Yo Campesino
•Precriterios de Política Económica 2025 muestran sobregasto electoral del ganso
Miguel A. Rocha Valencia
Más allá de los gatos autorizados por la ley a los candidatos a cargos de elección popular y las mentiras que en torno a ellos emiten especialmente los del oficialismo, está el hecho de que para este año electoral, el ganso decidió endeudarnos con billón y medio de pesos más para comprar votos a través de los programas sociales, estrategia que es fundamental para conservar el poder.
En se afán no importó al mesías tropical dejar una pesada carga a su sucesora, corcholata u opositora y la muestra está clara en los Precriterios de Política Económica para 2025 que entregó a secretaría de Hacienda ya que en ellos “nada más” plantea un recorte al gasto programable pagado de 833 mil 664.5 millones de pesos, es decir 8.7 por ciento menos que el presupuesto ejercido en 2022.
El “descontón” presupuestal que propone Hacienda implica una disminución de un crecimiento posible del cinco por ciento del PIB a sólo 2.5 y para abajo, ya que obligará a quien reciba las riendas del gobierno federal a ajustes y recortes criminales lo mismo en inversión pública que en gasto corriente de la administración.
Con ello se demuestra la importancia que dio el tlatoani tabasqueño a la compra de votos a través de los programas sociales, especialmente pensiones, becas y apoyos, así como a la entrega de recursos a sus “obras” como el Tren Maya, Dos Bocas y AIFA, a los cuales además se les asignaron subsidios para mantenimiento y nómina. Falta lo que surja de las “ayudas” a países “hermanos” especialmente Cuba y Venezuela hasta donde llegan transferencias en dólares, apoyos energéticos y las becas del ganso.
Compra de votos que pagaremos quienes aún cotizamos y los mexicanos del futuro lo mismo con nuestros impuestos que con carencias en servicios médicos, fármacos, seguridad, educación, alimentación, cultura, innovación, investigación y en suma todos los sectores de la vida nacional donde caerán los “recortes” al gasto.
Será la primera vez luego de un tema similar en 2017 que se baje el presupuesto del año anterior, lo cual es considerado como una acción antieconómica dado que con ello se apuesta a un decrecimiento en vez de avanzar.
Claro siempre quedará la opción de recurrir al endeudamiento y seguir “atesorando” el ya impagable que deja el caudillo de Tepetitán que de acuerdo con los mismos Precriterios no cerrará el sexenio en los 16 billones de pesos sino alrededor de 18 billones de pesos, es decir en poco más de 800 mil millones de dólares actuales, lo cual equivale a casi cuatro veces las reservas del Banco de México que andan por arriba de los 212 mil millones de billetes verdes.
Se trató de un año electoral donde el profeta de la 4T apostó al país, a su crecimiento y desarrollo a cambio de intentar sostenerse en el poder. A la mejor lo logra pues según las encuestas la diferencia entre corcholata y Xóchitl Gálvez es de 17 puntos porcentuales, pero en la definitiva del día 2 de junio, todo puede suceder, hasta que el propio dueño de morena desconozca los comicios y se aferre al poder, como lo hace todos los días.
Por lo pronto, las señoras candidatas deberán meditar el tamaño de las expectativas, el pueblo está harto de promesas incumplidas, mentiras y corrupción que en este sexenio marcaron un récord histórico con una herencia en todos sentidos que resultará un hándicap tan grande que no exageramos cuando decimos que quien llegue a la presidencia se sacará la “rifa del tigre”.
Y es que no es sólo lo que se ve en materia económica-financiera sino todo lo que está oculto bajo la alfombra donde la corrupción en el manejo de los dineros públicos aflora a pesar de los “otros datos” de la chachalaca tabasqueña y de los cuales a veces nos da una muestra la Auditoría Superior de la Federación, está registrada en la misma secretaría de la Función Pública y de la que todos los días conocemos algún detalle especialmente en el otorgamiento de contratos sin licitación a los cuates y el abuso de poder de los familiares del todopoderoso.
Así las cosas, veremos lo inédito: disminuir el presupuesto de egresos que, sin duda, traerá consecuencias negativas incluyendo para la inversión privada con el costo que habremos de pagar los mexicanos… Una gansada que será muy costosa.