¿Un Milei menos radical?: así es como el presidente argentino desea encauzar su Gobierno

Tras un primer trimestre de tensa relación con los mandatarios provinciales —y por el fracaso de la ambiciosa Ley Ómnibus—, el presidente Javier Milei convocó a los gobernadores a un «Pacto de Mayo», ofreciendo a cambio un alivio fiscal. «Fue una negociación en vivo por cadena nacional», dijo a Sputnik el politólogo Santiago Giorgetta.
A tres meses de iniciado su Gobierno, y tras intensas disputas contra los gobernadores, Javier Milei decidió convocar a los dirigentes del interior del país para negociar en medio del fuerte ajuste a las provincias. En la apertura del 142° periodo de sesiones legislativas, el mandatario volvió a despotricar contra la «casta política», pero optó por una cita al diálogo.
Luego de dedicar los primeros 58 minutos de su alocución en el Congreso a condenar los «negocios de la política» y a denunciar la «orgía de gasto público» financiada por la «emisión controlada» que heredó del Gobierno anterior, Milei dio un giro en su discurso antiestablishment y propuso un canal de intercambio con la oposición.
Mientras que en enero el mandatario había remarcado que «no negociamos, pero aceptamos sugerencias», al ser consultado por su Decreto de Necesidad y Urgencia, en la apertura de sesiones del Parlamento afirmó que «la confrontación no es el camino que queremos ni el que elegimos. Hay otro camino posible: uno de paz y no de confrontación; de acuerdo y no de conflicto».

Del «garrote» a la «zanahoria»

La propuesta presentada en el Congreso tomó forma bajo el simbólico nombre de Pacto de Mayo, a ser firmado el 25 de dicho mes —fecha que conmemora la conformación del primer Cabildo Abierto en 1810, precuela de la independencia argentina— en la estratégica provincia de Córdoba (centro).
La convocatoria es un llamado a «los gobernadores, expresidentes y líderes de los principales partidos políticos» a la firma de un documento de 10 puntos sobre un «un nuevo orden económico» que consiste —principalmente— en la puesta en marcha de reformas laboral, tributaria, previsional y política.
La prenda de cambio ofrecida por el mandatario es pecuniaria: Milei anunció un paquete de alivio fiscal a las provincias. Sin embargo, la oferta tiene como condición excluyente la concreción de un preacuerdo para que los gobernadores instruyan a los legisladores de sus provincias a votar a favor de las ideas reunidas en la Ley Ómnibus que fracasó en el Congreso cuando no reunió las voluntades necesarias.
Milei halló relativamente buena recepción: 12 de los 24 mandatarios respaldaron la convocatoria. Resalta la presencia de Ignacio Torres, de la provincia sureña de Chubut, quien encabezó la rebelión de gobernadores de la Patagonia ante el recorte en el giro de fondos de coparticipación federal, que culminó en una derrota del Gobierno nacional tras un fallo de la Justicia Federal que obligó al Poder Ejecutivo a desembolsar las partidas.
Otras figuras de peso como Martín Llaryora, de Córdoba —sede escogida por Milei para la firma del Pacto—, celebraron el llamado aunque marcando la necesidad de arribar a definiciones de carácter urgente.
En cambio, Axel Kicillof, a cargo de la provincia de Buenos Aires —que congrega a más de un tercio de la población nacional—, consolidó su perfil opositor. El bonaerense libra su propia batalla contra Milei tras el anuncio de la eliminación del Fondo de Fortalecimiento Fiscal, equivalente a 30.000 millones de pesos (34,7 millones de dólares) para el distrito.
Con vistas a la aprobación del Decreto de Necesidad y Urgencia vigente desde diciembre -que deberá ser refrendado en el Congreso para mantener su validez-, el Gobierno de La Libertad Avanza decidió bajar los decibeles a una disputa abierta frente a los gobernadores. ¿Alcanzará para lograr concretar las iniciativas propuestas?

Barajar y dar de nuevo

«Esta es una forma inteligente de llegar a un acuerdo que recién tendrá lugar en mayo: Milei está comprando tiempo sabiendo que vienen por delante meses muy complicados en cuanto a aumentos de precios que afectarán a la población», dijo a Sputnik Santiago Giorgetta, analista político y director de la consultora Proyección.

«El llamado a dialogar es sobre las bases que busca imponer el presidente: fue una negociación en vivo por cadena nacional. Milei, ante la debilidad que le propagaron ambos eventos, tuvo que llamar al consenso pero sin renunciar a ser él quien tenga en sus manos la lapicera para debatir cada punto», enfatizó el politólogo.

Según el especialista, la flamante propuesta del mandatario obedece al reciente revés judicial en su confrontación con la provincia de Chubut y al estancamiento de la citada Ley Ómnibus en el Congreso: «La convocatoria de Milei al diálogo responde directamente al fracaso de la Ley, pero también a la derrota en su intento de confrontar con las provincias. Ahora se ve obligado a apelar a la negociación, que antes parecía una mala palabra».
Consultado por Sputnik, el politólogo Julio Burdman consideró que, a pesar de los traspiés, «lo único que le importaba a Milei era quedar como el ganador. Sabe que está en minoría frente al Congreso, y por eso no pretende mostrarse débil».

«El presidente está decidido a aprobar un gran paquete fiscal, sea por ley o decreto. Busca una gran reforma con apoyo de la política, y ahí mantiene una batalla campal con los gobernadores, que controlan a gran parte de los diputados. Por eso lo más importante del discurso fue el anuncio del alivio fiscal para las provincias», consideró Burdman.

¿Un paso hacia la moderación?

La hipótesis que sugiere que la invitación realizada por el mandatario supone un gesto de matizar el radicalizado discurso con el que llegó al poder —blandiendo nada más y nada menos que una motosierra durante la campaña presidencial— es discutida por los expertos.
«No creo que Milei vaya al Pacto de Mayo a escuchar a los gobernadores. Su visión del escenario se resume en la siguiente idea: ‘las elecciones las gané yo y tengo que hacer una transformación absoluta, así que si las provincias quieren apoyarme deberán recapacitar para sumarse'», resume Burdman.
«Milei está decidido a imponerse a los gobernadores de alguna forma. Este no es un Gobierno de consenso: de hecho, critica la idea en sí. Hasta ahora, el consenso era una palabra sagrada en la política que la nueva gestión vino a echar por tierra. El presidente abandona la idea de ser un ‘outsider'», sostuvo el analista.(Sputnik)
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