Para llorar

Yo Campesino

•A Slim una caja de Kleenex porque Telmex ya no le deja, pero sí su cómplice el ganso

Miguel A. Rocha Valencia
Casi me hace llorar el hombre más rico de este país que en este sexenio recibió contratos por más de 100 mil millones de pesos y sumó a su fortuna sólo en 2023, 27 mil millones de dólares para convertirse en el latinoamericano con más dinero y el onceavo a nivel mundial, y eso que su empresa insignia, Teléfonos de México, dejó de ser “negocio”, aunque no por ello dijo, la va a vender.
De tal suerte que el mejor empresario de nuestro país según el ganso de Macuspana, está desconsolado porque su empresa monopólica de telefonía fija ya no le deja los miles de millones a que está acostumbrado, aunque eso no obsta que por el otro lado, se siga hinchando de dinero sin siquiera invertir, ya que de los contratos recibidos en el sexenio de su gran amigo el peje, el dinero lo pone el mismo gobierno federal o sea, los mexicanos a través de la banca de desarrollo que nadie más ocupa porque a nadie más le dan contratos en Tren Maya, Dos Bocas o los subrogados que salieron del AIFA.
Porque ni crean que el libanés arriesga su capital, trabaja como constructor con dinero de gobierno. Tan es así que Banobras sigue financiando los trabajos en el costosísimo tren Maya donde seguramente va a ocurrir algún derrumbe tarde o temprano debido a que las técnicas de cimentación son erráticas para un suelo poroso, eso dicen.
Por eso no dijo nada cuando le cancelaron los contratos en el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) porque, además, le dieron muy buenos intereses a cambio de aceptar sin “panchos” las liquidaciones. ÉL, Carlos Slim Helú fue el mejor pagado y a cambio, se le ofertaron las obras que, sin licitación, hiciera la 4T.
Además, a raíz de ese convenio celebrado en Palacio Nacional, se le quitó cualquier responsabilidad en torno a la tragedia de la línea 12 del Metro, precisamente en el tramo que le tocó a Grupo Carso. A cambio casi lo reconstruyeron, pero la responsabilidad penal se diluyó, aunque los expertos dijeron que se trató de fallas de origen, especialmente en la falta de los llamados pernos Nelson.
Pero no acepta culpas, ahora sale que cualquier obra que carga a más de 900 millones de pasajeros en 10 años, puede presentar fallas y dejó entrever que el tema fue de mantenimiento contradiciendo así aquellos peritajes que mandó a realizar la corcholata quien para evadir su responsabilidad dijo que fueron causas de origen.
Total, que en esa bolita metió la mano el chango de Macuspana y quedaron en culpar, si hacía falta a un tercero. Pero no hay responsables penales por los muertos, los daños económicos generados por la interrupción del servicio y todos contentos.
Y pues ni modo, quien me lea si es tan amable de mandarme su colaboración para comprar una caja de desechables para Don Carlos, el único empresario respetuoso de la investidura presidencial (por 100 mil millones yo también lo sería) para que se enjugue las lágrimas (han de ser de oro) por que Telmex ya no es rentable, a pesar de que con la pura renta de las líneas fijas tiene para pagar a sus empleados que le significan un pasivo de casi 250 mil millones. Por eso vende porque estaría obligado a pagar. Bien podrido que bien vendido, diría un árabe.
No se olvide que Telmex cobra a otros competidores por el uso de la red de la cual es propietario, aunque en los lugares donde no tiene aún fibra óptica le rompen el monopolio y las cableras le ganan mercado.
Total, que de nueva cuenta en su mañanera el tlatoani lo defendió como el ser más honesto y respetuoso del mundo, que lo reconoce como lo que es, el presidente de la República, aunque eso no sea cierto pues por genes, el libanés encuentra en él a uno de los mejores clientes aunque para eso tenga que tragar sapos.
 “Primero lo que deja” diría don Carlos quien seguramente seguirá como consentido si gana la corcholata porque ahí no sólo hay relación gobierno empresario, sino una complicidad que en otros lugares se le diría asociación delictuosa, por aquellos de los muertos, heridos y quienes quedaron marcados de por vida por sus lesiones, además del reparto de culpas: ¿Fue falta de mantenimiento que se advirtió desde meses antes desde el Congreso de la CDMX, o definitivamente falla estructural de origen como afirmó la entonces jefa de Gobierno en base a un peritaje internacional?

Tendría que cambiar el gobierno para realizar imputaciones; mientras esté Morena, imposible

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