Cambio de Estrategia y Metas  en la Campaña de MORENA

SILVESTRE VILLEGAS REVUELTAS 

Después de ver por televisión el no-debate entre los candidatos a la jefatura gobierno por la Ciudad de México, de inmediato pensé que los tres habían mostrado sus debilidades discursivas, al grado de que el candidato panista, Santiago Taboada, -porque de tricolor y amarillo solamente tiene sus mañas- le sobraron minutos iniciales al exponer su proyecto y luego, en las siguientes rondas, no se salió del discurso que una y otras mil veces lo hemos escuchado hasta el hartazgo en la oposición al gobierno de AMLO, desde el día dos de su administración, esto es  diciembre de 2018.  Semejantes limitantes también las mostró a sus anchas la candidata Clara Brugada que, por igual, repitió lo que todos los días dice Claudia Sheinbaum y el presidente; de Salomón Chertorivski, cuando comenzó saludando a su esposa e hijas, me acordé que Vicente Fox hizo algo semejante cuando en la toma de posesión y en sesión solemne del Congreso de la Unión inició señalando algo sobre sus hijas lo que le valió rechiflas, mentadas y reclamos a la seriedad por parte, en aquel entonces, de un priismo enardecido por su primera gran derrota en las gestas presidenciales.

Aparte de ello y las palomitas de maíz del candidato naranja, lo que sí vale la pena rescatar de Salomón, fue la acusación al candidato Taboada de que él y los parciales aliancistas siempre han tenido una visión apocalíptica de todos males que se suceden en la república, y en sentido opuesto le reclamó a Brugada que su discurso estaba preñado de un catálogo de buenas intenciones y lo peor, que la campaña morenista había apostado no solamente por el continuismo de los programas presidenciales/de gobierno sino que semejante apuesta llevaba al CONFORMISMO. 

Salomón y Claudia, ambos son paisanos, y seguramente hay más intereses que convergen, que odios viscerales cuyo resultado pudiera materializarse en un rompimiento irredento. Él le dijo meridianamente a Clau sin enumerarlo: no es conveniente, no es correcto y ya es un problema que tu discurso público sea el de un continuismo triunfalista referido al régimen de la 4T, que de ninguna manera ha producido una riqueza australiana, una tranquilidad suiza, un nivel educativo finlandés, una eficiencia petrolera tipo Noruega. Sí ha resultado en una estabilidad del tipo de cambio, envidiable para buena parte del mundo y que no se reconoce por los odiadores de AMLO. Si fuera en sentido contrario, devaluación del peso mexicano e inflación galopante, muy reducida inversión extranjera y ostracismo turístico de los mexicanos aquéllos estarían llorando, vociferando verdades y muchas mentiras, sacando sus dólares y demás lindezas que provocaron el entonces gimoteo como perro del presidente José López Portillo. Tampoco se reconoce el aumento de los salarios mínimos y otras acciones y obras que han sido positivas durante el sexenio, sin que ello borre el galopante problema de la inseguridad que, como ya he escrito en otros textos, lo mismo es la violencia auténtica que la proliferación de la violencia inducida: ésta última genera malestar y ello puede reflejarse en votos de castigo. No es el lugar para seguir haciendo comparaciones entre lo bueno y lo malo del gobierno de López Obrador, sino volver a la táctica de campaña.

Como se señaló líneas arriba, el México del 2024 no es la estabilidad y verdor de Suiza, por ello es un error de estrategia electoral que la candidata Claudia Sheinbaum siga ligada, ya no dijéramos al decálogo de las acciones del actual gobierno sino al uso y abuso de palabras y frases como la frase de “abrazos y no balazos”. Ella no debería repetir la misma frase sino explicar que su gobierno profundizará en el combate a la delincuencia organizada, y en dado caso exclamar que: se promoverá una estrategia de “caricias y poquitos fogonazos” (doble sic).

El continuismo y el conformismo, como dos actitudes negativas señaladas por Chertorivski, pueden ser en los candidatos de MORENA un lastre muy poderoso entre el electorado que no está convencido de las bondades de los programas de López. Semejantes votos tibios no buscan romper con el proyecto morenista, pero para seis años de gestión, entre estos posibles parciales surgen muchas dudas acerca de lo idóneo de seguir con las mismas políticas de gobierno. Es obvio que la candidata de la alianza oficialista no puede criticar todas las acciones de un gobierno donde ella formó parte ejecutiva y que seguramente participó en la planeación de muchos programas insignes del régimen. Pero en los siguientes dos meses de campaña electoral por la presidencia de la república debe explicar en qué consiste el segundo piso de la 4T. Porque hasta donde yo he oído “el piso de arriba” (¿?) es más de lo mismo, y como ya escribí en este artículo, la mayoría de los mexicanos no disfrutan “de las mieles de la prosperidad australiana”.   

  

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