La Administración de Joe Biden pausó la aprobación de solicitudes pendientes para exportaciones de gas natural licuado (GNL) a países con los que Estados Unidos no tiene acuerdos de libre comercio, difundió Washington en un comunicado.
A partir de este 26 de enero, indica la nota de prensa, Estados Unidos pausa temporalmente las decisiones pendientes sobre las exportaciones de gas natural licuado (GNL) a países con los que no tiene acuerdos de libre comercio, hasta que el Departamento de Energía pueda actualizar los análisis que se realizan para aprobar las autorizaciones de venta.
Sin embargo, la nota aclara que la pausa está sujeta a excepciones para «emergencias de seguridad nacional inmediatas e imprevistas», algo que había sido adelantado por la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, quien declaró que la pausa «no afectará las exportaciones ya autorizadas, ni afectará nuestra capacidad de abastecer a nuestros aliados en Europa, Asia u otros receptores de exportaciones ya autorizadas».
«Seguimos comprometidos a garantizar que se satisfagan las necesidades energéticas a mediano plazo de nuestros socios», añadió la funcionaria. «Y si es necesario, el Departamento puede determinar si se deben hacer excepciones por necesidades de seguridad nacional».
Como recordatorio de que 2024 es un año electoral, el comunicado afirma además que el Gobierno demócrata tomó esta decisión mientras «los republicanos en el Congreso continúan negando la existencia misma del cambio climático» e «intentan despojar a sus electores de los beneficios económicos, ambientales y de salud de las históricas inversiones climáticas del presidente [Biden]».
La medida puede interpretarse como otra decisión del mandatario demócrata, abajo en todas las encuestas en un potencial enfrentamiento con Donald Trump en las elecciones generales y con un nivel de aprobación históricamente bajo, para congraciarse con el electorado joven de cara a los comicios presidenciales del próximo 2 de noviembre, al tratarse de un grupo de edad que, según todas las encuestas, ubica al uso de combustibles fósiles como una de sus principales preocupaciones.
Si bien Biden hizo campaña en el 2020 proponiéndose como el presidente que pondría fin a las perforaciones en tierras federales y que pondría en marcha la agenda verde más ambiciosa de todos los tiempos, tras llegar a la Casa Blanca dio luz verde a varios proyectos de perforación, como el llamado «Willow», en el estado de Alaska, y ordenó la aceleración de la construcción del oleoducto de gas natural Mountain Valley.
Ambas iniciativas son fuertemente rechazadas por los activistas ambientales, que han declarado en numerosas oportunidades haber sido «traicionados» por el jefe el ejecutivo federal.(Sputnik)