En Bellas Artes Bailarines y Bailarinas Rindieron  Gran Homenaje a la Gran Gladiola Orozco

 

*Recordó que ahí Acompañada Musas, en 1950 Puso el Primer pie, el de la Esperanza

*Interpretaciones: “Diarios de Rita Berlín”, y “Signos, el Cuerpo de la Noche” 

*Claudia Lavista Asumirá el Cargo de Directora de Danza de la UNAM Durante un Homenaje

*Y le Otorgaron un Reconocimiento a la Mujer que a los 16 Años Pisó el Escenario

 

SUSANA VEGA LÓPEZ

A sus 89 años se aprecia una mujer feliz, llena de energía, delgada, vital, firme, segura de sí misma. Indiscutiblemente la danza la ha mantenido así; la disciplina, la entrega, el compromiso consigo misma y con los demás para mostrar lo que es ésta, una de las bellas artes.

Ante un teatro lleno, Gladiola Orozco, bailarina, coreógrafa y maestra de varias generaciones, dejó su asiento de la primera fila de la sala principal del Palacio de Bellas Artes para subir al escenario donde la esperaban autoridades, colegas, alumnos y amigos quienes le entregaron un ramo de flores seguido de un reconocimiento por su trayectoria en el mundo de la danza.

Enfundada en un traje sastre negro, se condujo ligera por el escenario, incluso dio pequeños saltitos para mostrar su felicidad, su amor por la vida, su pasión por la danza.

“Primeramente tienen que comprenderme que estoy sumamente feliz y ojalá la felicidad de la que hablo la tuviera todo el mundo, todos los países, toda la tierra, todo el universo. Estoy verdaderamente conmovida y feliz. Permítanme estar en sus corazones, en su mente, en su vida presente, en su futuro, Somos uno, el amor nos hace uno”, dijo, con voz clara y firme Gladiola Orozco.

Luego de explicar que la función de danza que se presentó en su honor la había dejado sin aliento afirmó, a manera de metáfora: “todavía me queda un poco de oxígeno, aún, me sostengo, aquí estoy; es una noche bella, llena de amor”.

Al referirse al Palacio de las Bellas Artes, dijo que, en este edificio de mármol, acompañada por las musas, en 1950 puso el primer pie, el de la esperanza, el de la pasión. “Aquí he estado toda mi vida, danzando, batallando, dirigiendo y feliz, donde he tenido el privilegio de envejecer. Aquí sigo abrigada, homenajeada en este magno recinto cultural del país. Bellas Artes es el lugar perfecto para recordar a mis colegas ya fallecidos, gracias a todos los que me acompañan, por favor llévense mi amor con ustedes”, dijo.

El programa en honor a Gladiola Orozco inició con un breve mensaje del coreógrafo sonorense Miguel Mancillas. Posteriormente, el Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac), bajo la dirección artística de Cecilia Lugo, interpretó un programa dancístico especial, con la obra de reciente estreno “Diarios de Rita Berlín”, de María Brezzo, además de “Signos, el Cuerpo de la Noche”, pieza de Óscar Ruvalcaba.

Posteriormente, se proyectó un video-homenaje en el cual colegas y estudiantes, rindieron testimonio sobre la manera en que fueron movidos y transformados en algún momento por la labor de esta leyenda de la danza contemporánea y su gran aporte al patrimonio dancístico de México.

Los bailarines -más de 20 en escena- se desplazaron libremente en el escenario con movimientos que hacían ver sus cuerpos como muñecos de trapo; algunos descalzos, con shorts y camisas holgadas; otros con calcetines, pantalones y camisolas que los diferencian del ballet clásico en sus vestimentas elásticas y tutús de las mujeres.

En un ir y venir de desplazamientos por el suelo, sin movimientos acompasados -nada qué ver con la danza clásica- los danzantes mostraron la elasticidad de pies, manos, piernas, brazos, cuerpo, cabeza que han sido entrenados para expresar, para provocar emociones.

“Impulsora de políticas culturales y de reflexiones profundas desde y para el cuerpo; su propio cuerpo-archivo es un tesoro vivo y latente”, así presentó a Gladiola Orozco, Claudia Lavista, bailarina y coreógrafa que a partir del uno de mayo asumirá el cargo de directora de Danza de la UNAM durante el homenaje.

Si bien ha recibido muchos premios y reconocimientos, sin lugar a dudas, el homenaje que se le rindió el pasado sábado 16 de marzo en el Palacio de las Bellas Artes ha sido uno de los más conmovedores porque pocas veces se sabe de la trayectoria de una mujer exitosa, apasionada por lo que hace y que a su edad -nació en 1934 y el próximo nueve de octubre cumplirá 90 años- celebra la felicidad, el amor y agradece lo vivido.

Gladiola Orozco, quien a los 16 años se presentó en Palacio de Bellas Artes con el Ballet Nacional de México bajo la dirección de Guillermina Bravo, fundó en septiembre de 1966, junto con Raúl Flores Canelo y Freddy Romero el Ballet Independiente, el cual en 1979 se convertiría en el Ballet Teatro del Espacio. La maestra continuó al frente de la compañía junto con el maestro Michel Descombey, hasta el cierre de ésta en 2009.

Ha viajado por el mundo para mostrar su obra dancística, una de las bellas artes que, dicen, es efímera pero trasciende en el alma, en las emociones de quien la ejecuta y de quien observa.

La maestra sigue llena de fortaleza y disfruta plenamente del momento, sabedora de que siempre se exigió a sí misma a dar lo mejor para que el público pudiera apreciar lo que es el amor y la pasión por la danza; lo que el cuerpo es capaz de expresar si se le cultiva; lo que los movimientos corporales provocan; lo que ella, al entrecruzar técnica, disciplina, expresión, corazón y pasión despertó en sus alumnos, en sus presentaciones, en su público.

“La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura otorgan el presente reconocimiento a Gladiola Orozco por su comprometida trayectoria como bailarina, maestra, coreógrafa, directora del Ballet Teatro del Espacio. A lo largo de su camino ha contribuido a la formación y profesionalización de bailarines y coreógrafos en México y América Latina; por ello la reconocemos como personaje icónico de la danza contemporánea, con un gran aporte al patrimonio dancístico de México”, se lee en la placa otorgada”.

Gladiola Orozco agradeció a la directora general del INBAL, doctora Lucina Jiménez López, el homenaje rendido a su “longeva presencia y largo andar en el arte de la danza”; luego, a Nina Serratos, coordinadora nacional de Danza, y a la coreógrafa Cecilia Lugo directora Artística del Centro de Producción de Danza Contemporánea.

A su vez, la directora general del INBAL, reconoció a la “humanista, luchadora; maestra desde el principio hasta hoy que ha marcado la pauta de una postura ética frente a la danza, frente al arte y ante el mundo con la dignidad que marca la vida de una gran artista dedicada al lenguaje del cuerpo en movimiento, pero que conoce también las entrañas del teatro y la creación de los artistas visuales”.

La titular del INBAL comentó que para la fundadora del Ballet Teatro del Espacio “la danza es el oxígeno que alimenta la vida, estamos ante una mujer extraordinaria, capaz de sumergirse e influir en el arte como lenguaje y como poderoso recurso de comunicación”.

En el tributo “a este personaje fundamental de la cultura mexicana y de la danza en particular”, la directora general reiteró que “el legado de la maestra está en la disciplina, en la capacidad de creación de quienes se formaron con ella, en la herencia de amor a la danza. Su sabiduría la hace un ejemplo, por ello celebramos su presencia en este Palacio de Bellas Artes”.

Gladiola Orozco, dijo la funcionaria, no sólo abrazó la creación, también dio ejemplo de su capacidad de organización y de gestión; “fue capaz de colocarse como una verdadera líder que hace que la magia suceda”. Sus creaciones coreográficas siempre han estado enfocadas en las crisis sociales y la han hecho merecedora de diversas distinciones: Medalla Bellas Artes (2007); Miembro Emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte (2010) y la Presea Cervantina (2013), entre otras.

En 2016 publicó tres tomos titulados Memoria, Ballet Teatro del Espacio y sus antecedentes en los que destaca su labor ininterrumpida de más de cuatro décadas al frente de esta agrupación, la cual dio grandes frutos a la danza mexicana.

Al homenaje también asistieron el subdirector general de Bellas Artes, Héctor Romero Lecanda; así como personas indispensables en la vida de la maestra Gladiola: Jessica Sandoval Miranda, Maurice Dejean, Miguel Mancillas, David Attie, Rogelio Landa, Yolanda Barón y César Reyes.

 

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