SE COMENTA SOLO CON
CARLOS RAMOS PADILLA
El ser humano pide libertades pero se enfrenta por la celebración de corridas de toros. El ser humano solicita respeto pero presenta la imagen de un Jesucristo “gay”. La democracia pide participación, exigencias, preparación y la gente oye no escucha y vota por las ideas de otros no por las que convienen. Inmundo que clama por paz pero ya le es indiferente la guerra en Ucrania o en Medio Oriente. Un plantea urgido de protección y algunos gobiernos siguen apostando a la quema de carbón. Para exigir igualdad se deforma el lenguaje para inventar un nuevo género “e” y crear híbridos humanos.
Para defender a la mujer por fanáticas feministas se aplaude la mutilación para cambiar de sexo. Reacciones contrarias muchas a la esencia y origen de la especie humana. La pandemia nos mostró lo frágil que somos pero además como los animales fueron recuperando el espacio y terreno que les hemos arrebatado. La lección de la naturaleza no sirvió, los atentados continúan contra el medio ambiente.
Estamos construyendo un mundo inestable, con cambios retrógrados mientras la tecnología a la que llaman “inteligencia artificial” intenta suplantase al hombre y la mujer. Se nos arrebata entonces hasta el poder de decisión, de análisis, de reacción. Nos salvan las emociones, los sentimientos, los abrazos, risas y lágrimas. Construimos enormes carreteras para llenarlas de encapuchados, de asaltantes y sicarios. Pagamos impuestos para edificar más prisiones que escuelas. Compramos los tratamientos más costosos para la piel pero nos tatuamos o perforamos. A veces no encontramos acomodo, nos sentimos inconformes con los obtenido y lo logrado.
El coraje, nuestro “estrés” lo intercambiamos de la amabilidad a decencia a la agresión y frustración. Debemos de dejar de pelear por los políticos mejor abramos espacios a las ideas y a los debates. Muchos amigos ya no lo son por discutir posturas ajenas mientras medran a su nombre. Dividirnos por las políticas públicas que se nos imponen no tiene sentido. Hoy la lucha es entre la ineficiencia y corrupción contra el pragmatismo y el triunfo. No necesitamos más dogmas, sino satisfactores. El fanatismo nos lleva a las urnas a sentir y no a pensar. Es más fácil creer que razonar. El mayor benefactor social es el auténtico emprendedor no el estafador, elmentiroso y manipulador. Pero hoy romper normas, reglas, códigos está de moda. Destruir para luego intentar construir, lo difícil es encontrar el camino correcto.