*Nada que ver con el Do, Re, Mi, Pero sí con las Notas Florales, Frutales y…
*En el “Aroma de mis Recuerdos”, se Puede Añorar el Perfume de los que se Fueron
*Una Remembranza del “Aceite de los Ladrones”, Aquel Cuando la Peste Bubónica en Europa
*También Recordar en México, el Atuendo del Doctor Peste, del Viejo Continente
*Y la Creación en Alemania de la Suave y Deliciosa Agua de Colonia
*Las Deliciosas Aportaciones de México en Aromas: Nardo, Cacao, Vainilla
*Chanel No. 5, que Marylin Monroe Usaba en Gotas… “Para Dormir” y el más Caro del Mundo: Joy
*Los Seres Humanos Somos Capaces de Descifrar Hasta 10,000 Aromas
SUSANA VEGA LÓPEZ
En una casona de la época del porfiriato, de estilo art decó, en el número 12 de la calle de Tacuba, se encuentra el Museo del Perfume; un recinto que te lleva de la mano para conocer todo lo relacionado a lo que son las fragancias, los aromas, los olores que se le relacionan con la sensualidad, la elegancia, el lujo, el buen gusto; un producto que te identifica y marca tendencias.
Para describir un perfume se usan notas (pero no musicales) y entonces dicen que tiene notas florales, frutales, herbales, maderables, dulces… Así, hay quienes prefieren ciertas fragancias que dan como resultado que la gente se sienta bien, limpia, completa. Incluso, al percibir algún olor, las personas voltean, se atraen, se definen.
En este museo te enteras de la historia del perfume; y si quieres elaborar tu propia fragancia debes apartar tu lugar en el taller “Aroma de mis recuerdos” para que experimentes con 10 aromas que indudablemente te harán recordar la infancia, los días de escuela, a la abuela, a un amor… porque el olfato llega a lo más profundo de la memoria, a tu corazón.
Al entrar al recinto (los martes son dos por uno) un “mediador”, (ya no se dice guía), te da indicaciones: “comienzas por la derecha; son cuatro salas en planta baja y subiendo las escaleras, hay otras más. Hay recorridos guiados a las once de la mañana y tres de la tarde”.
Impresiona un gran vitral de murano, los altos muros, los grandes arcos, el patio con techos de vitral en forma octagonal y rectangular. Un gran flacon (una escultura que hace referencia a los frascos de perfume) se yergue en el centro del patio.
A pregunta expresa de Misión Política, Omar, el mediador, informa que son cuatro mil los artículos en existencia, pero el museo sólo tiene 400 en exhibición. Se trata de flacons, frascos, botellas o envases originales de perfumes de todo el mundo; son diseños de muchos tamaños y colores. También hay instrumentos que se utilizan para la extracción de aceites; una sala inmersiva que presenta un video-mapping que te traslada a un bosque, a un jardín; que te rodea en ambientes que evocan olores.
Muy atractivos resultan los contenedores que permiten que experimentes diversos olores si así lo deseas. Además, paso a paso te explican la historia del perfume en Mesopotamia, Roma, Grecia, Egipto, India y China.
CLAVO, ROMERO Y
HIERBAS AROMÁTICAS
Hoy en día, el perfume es de uso común, aunque aromas y productos cosméticos se utilizaron como remedio preventivo y medicinal; tal es el caso del “Aceite de los ladrones”, famoso en 1413 durante la plaga de la peste bubónica en Europa.
Se cuenta que cuatro ladrones fueron capturados y acusados de robar a los muertos y moribundos enfermos de peste. Sin embargo, ya en el juicio, el magistrado les ofreció clemencia si revelaban cómo habían evitado ser contagiados. Los ladrones explicaron que eran perfumeros y comerciantes de especias y que usaban un aceite especial de hierbas aromáticas (como el clavo y el romero) mismo que al frotar en manos, oídos y sienes, los protegía de la enfermedad.
Otro caso fue el de Charles de Lorme, médico de la nobleza francesa del siglo XVII, quien inventó un atuendo, el traje del Doctor Peste, que consistía en un abrigo de cuero, largo hasta los tobillos y cubierto de ceras perfumadas, así como una máscara con una gran nariz, una especie de embudo o pico, de casi 30 centímetros de largo en cuya punta se colocaba una mezcla de hasta 50 hierbas aromáticas, conocida como Theriac, cuya función era la de “purificar el aire”, toda vez que se creía que la gente se podía contagiar de alguna enfermedad porque el cuerpo humano, al ser poroso, enfermaba de peste al ser penetrado por los vapores del aire putrefacto.
PERFUMISTAS
A los fabricantes y vendedores de licor; a los destiladores; a los comerciantes de fragancias y; a todos quienes ocuparan aguas perfumadas en su labor se les llamó perfumista. De tal manera que en el siglo XVII la corte francesa nombró a los fabricantes de guantes como maestros perfumistas ya que usaban sustancias aromáticas que eliminaran el aroma de cuero curtido de los guantes.
Fue en Alemania, en el siglo XVIII, donde se creó el Agua de Colonia, loción que, se considera, fue la más utilizada a nivel mundial. El perfumista italiano Jean Marie Farina, un químico que fundó su empresa en la ciudad de Colonia, elaboró esa fórmula a base de aceites esenciales cítricos, herbales y florales.
“Mi perfume es como un bonito amanecer tras la lluvia, una composición de naranjas, limones, pomelos, bergamota, flores y frutas de mi país natal”, describía Jean Marie Farina.
ACEITES Y ESENCIAS
Para preparar un perfume los perfumistas cuentan con aproximadamente dos mil materias primas para hacer combinaciones infinitas. Así, utilizan diversos aceites ya sean frutales (coco, piña, frambuesa, mora, manzana o ciruela); con tonos amaderados (cedro, vetiver, sándalo y abedul); florales (violeta, nardo, rosa, lirio del valle, jazmín, azahar, ylang-ylang, lavanda, romero, geranio, vainilla); cítricos (bergamota, limón, naranja, mandarina, toronja, lima); especias (clavo, pimienta, cardamomo); además de tabaco, cacao, pachuli, jengibre, ámbar, almizcle, incienso, láudano, benjuí, mirra y más.
También están los gourmets, con notas artificiales de reciente creación, con aromas como algodón de azúcar, almendra caramelizada o goma de mascar; con notas de origen sintético (melonal, calone y floralozone); o naturales como el cuero (para fragancias masculinas).
Por cierto, el nardo, el cacao y la vainilla son cien por ciento mexicanos; una aportación de México para el mundo.
HISTORIA
En un muro se lee que la historia del perfume comienza con las ofrendas a los dioses que hacían pueblos y civilizaciones de Mesoamérica al quemar maderas y resinas; utilizaban el humo que desprendían. El copal se utilizaba en ceremonias y rituales.
El incienso, endémico de India y África, muy apreciado por la tradición cristiana (fue uno de los regalos de los Reyes Magos al Niño Dios), también se usa en rituales religiosos; un producto apreciado en el mundo de la perfumería por aportar matices fuertes y ambarados que hacen a las fragancias duraderas.
PERFUMES
PERSONALIZADOS
El Agua de la Reina de Hungría, un destilado de flor de romero se creó para Isabel Piast (1305-1380), reina consorte de Hungría, que, según la leyenda, la hacía lucir más joven.
En el siglo XVI, los monjes de Santa María Novella, en Florencia, Italia, instalaron el primer gran laboratorio de productos cosméticos y medicinales; la reina Catalina de Medici llevó a sus perfumistas a la corte francesa, quienes se asentaron en Grasse, ciudad considerada como la cuna del perfume moderno.
“Para dormir sólo uso unas gotas de Chanel No. 5”, dijo Marylin Monroe a pregunta expresa de un reportero de la revista Life Magazine sobre qué usaba para dormir. Fué una frase que trascendió en los años cincuenta.
DATO CURIOSO
Se informa que el diseñador Jean Patou, en 1929, lanzó la fragancia Joy catalogado el perfume más caro del mundo ya que por cada onza se utilizaban 10 mil 600 flores de jazmín de Grasse y 28 docenas de rosas búlgaras, materias primas costosas por lo delicado de su cultivo y lo complicado del proceso de extracción de aromas.
Bailarinas, artistas, reinas, cortesanas, mujeres en general y hasta castillos fueron la fuente de inspiración de los perfumistas. Por cierto, los humanos somos capaces de descifrar hasta 10 mil aromas. Y tú, ¿te animas a realizar tu fragancia?
