*En el Lugar se Llevó a Cabo la Semana del Arte 2024 Donde se Expusieron Obras de 52 Artistas
*Ahí se Ubica la gigantesca Obra que Dermont Begley Logró Trasladar y Exhibir
*La Misma Estaba Abandonada en una Estación de Autobuses y… Simplemente la Rescató
*En el Lugar hay Diversas Obras, Inclusive un Vestido Confeccionado con… Calzones
*Ahí se Encuentra, Inclusive, “la Lucha del Poder”, con Figuras de un Arcángel y un Diablo
SUSANA VEGA LÓPEZ
No es casa, no es museo, no es galería; fue una mansión esplendorosa de la época del porfiriato; luego se usó como cárcel; fue y sigue siendo bodega de un anticuario. En esta vieja casona que sobrevive al paso de los años ahora se conjunta arte, diseño, moda, fotografía, cultura, historia y arquitectura; un lugar donde se cuenta una que otra historia de fantasmas.
En Allende 28, al cruzar el enorme portón (mide cerca de cuatro metros de altura) el tiempo parece retroceder a la época de principios del siglo pasado; te imaginas la comodidad de entonces y la contrastas con el presente.
Te encuentras en un albergue con muchos cuartos. Algunos, en su entrada, tienen sendos números, tal vez para señalar la habitación de las familias que allí vivieron o para indicar el número de celda que tenían los prisioneros pues, cuentan, durante la Revolución, se usó como prisión militar. También dicen que alguna vez fue propiedad de Porfirio Díaz.
Te sientes dentro de una película de la época del Cine de Oro, en una de esas típicas vecindades del centro. Tiene tres pisos; sus escaleras y barandales lucen viejos, abandonados, deteriorados por el paso del tiempo; un caserón al que desde hace décadas le dejaron de dar mantenimiento como lo confirman los cuartos que dejan ver rastros de pintura de color verde, amarillo, naranja, blanco, beige, azul; algunos con duelas rotas, apolilladas; otros con mosaicos de siglos pasados.
En techos, puertas y en algunos rincones, las telarañas parecen momificadas. El polvo forma capas que contrastan con las obras que presenta un grupo de artistas que exhibirán su trabajo hasta el 21 de febrero.
¡Y TODO POR UN
ENORME CUADRO!
En el marco de la Semana del Arte 2024, que se realizó del 5 al 11 de febrero en la Ciudad de México, las curadoras Alessandra Migliano, fundadora de la Galería Errante; Nicole Alejandra Pierpont, de Casa Mimi; y Nadia Guitteau, de Al ratito Studio, decidieron unir sus talentos para exponer la obra de 52 artistas de diferentes nacionalidades: mexicanos, estadunidenses, franceses, venezolanos, brasileños, españoles, italianos…
Alessandra señala que la idea de hacer la exposición en esta casona del siglo pasado fue de Nicol. Explicó: “Nos trajo a esta casa de Porfirio Días que lleva 70 años sin ser habitada. Nos pareció una buena idea y pedimos permiso de realizar esta exposición y, al mismo tiempo, se conozca la casa, la historia y lo que se encuentra en este lugar”, donde Dermont Begley -curador de origen escocés-guarda lo que él mismo califica como “mural”.
En entrevista con Misión Política, Dermont Begley, quien por temporadas vive en México, afirma tener la suerte de encontrarse con esta joya perdida de Alfonso X Peña. “Un óleo sobre tela de 4 por 7 metros que estaba en una agencia de viajes ubicada en Reforma y Bucareli, que con el temblor del 85 se cayó; se rescató el mural y 30 años después yo lo compré”, mencionó.
Recuerda que cuando adquirió dicha pieza fue necesario restaurarla. “La obra estuvo más de un año en reparación. Se expuso en Chapingo, al lado de los murales de Diego Rivera pero nadie iba para allá por lo que me la traje. Quería presentarla al público antes de que se venda”, dice y asegura que muchas de las buenas obras están en manos de particulares por lo que la gente las desconoce.
Para traerla a la Ciudad de México tuvo que buscar un lugar donde ponerla pues por su gran tamaño no era fácil que entrara sin fraccionarla. Como no quiso quitarla del bastidor le costó trabajo encontrar un sitio para colocarla y exhibirla. Encontró este caserón en pleno Centro Histórico y el dueño, “gran amigo mío”, dice, le permitió guardar su obra en ese recinto.
“Esta casona tiene una puerta suficientemente grande para que la obra entrara con todo y bastidor, no la quería fraccionar. Luego, Nicol me invitó a realizar una exposición con otros artistas y, al mismo tiempo, dar a conocer el mural”, por lo que se dio a la tarea de instalar el agua, la luz y realizar arreglos para que el cuarto de baño estuviera en buenas condiciones.
“Todo el que venga nunca va a olvidar esta exposición; quien la vea se llevará una experiencia única, en un ambiente donde el contraste es increíble, fuera de serie”, consideró este escocés que creció en Estados Unidos, vino a México y estudió en San Carlos, en la UNAM y en la Universidad de la Américas. Este amante de las obras artísticas que se siente más mexicano que británico, como él mismo dice.
Comentó que es sobrino de artistas británicos, de los hermanos Akastes y Gwen Jhon. Orgulloso, afirma que su tía Gwen Jhon fue amante de Augusto Rodin y que ya estando en México, habitó una casa ubicada en Augusto Rodin, frente a la Plaza José Clemente Orozco, su artista favorito.
RECORRIDO
Para ver las obras se debe recorrer la casona; ir cuarto por cuarto donde se muestran diversas creaciones como aquel vestido hecho ¡con calzones!, o aquellas sillas de plástico que parecieran ser el asiento de unos fantasmas; o esa muñeca que el espectador decide si está dormida o muerta porque se hizo inspirada en el inmueble que luce así.
¡Y qué tal ese candil que luce hermoso, tipo veneciano, que parece de cristal, pero no lo es!, en realidad son desechos de botellas de plástico. Llama la atención una escultura fantasmagórica transparente, así como los arlequines, los trajes de baño, los vestidos varios.
Y más allá cajas registradoras que intervinieron artistas como Betsabé Romero, Barri Wolfryd o Néstor Quiñones con diferentes temáticas: la guerra, la economía, los pecados. ¿Qué compras con el dinero?, pregunta la artista y responde ella misma: “Una pieza de arte con la imagen de Marilyn Monroe, flores, pero también armas, conflictos”.
En una de las máquinas está presente la lucha del poder con figuras de un arcángel y un diablo; el bien y el mal, donde el dinero te transforma “se dice que si eres buena persona y luego tienes dinero, te va a hacer un mejor ser humano pero, si eres malo y de repente eres adinerado, te haces más malo pues el dinero resalta las cualidades”.
En lo que fuera una cocina se aprecian dos vestidos en tela de manta blanca. Patricia Pietri, joven diseñadora de modas, nos dice: “Llego a esta casa y junto con Elena, quien también trabaja con textiles, decidimos colaborar con la exposición. Apenas llegué a esta casa y dije que sí, porque el lugar conmueve”.
Asegura que siendo ella venezolana, el edificio representa los fantasmas de su país; el lujo máximo que a través del tiempo se ha deteriorado. “Para mí es hablar de mis miedos y traumas de mi infancia; del miedo a la muerte cuando eres niña y; de ahí que los vestidos sean blancos porque representan la inocencia”.
Las curadoras señalaron que así como encontraron el lugar, así lo dejaron; sólo tuvieron que mover algunas cosas para dar entrada a las obras, a las fotografías, a las diversas creaciones.
Es que, al parecer, la casona fue de un anticuario, es por ello que los cuartos están como por temas, por colecciones: aquí sillas; allá cajas; más allá lámparas y otros muebles. Y aunque, aseguran, se tuvo que tirar basura, el lugar luce totalmente abandonado, desolado, polvoriento, lúgubre.
Así es que esta vieja casona localizada en pleno centro histórico sirve de resguardo del enorme cuadro tamaño mural; un sitio que ahora se utiliza como lugar de exposición.
Se podrá hacer cita a partir del día 12 para realizar una visita guiada. No habrá costo de entrada y los tours y recorridos quedarán como una experiencia que te sorprenderá.
Algo jamás visto; una nueva experiencia que se ofrece en la Ciudad de México para acercar a los turistas, a la gente en general, que gusta de encontrarse con obras realizadas por artistas creativos tanto emergentes como ya establecidos. ¡No te la pierdas!
