Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Renunciar sin causa grave que lo justificara, fue el comienzo de lo que hoy muestra que la cuatroté protege a sus aliados. Quizá nadie se ha dado cuenta de que quien traiciona una vez, lo repetirá cuantas ocasiones se presenten.
Para Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, a quien el Consejo de la Judicatura no lo puede investigar, jugó con fuego y olvidó ponerse los guates de asbesto. Desde su salida, la opinión de los juristas, de colegios de abogados -que descalificó-, de académicos y de constitucionalistas, además de legisladores de oposición, ha vivido defenestrando al Poder Judicial de la Federación. Una consigna que proviene de Palacio Nacional.
Está dolido por no haber concretado su reelección como ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que habría servido para ser ejemplo de cómo se podría ampliar el mandato presidencial -la primera intentona se gestó en Baja California cuando el gobernador. Jaime Bonilla, quien fue electo para cumplir un periodo de dos años y modificó la Constitución estatal para que se alargara hasta los seis- y la andanada de críticas lo hizo pronunciarse en contra de la violación constitucional.
Está ardido porque los reflectores ya no lo iluminan y a poca gente le importa si desayuna, come o cena con el huésped de Palacio Nacional.
Pintó su raya y cometió el error de no dejar el hueco para la salida.
Durante su paso por la Corte, como jefe del Poder Judicial, acarició la posibilidad de convertirse en el Fiscal General ante el deteriorado estado de salud de Alejandro Gertz Manero, que ha resistido todo, desde operaciones en la columna vertebral que puso en riesgo su vida, hasta las presiones del exconsejero jurídico de la Presidencia de la República hasta que lo echo del cargo y le abrió carpetas de investigación por la red de abogados que construyó para doblegar a los jueces.
El presidente de la República desnudó la relación con el ministro en retiro: dijo en una de sus mañaneras que dese el arribo de la jurista -ella sí estudio, se tituló y no copió su tesis- Norma Leticia Piña Hernández, todas las reformas a las leyes que hizo el Legislativo atendiendo las iniciativas presidenciales, eran rechazadas y que las sentencias que ahora se dictan, son para favoreces a los criminales de cuello blanco y a otros delincuentes. Se fue de largo. Comentó: cuando el ministro Zaldívar estaba al frente de la Corte, teníamos contacto permanente y se hablaba con él para comentar asuntos que le interesaban al gobierno. Y nos hacía caso. Nos ayudaba con los jueces.
Cinismo al cubo. La justicia selectiva.
Zaldívar, Entonces, no defendió la autonomía del Poder Judicial de la Federación de la que fue cabeza durante los cuatros años de su presidencia. Fue un operador a modo para que los jueces fallaran en favor o en contra de asuntos que le interesaban al “señor presidente”.
Con los antecedes hechos públicos desde el púlpito guinda, no se duda ni por un momento que haya obstruido la justicia y lo más grave en la denuncia que se dio a conocer ayer es “por presuntamente vulnerar la autonomía e independencia del Poder Judicial de la Federación (PJF), con la intención de satisfacer intereses personales y de terceros”.
El mencionado, no imputado porque son sus colaboradores los que están en la picota, respondió que le sorprende que la ministra Piña haya presentado una denuncia que obedece al anonimato y con ello rompe las reglas que ella impuso.
Como el de Palacio, argumento “las pruebas” no han sido mostradas.
Será el sereno y, sin embargo, está más embarrado de heces que la Leche Betty, que regaló Martí Batres en 1999.
Veremos la reacción del huésped de Palacio Nacional, de la candidata presidencial que lo reclutó para trabajar en la reforma del Poder Judicial de la Federación y del conglomerado de juristas.
De YSQ solamente se podrá esperar que señale: son politiquerías por los tiempos electorales… los conservadores que buscan desprestigiar mi gobierno… son los adversarios que están desesperados… es una venganza de se la señora ministra…
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