Mala señal…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Sin duda y parafraseándolo el siguiente refrán le queda como anillo al dedo: años pares, de pesares… años nones, de dones.

Este ha sido, sin duda y quizá por ser el último, un año difícil para el presidente de la República.

Y apenas llevamos 60 días del 2024, año par… ¿qué otros pesares vendrán?

Hoy termina febrero y mañana inician lo que había comenzado hace años impulsado por el jefe de la banda… presidencial: las campañas en busca de la Presidencia de la República.

Durante los otros cinco años, fueron de calma, tensa si usted lo quiere mirar así, pero calma. Ya sabemos también por el refranero popular que después de la tormenta viene la calma… aquí es al revés, como el mundo bizarro en el que se desempeña el huésped temporal de Palacio Nacional.

Si bien es cierto la presunta relación del señor López y probablemente sus colaboradores de confianza con el crimen organizado y el narcotráfico era bien conocida y, aunque carente de pruebas tangibles como contratos con la firma autógrafa de la cabeza política del país, audios definidos y videos confirmados, éstos sí, el tema no daba para mucho más.

Como profesionales del periodismo, quienes han difundido lo mismo en prensa escrita que en redes sociales, noticieros de radio y televisión, la información de la liga criminal, no lo han hecho para atacar al presidente de México. Es información valiosa y los ciudadanos, sobre todo los que habitamos aquí, tenemos el derecho de estar informados. Si se trata de noticias falsas, que se aclare y se sustente con pruebas… no con los otros datos

Sin embargo, desde hace dos semanas el tema central de la “agenda política y de gobernanza” no ha tenido otro asunto que ventilar: acusar la campaña que patrocinan sus adversarios. Por cierto, habría que pedirle al ciudadano presidente entender que adversario es sinónimo de enemigo. Eso dice la Real Academia de la Lengua Española y ni modo, así es. Se escribe de nueva cuenta en este mismo espacio, porque insiste en “yo no tengo enemigos, tengo adversarios”.

Los pesares que aquejan al presidente lo llevan a cometer una pifia hoy y otra mañana.

¿Qué le preocupa?

De entrada, observar que su corcholata no conmueve a nadie y es incapaz de levantar a las “masas”. La falta de discurso, que se entiende porque ningún precandidato y después candidato del partido que está en el poder osaría hablar mal del inquilino de Palacio Nacional. El que se atrevió a romper con los cánones de subyugación pago con su vida.

Enseguida, darse cuenta que cada día son más nutridas las marchas ciudadanas que no están conformadas por acarreados. La gente que participó en la concentración del 18 de febrero, como en las otras dos: el INE no se toca y en Defensa de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo hizo por convicción. No recibieron un centavo. Tampoco una despensa o una playera. Cada quien compró la suya o de plano se mercó lo que tenía a la mano.

Después vino la avalancha de reportajes en los que se liga al señor López con el crimen organizado. Y eso desestabilizó sus sensores. No estaba preparado para la andanada y comprobó no tener un cuadro de inteligencia que prospecte las acciones.

Está tan irritado y fuera de sí, que además de abrogarse estar por encima de la ley porque “su calidad moral y sus principios” se lo permiten, que ahora la emprendió contra los gobiernos de Estados Unidos y Canadá.

En el show de los monólogos bizarros, se lamentó -palabra completa, por favor- de que el gobierno de Estados Unidos esté promoviendo en medio del proceso electoral las sanciones con 18 por ciento a las exportaciones de acero, mientras el gobierno de Canadá pretende tomar medidas en contra de México por no controlar el flujo de la migración.

Y ahí fue donde la puerca torció el rabo: condicionó su participación en la Cumbre de América del Norte: “si no hay trato respetuoso no participo”.

¿Berrinche o previsión?

Diría también y se retoma por de suma importancia en la relación entre los tres países.

El mensaje dirigido a Joe Biden dice: hay mucho acecho a nuestro gobierno y los amagos para cerrar la frontera con Estados Unidos “son baladronadas (…) son disparates por la cuestión electoral. Lo único que les estamos pidiendo es modérense, no se metan”.

Respecto a las medidas de Canadá para que México controle el flujo migratorio, dijo: “hemos actuado con ellos de manera generosa, con el gobierno de Trudeau, que ya estaba a punto de aplicar medidas unilaterales, ahora que son las elecciones en México. Es lo mismo con el acero”.

Estará pensando que los malévolos Biden y Trudeau se guardaron las acciones justamente cuando inician las campañas para sucederlo… bueno, es una hipótesis, no una afirmación.

Lo que si se confirma es que perdiendo el temple de acero que presumía y eso, en cualquier jefe de Estado, es mala señal… para los mexicanos, no para los canadienses ni para los estadounidenses.

en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

 

 

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