La Política, un Mugrero

ALBERTO F. MENA MALLÉN 

Con la 4T la política mexicana se ha ensuciado más de lo que ya estaba.

Los partidos políticos en nuestro país han caído tan bajo, que nadie cree en ellos sobre todo por sus líderes.

Pero quien más bajo ha caído, ha sido Morena, porque se ha llenado de escoria que saca a cada rato sus dientes y uñas contra sus integrantes y sus opositores y todo porque quieren quedarse con el poder a toda costa.

Hay que recordar que un porcentaje alto de morenistas provienen de otros partidos, llevando sus mañas por todos lados. Se incluye al macuspano que ha trabajado como líder de su partido desde que nació -continúa hasta ahora-, y lo ha hecho de tal manera que poco a poco se están destruyendo entre ellos.

A los institutos políticos de oposición, PRI, PAN y PRD, que tienen una larga historia, les ha crecido la cola de dinosaurio, que buscan a toda costa recortar, ahora sobre el camino de las coaliciones para poder detener los embates del presidencialismo exacerbado en su contra, ya que YSQ quiere ser el único líder que exista en nuestro país a través de Morena.

Pero los negativos persisten entre los mexicanos quienes tienen muy bajos niveles de confianza y el sentimiento de no sentirse representados, lo que ha provocado que nuestra democracia no avance adecuadamente, sino por el contrario, hay quien quiere destruirla para crear un totalitarismo a semejanza de un tabasqueño.

Algunas consecuencias más relevantes en la participación de los partidos políticos que tienen un impacto significativo en la democracia son los cambios en sus estructuras y funciones, lo que ha afectado la forma en que se representa a la ciudadanía en las legislaturas. La corrupción y la lucha por el poder han sido factores importantes.

Principalmente, por los grandes intereses que existen para conseguir el poder que se obtiene a través de ellos, al sepultar ideologías y generar crisis de legitimidad en el régimen político que afecta la percepción de la democracia representativa y la confianza de la ciudadanía que se ha alejado paulatinamente de ellos.

El PVEM, el PT, que son la chiquillada, aún existen porque se les ha permitido, al apoyar ahora a Morena, pero si participaran solos en las elecciones, ya hubieran desaparecido. Movimiento Ciudadano, ha evolucionado de Partido Convergencia Democrática al nombre actual y también recibe chapulines. Todos tienen una semejanza, tienen dueño, a los que les reditúa enormes ganancias que han disfrutado por años.

A Morena llegó un personaje a dirigirlo, Mario Delgado, que tiene un historial nada envidiable, al igual que Alejandro “Alito” Moreno del PRI y de Marko Cortés del PAN, quienes ahora son los que tienen la responsabilidad de evitar que los militantes se agarren del chongo tal y como sucede con los morenistas en Yucatán y Guanajuato, entre otros.

Estos, protestan por las decisiones que toma Delgado acerca de decidir que los candidatos morenos no sean militantes o fundadores del partido guinda, sino que son chapulines que han brincado de otros partidos políticos y se están llevando las mejores tajadas del poder político al que quieren representar. El que ganen, ya es otro boleto.

También, la política que utiliza el virrey de Macuspana, de generar esperanza y luego dejarla ir por su postura al mentirle a los mexicanos, se ha vuelto grosera para muchos ciudadanos que ven cómo ha cambiado YSQ de ser un líder creíble a uno que se ha ganado a pulso la repulsa de miles que creyeron en él, pero que finalmente ha defraudado a muchos que votaron por él en el 2018.

El hecho de que la política sea utilizada para beneficio personal o de un grupo privilegiado le ha caído al pueblo bueno y sabio en la punta del pie, ya que se ha visto que buscan una posición solo para disfrutar del poder que les da un puesto en el gobierno o en las legislaturas o, de los cuantiosos recursos públicos que han hecho a lo largo y ancho de la historia a millonarios que los disfrutan por varias generaciones de sus familias.

Igualmente, la política es asquerosa cuando la candidata de Morena, PVEM y PT, continúa con llevar adelante la del violador de la constitución y que radica en Palacio Nacional, al descalificar a los opositores que realizaron una marcha en defensa de la democracia, al igual que el macuspano, tachándolos de hipócritas y de tener su democracia sin pueblo o de disfrazarse de demócratas. Solo ellos son demócratas porque defienden al pueblo con sus apoyos económicos.

La violencia imparable en el territorio nacional, es parte de una política de estado al aplicar el plan de “abrazos y no balazos”, que ha permeado entre los delincuentes como una autorización para delinquir y para afectar a miles de ciudadanos que ya no ven la salida, sobre todo por las extorsiones que se utilizan, más para tener el control económico y político de muchas localidades.

También, la política dejó de ser política, cuando el titular del Ejecutivo Federal actúa como un dios que decide todo en el país, ahora, luego de encargarle al ejército, muchas tareas que antes la realizaban civiles, igualmente se encargará de tapar baches en las carreteras, lo que generará desempleo, quiebra de empresas que antes realizaban esta tarea, y seguro se utilizará el argumento de que cobraban exageradamente o se robaban los recursos públicos.

De la misma manera, habrá problemas por los recursos públicos destinados a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, del orden de once mil millones de pesos que tendrán que trasladarse a la Sedena para que se encarguen del mantenimiento de las carreteras federales.

Si permitimos como mexicanos que YSQ, decida tomar acciones como la anterior, llegaremos a depender del ejército hasta para decidir a dónde trabajar, porque como van las cosas, también se encargará de la Secretaría del Trabajo, o de Salud, entre otras, por lo que es indispensable acudir a votar el próximo 2 de junio próximo para evitar que se apliquen decisiones que con el tiempo nos afectarán como ciudadanos.

fermallen@gmail.com

 

Acerca de misionpo 40605 Articles
Noticias nacionales e internacionales. Investigación y reflexión política.