ALBERTO F. MENA MALLEN
Habrá que agradecer al Peje el que haya despertado cívicamente a la ciudadanía, aunque aún falta participación de muchos aburridos con su vida y que creen que, si a México le va mal, a ellos también y si le va mejor, a ellos también, así que no se preocupan por el andar de México y sus ciudadanos y menos cuando una bola de pillos de cualquier índole se roba los recursos públicos para su beneficio, sin que pase nada.
Si ya México era el reino de la impunidad, tal vez la 4T superará con creces este título, que también negará el líder de los morenistas sentado en la Silla del Águila, tal y como lo negó cuando se le endilgó el apodo de “narcopresidente”, o cuando se dieron a conocer los sucios negocios de sus hijos y familia en general, lo que ha provocado que se presenten rumores de que cuando ya no tengan fuero, la justicia los alcanzará estén donde estén, sea la del vecino país del norte o la mexicana. Igual se dice que YSQ anda muy nervioso y preocupado.
Ya es un descaro lo que pasa en esta administración pública, de lo que no se dan cuenta los aduladores del mesías tropical, puesto que cada día se conoce más corrupción en el gobierno cuatroteísta, la que no se ha castigado, aquella que se denunció desde el principio de su gobierno y a lo largo del mismo.
Son respuestas que tendrán que responderse y aclararse, porque al decidir sobre muchas obras, el macuspano argumentó que había mucha corrupción, misma que aún no se ha sancionado, como quienes traficaron con influencias o malos manejos en el aeropuerto -ya desaparecido de Texcoco-, aunque sí se supo, que fueron los hijos quienes se aprovecharon de esta decisión y traficaron con los materiales que ya se había colocado en la infraestructura de esta terminal aérea. Y hasta la fecha no se conoce nada al respecto.
Existe mucho cinismo por parte de López Obrador, como de la corcholata Claudia Sheinbaum, al señalar que todo va excelentemente bien en el país y que se han hecho maravillas en este gobierno, mentiras que la realidad descubre, aparte de que ya no hay mexicanos tontos que se la crean inmediatamente.
Como la fuerte inseguridad que, argumentan los morenistas, es producto de los medios de comunicación y de las redes sociales, para provocar terror y desconcierto, quienes desean hacer quedar mal a este gobierno porque quieren conservar sus privilegios que tenían antes de que llegara la 4a transformación, quieren seguir chupando los recursos públicos a como dé lugar, dicen los oficialistas.
Pero no voltean a ver al país que sangra todos los días por las más de 80 muertes que se presentan diariamente en el territorio nacional, muchas de ellas contra mujeres quienes ya no ven lo duro, sino lo tupido con este gobierno de cuarta, que no quiere verlas ni en pintura, tal y como sucedió con la ahora candidata de la oposición, o con la buscadora de Sonora quienes no fueron recibidas para que se le pintara un panorama de la realidad que viven muchos mexicanos. Tal vez, ya la conozcan, pero se hacen de la vista gorda.
Casi todos los mexicanos conocemos que la corrupción está enraizada en el alma tequilera de todos nosotros, o es parte de nuestro ser, porque a diario tenemos que mocharnos con un “sorjuana” por cometer algo ilegal, que nos pasamos un alto, que transitamos en sentido contrario, que estacionamos en lugares prohibidos, o simplemente para que nos atiendan bien en espectáculos o en restaurantes.
Y el gobierno lo ha permitido sin hacer nada, ya que ello les reditúa dividendos, como con los policías que tienen que “morder” a quienes se dejen o por no respetar los reglamentos, ya que tienen que “pasarles corriente” a sus jefes, o que son explotados por los mismos cuando se trata de policías auxiliares con salarios para llorar, mientras sus superiores viven en la riqueza.
Pasa lo mismo con los burócratas, quienes extienden la mano para completar para el gasto familiar, ante los micro salarios que se pagan en oficinas gubernamentales, aparte de que complican los procedimientos y trámites para que se puedan arreglar con quienes batallan en tramitar documentos y permisos.
Por eso es muy importante que los mexicanos exijamos a todos los candidatos, particularmente a los presidenciales y a los que compiten para ser legisladores, para que se realicen mesas de diálogos y debate para eliminar la corrupción desde abajo y obligar a todos niveles de gobierno a mejorar procedimientos y que utilicen la tecnología que ayuda mucho a cualquiera y evitar las rendijas en las normas y leyes que permitan la corrupción en todos lados.
Habrá que preparar mensajes para que los ciudadanos eviten estas prácticas, para lo cual el gobierno deberá buscar mejorar los sistemas de justicia y sancionar desde la corrupción más pequeña, hasta la de cuello blanco, pero con firmeza y así evitar que se continúe con estas prácticas que nos lesionan a todos. El ejemplo, da fortaleza.
Necesitamos una nueva cultura ética, una nueva práctica que evite estos dispendios que afectan la economía de los gobiernos, de las familias y de las empresas en general, quienes, por ejemplo, han tenido que erogar grandes cantidades de recursos para aumentar la seguridad de sus bienes, como sucede con el transporte que se ha convertido en el patito feo de las carreteras, mientras los delincuentes gozan la vida solo arriesgando la vida con armas de fuego.
Pedimos sanciones o castigos a quienes hayan abusado de su posición o puesto para que realmente haya confianza de la ciudadanía hacia los gobernantes y dejar atrás los “abrazos y no balazos”, que han provocado que la delincuencia se apropie de México, sin que tenga diques que les impida avanzar tal como ahora, lo que les permite un camino libre para hacer de las suyas.
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