Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
¿Cuántas veces no hemos escuchado la palabra presidencial que nos garantiza haber avanzado sin endeudar al país?
Deben ser cientos. Porque nos restriega en la cara que no es como los de antes y que en su gobierno no hay corrupción y se han podido hacer grandes cambios con los ahorros de 500 mil millones de pesos que se gastaban en comprar voluntades.
Siempre hemos sostenido en este espacio que la verdad tarda en dar flores, pero cuando lo hace, la abundancia de aromas, colores y sorpresas, deja perplejo al más pintado.
Y en plena primavera y cuando faltan cinco meses para tomar el Ypiranga, asoma la verdad y nos demuestra, con números oficiales de la Secretaría de Hacienda que, el señor que no ha endeudad, sí lo hizo y ¡a lo grande!
Cuando haya llegado a Palenque, ya habrá tormenta financiera. Se puede adelantar y quizá como huracán que ataca con furia a los mentirosos y manipuladores.
Los datos contenidos en los Precriterios Generales de Política Económica 2025, paralizan a cualquiera en el rubro de la deuda soberana del país.
Lea lo siguiente pero antes amárrese a un sillón: la deuda al final del sexenio será de ¡17 billones de pesos!
Recórcholis. Y uno creyéndole al personaje que acepta ser ignorante porque acaba de dilucidar como los argentinos, inteligentes todos, llevaron al poder a Javier Milei.
Eso ocurre por ser crédulos.
El dato duro: en 2018 la deuda alcanzó “suma histórica” al haber llegado a 10.5 billones de pesos, lo que representó un incremento de 5.5 billones en relación a 2012.
Sí, el huésped temporal de Palacio Nacional crítico acremente el endeudamiento de los “neoliberales” y cuando se vaya dejará la deuda que, sumando los ejercicios fiscales de 2023 y 2024, serán superados.
Y si usted cree que eso es todo, abróchese de nueva cuenta el cinturón. La secretaría de hacienda estima que para 2025 la deuda neta de México alcanzará los 18.1 billones de pesos.
¡Eso es endeudarse!
Claro, don Rogelio Ramírez de la O, el tercer secretario de Hacienda del régimen, diría que “el monto es manejable”.
¡Solo que sea por eso!
Un crecimiento del endeudamiento del tamaño que ahora desvela Hacienda, debió servir para que el país mejorará notablemente y, que no se nos diga que la pandemia lo impidió, porque los recursos contratados no se aplicaron para la compra de vacunas como se ha dicho reiteradamente.
Se acepta, por supuesto, que la pensión para adultos mayores representó y representa, un enorme gasto. El que aparece en el Presupuesto de Egresos de la Federación contempla casi 400 mil millones de pesos para un padrón de 18 millones de personas y, la duda que ha emergido, es que solamente 11 millones las reciben.
¡Nimiedades!, diría el almirante.
¿Cómo se podrá pagar el servicio -intereses- de la deuda si la captación de recursos fiscales y por ventas de crudo no aumentaron?
La bomba de tiempo tiene mecha corta y a quien llegue a gobernar a partir de octubre de este año, le estallará más temprano que tarde.
Aquí de lo que se trata es de desmentir, como lo hace Hacienda, la balandronada presidencial que se ha podido avanzar mucho “porque en mi gobierno no hay corrupción” y no “hemos endeudado al país”.
¿Entonces que es el monto que se debe?
Eso se llama ¡DEUDA!
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