Inteligencia Para la Seguridad, Primero el Ciudadano

Ulises Corona*

* Estados Negligentes, Tendrán Gobiernos Ineficaces

De acuerdo al artículo 29 de la Ley de Seguridad Nacional se entiende por inteligencia “el conocimiento obtenido a partir de la recolección, procesamiento, diseminación y explotación de información, para la toma de decisiones en materia de seguridad nacional”. Esta definición supone que el Estado, por medio de su gobierno, deba tener la capacidad de recolección de información, especifica, estratégica, exacta y desde luego certera de las acciones que puedan presentar en primera instancia un riesgo para la seguridad nacional, antes de que este se convierta en una amenaza real.

El propio concepto tiene para el tema de la seguridad pública primero, y en consecuencia para la seguridad nacional, gran importancia. No es la capacidad de memoria humana, ni tampoco como ésta la podemos transformar o convertir en formas de mejor vivir, más allá de la sobrevivencia. Es en nuestro caso, la salud pública del estado nacional y cómo se mantiene vigente en el marco de la vigencia de soberanía al interior de nuestro territorio y en la toma de decisiones; de igual manera, independencia para con el exterior y la capacidad de poder determinar nuestro propio rumbo y destino nacional.

Sobre todo, en la siempre vigencia de actuación del marco constitucional del derecho. Por lo que la inteligencia en el estado nacional en el caso de México, supone derecho público, civil, constitucional, derechos humanos, y la acción del Estado que por medio del gobierno que permite el diseño de políticas públicas vigentes con resultados, visión preventiva al delito y sus consecuencias.  

La inteligencia en la prevención del delito ha tenido resultados reales y concretos en el gobierno de la CDMX, esto trae como consecuencia, estabilidad social y legitimidad de gobierno, pero sin que existan metas finales o triunfalismos permanentes, se requiere, actualización y profesionalismo permanente, expansión del modelo a todas las colonias a nivel de calle, y también formación cívica ciudadana, la tarea es reproducir la estrategia a otros municipios y entidades de la federación.

Asimismo, no sólo es tarea del gobierno, también de la estructura social que recibe el beneficio de la política pública, pero que conlleva necesariamente su colaboración ciudadana; la premisa entonces podría ser la siguiente: La inteligencia social está en función de la inteligencia que el estado supone tiene, para su existencia y vigencia. Estados negligentes, tendrán gobiernos ineficaces, y con ellos ciudadanos que no puedan caminar a un crecimiento económico justo y equitativo y tampoco a un desarrollo social necesario para coexistir.

 

Entonces la tarea es, si bien del gobierno, al presentar inteligencia en la prevención del delito y su actuación con visión estratégica, en operación de diseño institucional, en el respeto a derechos humanos y en la normatividad vigente. También corresponde a la ciudadanía en dejar atavismos culturales, históricos, sociológicos, antropológicos que mucho han dañado a la estructura social e iniciar cambios de actitudes ciudadanas en su beneficio, primero, de su persona, su familia su casa, su propiedad privada y las instituciones.

En el anterior desarrollo de interés social, el ciudadano primero en lo individual deberá, deberemos, de cambiar actitudes propias de conformismo unipersonal, curiosamente se requiere inteligencia personal, para después, exigir resultados al gobierno, de la acción de inteligencia para la seguridad pública, y así de la seguridad nacional.

Camino no fácil, pero sí muy necesario en la construcción de nuevos grupos sociales, nueva relación gobierno sociedad y nuevas formas de estabilidad social.     


*Académico Universitario UNAM.

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