SE COMENTA SOLO CON
CARLOS RAMOS PADILLA
Si una alcaldía presenta verdaderos problemas de administración, recursos, anarquía urbana, sobrepoblación, movilidad y planeación es sin duda alguna Iztapalapa, demarcación que incluso ha pasado por la propuesta de ser dividía en dos. Iztapalapa represente el primer y peor ejemplo de abuso de poder. Con la llegada de la izquierda disfrazada de Morena las circunstancias han empeorado.
Escuchando las “propuestas” de Clara Brugada para ganar la Jefatura de la CDMX parecería que es un ejercicio de autocrítica en donde se plantea a sí misma sus fracasos de gobierno y su deshonestidad como política. Por ello parte importante de la comunidad se siente traicionada, humillada y desprotegida. Brugada ha estado el frente de la alcaldía en tres periodos distintos. En su primer mandato, de 2009 a 2012, desempeñó el cargo de jefa delegacional representando al PRD; de 2018 a 2021, como alcaldesa por Morena y nuevamente de 2021 a 2024 tras su reelección. Bien señala Rafael Ponfilio Acosta, alias “Juanito”, Brugada llegó “por mi” después de una grotesca maniobra, burla y trampa de amlo. Amlo impulsó como candidato del PT a “Juanito” a quien comprometió públicamente a prometer que «renunciaría a su cargo una vez terminada la elección», para que así la Asamblea Legislativa nombrara a Clara Brugada como jefa delegacional. «Juanito» fue declarado ganador y después de tomar protesta la nombró directora jurídica y de gobierno de la delegación, para inmediatamente solicitar licencia y dejar así a Brugada como encargada de despacho. Con esa hueva moral llegó la Sra. Brugada.
De 60 años de edad Brugada ha sido indolente con los vecinos. En casi una década no ha solucionado el lamentable problema del suministro de agua aun cuando Claudia Sheinbaum ocupado el cargo como secretaria del Medio Ambiente y más tarde como Jefa de Gobierno y aspirante a la presidencia presuma ser doctora en Ingeniería Ambiental.
Clara Brugada políticamente se asoció con los entonces priistas Manuel Camacho Solís y Marcelo Ebrard para consolidar negocios con la vivienda después de los sismos que ha cicatrizado a la metrópoli. De ahí el origen de la casa que adquirió por 330 pesos y que exhibió Santiago Taboada durante el primer debate de candidatos a la CDMX. En la década de 1980 inició su militancia política al unirse a la Unión de Colonos de San Miguel Teotongo, un movimiento social urbano que decía reivindicaba el derecho a la vivienda de los pobladores del oriente del entonces Distrito Federal. De igual manera participó en la creación de varias organizaciones barriales, como el Movimiento Urbano Popular y la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata. No olvidemos que fue senadora suplente de Pablo Gómez.
Si de asaltos en transporte público se trata, Iztapalapa, presentan una deshonrosa condecoración. La insatisfacción social es cada vez más evidente y por ello la aspiración a gobernar la alcaldía de Karen Quiroga (PRD, PRI, PAN) se va consolidando. Brugada está en problemas. No puede ni debe defender los notorios descalabros del gobierno de amlo en materia de salud, seguridad y educación, materias que si conoce y domina Karen Quiroga. Hacerle de escudo del tabasqueño será profundizar su sepultura por ello quizá prefiera la estrategia de ataque de su opositor Santiago Taboada acusando el crecimiento del “cartel inmobiliario” que olvida Brugada, fue el propio amlo quien estimuló y dos ejemplos elementales son Fadlala Akabani en Benito Juárez y Layda Sansores en Álvaro Obregón. Los vecinos de Iztapalapa ya no quieren ser botín político y menos carnada electoral. Su dignidad y supervivencia valen más que 500 pesos por voto y la continuidad de una anarquía conveniente a intereses del poder.
