Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Cronómetro, largas preguntas imposibles de responder en 60 segundos, opinión de los moderadores y nerviosismo de las candidatas y sed agobiante del candidato, forman parte de las fallas que se registraron y, elemento quizá menor, para que los participantes simplemente no debatieran.
Se entiende que la sociedad del sur, el centro y el norte, coincidan con los problemas que se han convertido en problemática nacional. No es comprensible que quienes recibieron las preguntas vía redes sociales, no se hayan percatado del contenido repetido y, más aún, del espacio ocupado para formularla a quienes presuntamente estaba para debatir.
Responder el cuestionamiento del momento, debería hacerse en menos de un minuto. Los moderadores tomaron poco más y hasta dos minutos para leerles lo que la sociedad pregunta.
El cronómetro “desconcentró” a los participantes. Dos de ellos se quejaron: Claudia Sheinbaum y Jorge Álvarez. Se anunciaba que se corregiría. Pero hasta el último momento las fallas siguieron.
El formato, acartonado. Igual que siempre. La escenografía no sería aceptada para un concurso. Menos la iluminación y la pantalla verde. Se dirán que “echando a perder se aprende”, lo cual ya no es válido en personajes experimentados en producción, diseño del programa. Los asistentes “ensayaron” por espacio de 45 minutos y ninguno, según afirman, se percató de la realidad que tendrían que enfrentar.
Por supuesto, cada cual quiere estar en su hábitat que les genera confort. Habría que llamar la atención a los asistentes personales, a los técnicos, asesores, voceros y toda la pléyade que forma el equipo de las candidatas, sobre todo.
Por lo demás, ya lo comentamos: ausencia de propuestas concretas que, ahora Sheinbaum y Gálvez atribuyen a las largas preguntas. La hidalguense, en entrevista con Joaquín López Dóriga, admitió no haberse preparado mentalmente para el formato. Sheinbaum acusó la “injerencia” de los moderadores y, reclamó abiertamente el funcionamiento del cronómetro. También fue entrevistada por el periodista López-Dóriga antes que a su rival.
¿De Máynez sabe algo?
A toro pasado, hay que anotar que los candidatos de Movimiento Ciudadano, durante los debates para la Jefatura de Gobierno, Salomón Chertorisvki y presidencial, Jorge Álvarez Máynez, le pierden el respeto al público-ciudadano como “estrategia electoral”.
El primero se perdió frente al debate entre Clara Brugada y Santiago Taboada. Tenía propuestas, pero prefirió comer palomitas mientras los otros se agarraban y marcaron la línea para el presidencial. Clara y Santiago dedicaron mayormente el tiempo a acusarse mutuamente de actos de corrupción y de la existencia del cártel inmobiliario, mismo tema que fue usado por Sheinbaum para señalar a Gálvez.
Máynez se la pasó bebiendo de un termo ¿chela?… ¿vodka? ¿te? ¿café?… vaya usted a saber. Cometió la osadía de lucir un termo entre magenta y rojo y no el naranja de su partido.
Son nimiedades. Lo fundamental es que ni en el debate entre quienes quieren gobernar la Ciudad de México ni en el presidencial, se abordaron temas de fondo.
En el presidencial hubo riqueza de acusaciones por actos de corrupción y pobreza extrema de propuestas.
Por cierto, el yoyismo de Sheinbaum y Máynez, se llama egocentrismo y pobreza de lenguaje.
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