SE COMENTA SOLO CON
CARLOS RAMOS PADILLA
Arrebatado como es, Trump promete un baño de sangre si no gana la presidencia de los Estados Unidos, una advertencia creíble en un tipo arrogante como lo es él porque va vimos como alentó y festejó la toma violenta del Capitolio.
El que se auto presenta como magnate debe cubrir las escandalosas sanciones en dólares que la justicia norteamericana le ha impuesto por varios delitos. Muchos dudan que tenga en el bolsillo alrededor de 300 millones de dólares para responder, de no ser así, hay la sensación de que serán embargados varios de sus edificios emblemáticos en Nueva York.
Trump aparenta desafiar, retar, porque sabe que detrás de él hay un cuerpo de abogados que le hacen el trabajo sucio. Su apolítica es de agresión.
Estando amlo en la Casa Blanca se atrevía a calificarnos, a los mexicanos, de asesinos y violadores y aun así el presidente de México decía que lo respetaba y reconocía.
La carrera hacia la sala oval se espera muy cerrada. Biden aún con sus dificultades físicas por la edad está dando la batalla, pero ambos personajes le tienen facturas guardadas al tabasqueño y ambos están decididos a intervenir en México de continuar de este lado la violencia y del otro lado la distribución de fentanilo.
Para Trump y Biden los cárteles mexicanos ya merecen el trato de terroristas y aquí seguimos con la barata propuesta de los abrazos. Lo cierto es que la DEA no estará quieta y es muy probable que para las elecciones de aquí o de allá suelten algunas investigaciones con nombre y apellido y eso, sin duda, tiene nerviosos a más de uno.
