El Acoso y amenazas criminales de Ricardo Salinas Pliego

¡A LO MERO MACHO…!!

POR: EDMUNDO CÁZAREZ C.

Siendo el tercer hombre más rico de México, tal parece que a Ricardo Salinas Pliego, magnate del Grupo Salinas, TV Azteca, Elektra y Banco Azteca, entre otras muchísimas más empresas, lo hace sentirse inmensamente feliz, ver sufrir a la gente, acosando y amenazando de muerte a todo aquel iluso, que, debido a su muy precaria situación económica, se haya atrevido solicitar un crédito, ya sea en Banco Azteca o en Elektra, trátese de la compra de algún producto o de un crédito bancario, pues al incurrir en el mínimo retardo correspondiente al pago semanal o mensual de algún artículo en alguna de sus más de 1,500 tiendas Elektra y sucursales de Banco Azteca tienen a lo largo y ancho del país, se convierte en una diabólica y amarga pesadilla, sin que lo dejen en paz hasta que cubra hasta el último peso del importe del crédito, más los estratosféricos intereses moratorios que le aplican segundo a segundo, sin importarle, al “Tío “Richy”, en lo más mínimo, el terrible daño emocional y de salud que provoca, pues sus “gestores de cobranza”, hasta con pistola en mano, exigen el pago inmediato… ¡Así de ese tamaño!!

¿Por qué le comento esto, mi estimado lector de Misión Política?

Desde hace poco más de 10 años, me convertí en un usuario más de los servicios bancarios que ofrece Banco Azteca, propiedad del señor Ricardo Salinas Pliego, por la cercanía de la sucursal que se encuentra ubicada a unos cuantos metros de mi hogar, y por considerarla como una institución bancaria que no cobraba intereses por el uso de una tarjeta de débito, en la cual, mantenía mis muy raquíticos ahorros que había logrado reunir, sin mayor problema y con absoluta facilidad, podía acudir al cajero para retirar el dinero necesario para solventar los gastos elementales de manutención de mi humilde casa.

Con asombro, debo recalcarlo, el 25 de junio de 2021, un ejecutivo de cuenta de Banco Azteca me hizo saber que, debido al buen manejo de mi tarjeta de débito, habían decidido otorgarme una tarjeta de crédito ORO, hasta con un límite de 18,000.00. A partir de esa fecha y hasta el 25 de marzo del año en curso, -más de tres años-, jamás, lo que se llama jamás, me había tardado ni un solo día para cubrir el saldo correspondiente al uso de dicha tarjeta, inclusive, sin llegar al extremo de optar solamente por el “mínimo a pagar”, sino que mantener libre el límite que se me había otorgado.

Desafortunadamente, así es la vida, el 15 de marzo de este 2024, un familiar cumplió con su ciclo de vida, ante tal imprevisto, no me quedó otra que utilizar los $ 9,455.00 que me quedaban disponibles en la tarjeta de crédito que me habían otorgado Banco Azteca, realizando el pago de servicios funerarios. El lunes 25 de marzo, las cosas se me complicaron terriblemente y ya no pude acudir a realizar el pago mínimo de $1,687.00 para evitar que la tarjeta fuera bloqueada. No habían transcurrido ni tan siquiera 36 horas de haber faltado a mi compromiso comercial de pago mínimo, cuando empecé a recibir una serie de llamadas telefónicas, ya no se diga preguntándome porque no había podido efectuar dicha operación financiera, sino que, con una actitud por demás amenazante, por parte de personas que se identificaban como ejecutivos de cobranza de Banco Azteca, me empezaron a presionar que, de no realizar dicha operación de manera inmediata, mi cuenta seria enviada al jurídico de Banco Azteca y me haría acreedor a fuertes sanciones, aunadas al pago de recargos e impuestos por cobranzas.

Ante la imposibilidad de contar con recursos que me permitan solventar dicha situación, han transcurrido 17 días en la demora, hasta el día de hoy, a todas horas, incluyendo de madrugada, he recibido 148 llamadas telefónicas en donde, no solamente me exigen el pronto pago, sino que me acosan al informarme que vendrán a embargar mi casa si no pago inmediatamente ya no los 18,000.00 del crédito asignado, sino que, ahora, la deuda ascendió a $20,377.21, pues ya contemplan los recargos moratorios.

Ante tal situación, una y otra vez, supliqué clemencia a los “ejecutivos” de Banco Azteca, haciéndoles saber lo que me había sucedido ante el fallecimiento de un ser querido, su respuesta fue contundente, que, a Banco Azteca, eso, les importaba un cacahuate.

El lunes 8 de abril, a las 16:25 horas, de la tarde, tocaron el timbre de mi casa. Un señor, a bordo de una motocicleta color negro, quien dijo llamarse Víctor Bermúdez, “gestor de cobranza” de Banco Azteca, me hizo saber el monto de mi adeudo con la tarjeta de crédito. Al explicarle, una vez más, que estaba pasando por un mal momento, en una actitud prepotente y sin mostrarme su gafete que lo acreditara como tal, me dijo: “Más te vale que pagues pronto”, al momento en que se levantaba un chaleco color gris con verde y dejándome ver una pistola escuadra color negro, que portaba en la cintura. Ante tal situación, le dije que, eso, era una amenaza. Sin pensarlo más, me apresuré en sacar mi celular del pantalón y llamar a una patrulla. Este tipo no esperó más y arrancó su moto velozmente.

De inmediato, acudí a la sucursal de Banco Azteca que se ubica en la plaza comercial Puerta Texcoco, en donde fui atendido amablemente por un ejecutivo, quien me hizo entrega de un estado de cuenta actualizado. Asimismo, le hice saber lo que me había sucedido unos momentos antes, me señaló que esos “gestores de cobranza”, no pertenecen directamente a Banco Azteca, sino que son “terceros”, contratados directamente por la oficina del señor Ricardo Salinas Pliego.

¿Ahora es con pistola en mano como Elektra y Banco Azteca cobra a quienes se tardan en pagar?                

A lo Mero Macho, la verdad, es que no se vale… ¡Qué poca…!!

¿A cuánta gente más le han hecho esto?

De todos es sabido que Banco Azteca se encuentra sumergido en un mar de rumores, que si estaba en bancarrota debido a la deuda millonaria que mantiene con el Sistema de Administración Tributaria SAT. De esta manera, la mañana del 20 de marzo de este 2024, el propio presidente López Obrador reveló que el adeudo que tiene Ricardo Salinas Pliego con el SAT ascendía a más de 63 mil millones de pesos. Adeudo que no se compara, pero en nada, con el retraso que tengo con Banco Azteca.

Estoy completamente seguro que el titular del Sistema de Administración Tributaria -SAT-, Antonio Martínez Dagnino, ni el propio presidente López Obrador han ordenado la detención de Ricardo Salinas Pliego por el millonario adeudo que mantiene en el pago de impuestos. Mucho menos, han enviado a elementos de la Guardia Nacional o del Ejército Mexicano para amenazarlo con armas de fuego. Conociendo de antemano, la muy impresionante y ostentosa escolta personal que custodia al tercer hombre más rico de México durante las 24 horas del día, bueno, baste comentar que hasta en el helicóptero en el que se transporta por la Ciudad de México, dicha aeronave está equipada con un muy sofisticado armamento para repeler cualquier agresión que llegase a sufrir.

Ante la desmedida y mordaz campaña de desprestigio que lanzó TV Azteca en contra de López Obrador, y que quede bien claro, no estoy defendiendo a quien yo mismo he criticado severamente infinidad de veces, el propio presidente de México descartó una reunión con Salinas Pliego, sino que dejará el caso en manos del Poder Judicial, además, le pidió pruebas de la supuesta corrupción de su administración que ha difundido a través de los canales de televisión que tiene en concesión.

Recuerdo que hace algunos años tuve la oportunidad de conocer personalmente a don Ricardo Salinas Pliego, cuando me desempeñé como reportero de El Universal, gracias a Jorge Mendoza Garza, quien fue su brazo derecho en lo concerniente a estrategias de imagen y comunicación social, pero nunca, vi en el rostro de Salinas Pliego a un criminal encubierto, todo lo contrario, un hombre de buena fe.

Al publicar esta denuncia de acoso y amenazas criminales que estoy recibiendo por parte de Banco Azteca de Ricardo Salinas Pliego, desde este prestigiado portal de noticias, MISION POLITICA, de ninguna manera, estoy tratando de evadir mi responsabilidad de cubrir dicho adeudo, sino lo único que suplico, es un poco de cordura y que desaparezca ese criminal acoso telefónico ni que vuelvan ir a mi casa para amenazarme con armas de fuego.

Esto me hace reflexionar… A lo Mero Macho, ¿Acaso Ricardo Salinas Pliego sabrá lo que en Banco Azteca hacen utilizando su nombre y prestigio?

Lo que me llegue a suceder a mí y/o cualquier integrante de mi familia, hago responsable directamente a Ricardo Salinas Pliego.

Yo no cuento con escoltas, mucho menos, tengo para pagar un abogado que me ayude en este caso.

¡Carajo!!, no me puedo explicármelo ¿En dónde diablos está el famoso “Tío Richy”, ¿qué dice ayudar a la gente de escasos recursos?

Si la próxima semana no aparece mi columna, estimado lector de MISIÓN POLÍTICA, ya saben quién me mandó desaparecer…

Eso es todo por hoy… ¡SALUDOS CORDIALES!!

 

 

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