la comunidad internacional una forma contemporánea de esclavitud, violando los derechos humanos de las mujeres y de las niñas y adolescentes y constituyendo una forma de violencia de género.

Además, afecta la salud de niñas y adolescentes, al aumentar el riesgo de sufrir violencia doméstica; incrementar la posibilidad de embarazos precoces y de alto riesgo con posibles complicaciones en embarazo y parto: hemorragias, infecciones, eclampsia y muerte materna; disminuye la posibilidad de continuar con la educación y afecta su salud mental y su bienestar emocional.

Al respecto la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) recuerda que la venta de personas, entre ellas las niñas (sujetas de derechos, sin ninguna discriminación), constituye una violación a los derechos humanos y un crimen que el Estado mexicano debe investigar y erradicar.

Además, acerca del tema, el Departamento de Programas a Grupos en Situación de Vulnerabilidad, sigue con su incesante trabajo.

¿Este 30 de abril hay algo que festejar en México?

Sí, a los niños, pero queriéndolos, apoyándolos, defendiéndolos y ¡salvaguardándolos! 

 

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