Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Seguramente el dato no está actualizado y, sin embargo, muestra claramente que miles de mexicanos no se sienten seguros en su país.
Las cifras recientes, publicadas por diversas agencias informativas -no se encuentran en el portal del gobierno canadiense- revelan que en 2023, aquellos que huyen de la violencia, de la crisis personal por haber perdido el empleo y no encontrar el que buscan o bien que sienten o son perseguidos políticos, sumaron 23 mil 995. No se pudo indagar a cuántos se les concedió.
Ahora que Canadá a reimpuesto la visa para los mexicanos bajo el argumento de “preservar la integridad” de su sistema de inmigración, de acuerdo con un comunicado oficial del gobierno de Ottawa, podría aflorar la verdad verdadera.
País sumamente atractivo para turistear, estudiar y trabajar, Canadá es el preferido por las llamadas clases aspiracionistas. La razón es simple: pueden ascender en sus empleos sin más exigencia que el conocimiento y la efectividad en el desarrollo del mismo.
El medio ambiente, conformado por millones de hectáreas de bosques, enormes lagos y abundantes ríos; excelentes ciudades con tres sellos: británico, francés y estadounidense. Se afirma que es una de las naciones en donde mejor calidad de vida se tiene.
Más allá de las condiciones climáticas, en ocasiones congelantes hasta para los pingüinos. Lo relevante en la solicitud de visas para los mexicanos es que huyen de su país por diferentes razones y no puede, no debe descartarse la persecución política que este gobierno ha puesto en práctica para detener, confiscar bienes o realizar auditorías que terminan por encontrar responsables a los socios o propietario único de todos aquellos que llama adversarios.
Aquí se afirma desde Palacio Nacional que Canadá pudo haber buscado otras opciones en lugar de reimplantar la visa. Acusa que la decisión, junto con el reclamo del acero que México exporta aparentemente con dumping y que ya es motivo de un panel de controversia, se generan en “tiempos electorales”.
Pues sí. Todo es tiempo electoral. En Estados Unidos hay elecciones en noviembre, En Cada en 2025 gracias a un acuerdo entre el partido liberal de Trudeau y el Nuevo Partido Democrático.
Y cada uno de los mandatarios: Biden en Estados Unidos, Trudeau en Canadá y el señor López en México, hacen “talacha” para, que sus candidatos, en el caso de México, ganen la presidencia de la República y el Congreso, mientras allende la frontera norte se busca la reelección lo mismo que hará el canadiense el próximo año.
Sí, cada cual quiere quedar bien con el electorado, su electorado, y atienden los reclamos y los apoyos; las diferencias, es que allá nada se oculta y cuando algún político lo hace, aunque pase el tiempo siempre se descubre. Ahí está Trump como ejemplo.
Aquí todo se oculta comenzando con los gastos de las obras oropelescas. Con un abuso de poder, fueron clasificadas de “seguridad nacional”, con lo cual no se puede recabar información oficial y habrá que esperar, por ejemplo, en el Tren Maya, hasta el año 2027 para saber en qué se gastó medio billón de pesos.
Los alegatos del mexicano no explican el elevado número de nacionales que buscan asilo político o refugio en Canadá.
Se podría interpretar, de manera libre y obsequiosa, que la posibilidad de la persecución política sea un hecho real.
Algún día lo sabremos y entonces el persecutor ya habrá pasado a la historia como lo que no quería ser.
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