Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
De verdad, son de pena ajena. Quienes dicen trabajar en el Viejo Palacio del Ayuntamiento, se vuelven foco de atención y no por las decisiones “inteligentes” que toman sino por la manera de contar asistentes.
En la concentración de ayer, asistieron probablemente medio millón de personas. En la Plancha del Zócalo, se tiene estimado que alrededor de 120 mil adultos tienen cabida. Sumar las calles de 5 de Mayo, Madero, Venustiano Carranza, Pino Suárez y 20 de Noviembre, sin atiborrarlas, cabe otro tanto.
Sin embargo, para los “analistas en multitudes” -que operan el conocido centro de mando como CV-5- “revelaron” que en un “primer corte” se estimó la presencia de ¡30 mil personas! Ya en el corte final anunciaron: ¡90 mil asistentes!
Exactamente igual de malos para los cálculos, cuando en marea rosa el señor Batres declaró que “hay unas 12 mil personas”.
¡No aprendieron a contar ni a sumar!
No se dan cuenta que se convierten, todos los funcionarios que participan en la operación de “observación” -Secretaría de Seguridad Ciudadana, Jefatura de Gobierno y demás- en los hazmerreír de los ciudadanos.
Quienes estaban ahí festejaban la presencia de miles de ciudadanos. Se diría que todos clasemedieros. Y estaban por su voluntad. Ahí, presentes, trabajadores, empleados de oficina, vendedores ambulantes. ¿30 mil asistentes?
Arrancan la carcajada y no son ni con poco, cómicos. Pero se sienten superiores, Y creen ser mejores mímicos que Marcel Marceau. O de perdida, como Polo-Polo, por aquello de las mentadas de madre… que recibía.
Las “autoridades capitalinas” podrán minimizar la asistencia y hasta decir misa sin ser religiosos -como el jefe de la banda y su corcholata preferida, pero andan en busca de fotografiarse con el Papa-, la verdad la saben quienes estuvieron presentes y no solamente en la Ciudad de México sino en otras 31 capitales y más de 100 municipios importantes.
Los asistentes, sin haber recibido adoctrinamiento -como el que se les endilga a los morenistas- sabían a qué iban: a defender la Democracia.
Y punto.
Por supuesto, recordar el hastag #AMLOnarcopresidente o la letanía “el INE no se toca” o la marea rosa mostrando su decidido apoyo a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no fue acción concertada: nació de los participantes.
Se entiende que los empleados del empleado del pueblo -así suele llamarse al presidente- traten de descalificar todo lo que reviste crítica. Cada cual de los “servidores de AMLO” -no del público- tiene grabado en la mente que nadie debe “ofender al jefe” y “ay de aquél que lo haga”.
La concentración de este domingo mostró el despertar de la sociedad y su actitud habrá de reflejarse el día de las elecciones.
Por ello tiene mayor relevancia. Porque los ciudadanos no le temen al poder y saben que unidos hará que el rumbo del país se enderece, si reduzca la violencia, se impida la participación del crimen organizado y el narcotráfico en las elecciones y, finalmente, están conscientes de que callar es otorgar, avalar, la desastrosa política gubernamental.
Le guste o no al huésped temporal de Palacio Nacional, son miles, millones de ciudadanos que no comparten su proyecto de desgobierno. Y si como lo dice sin tapujo alguno “la concentración es para recuperar el poder y mantener la corrupción”, que lástima Andresito.
Vox populi, vox Dei.
¿Lo entenderá?
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