Imperdonable que la sociedad estemos creando “niños de cristal”, empujándolos al peligro de las drogas: Maru Rojas     

 

POR EDMUNDO CÁZAREZ C

-Primera de tres partes- Fotografía Adrián Ponce.

Con poco más de 30 años de reportera en Grupo Fórmula, María Eugenia Rojas Sánchez -Maru Rojas-, es una extraordinaria mexicana, fuera de serie y dueña de una energía e inteligencia sorprendentes, quien ha sabido sortear, a la perfección, los avatares de la vida, claro está, apoyándose en la dicha de ser mujer, una hija ejemplar y una madre abnegada. Una brillante periodista, que en su cotidiano quehacer informativo, transmite una claridad, entrega, profesionalismo, colocándola en un merecido lugar de relevancia en el difícil y peligroso ámbito periodístico de nuestro país.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma Metropolitana Campus Xochimilco -UAM- Sin lugar a dudas, Maru Rojas es una mujer de nuestro tiempo, con una trayectoria y capacidad profesional impresionante. De manera simultánea, se desempeña como reportera de la fuente legislativa para 14 diferentes noticieros de radio y televisión. Durante la administración pasada, le tocó cubrir la fuente presidencial de Enrique Peña Nieto, además de ser la conductora titular del programa dominical “Maru Rojas en Fórmula”, permaneciendo siete años al aíre con un éxito rotundo.

A lo Mero Macho, Maru Rojas es una mujer que da la impresión de no cansarse. Ha sido productora general de programas de televisión de RTC. Creadora de la primera campaña para votar, con fotografía, del Instituto Federal Electoral (1994) -hoy INE- Productora y Directora General de las tres emisiones de noticieros del Instituto Mexicano de la Radio, y, por si fuera poco, hasta se da tiempo para impartir clases en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en la asignatura de Diplomado en Periodismo Radiofónico.

Por supuesto, todo ese esfuerzo realizado ha tenido su recompensa, haciéndose acreedora a la Medalla Al Mérito Periodístico que le otorgó el Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación. Premio Nacional de Periodismo 2014. Reconocimiento 20 años de Trayectoria Periodística por el Club Primera Plana, entre otros muchos más.

En esta primera parte de la entrevista, dentro la saga LAS GUERRERAS DEL PERIODISMO, sostiene que es imperdonable que la sociedad estemos creando “Niños de Cristal”, empujándolos al peligro de las drogas, subrayando que los padres de familia deben evitar que los hijos hagan lo que se les pegue la gana, porque su obligación es enseñarles con rigor, que deben respetar las reglas del hogar y no salirse con la suya, poniendo de pretexto la violación a sus derechos humanos.

Platicar con ella, en la intimidad de su hogar, ubicado al sur de la Ciudad de México, la verdad, es que resulta una delicia y un agasajo. Notablemente consternada por el reciente fallecimiento de su querido hijo Adrián, es digno de admirar las fuerzas que saca para seguir adelante, y para acabarla de amolar, días previos a las fiestas de fin de año, sufrió un esguince en el pie derecho, incapacitándola para realizar su cotidiana actividad periodística que tanto ama y lleva a cabo con esmero.

Al realizar una retrospectiva desde su niñez hasta el México de hoy, con nostalgia, señala que en los años 70`s y 80`s, a lo largo y ancho del país se vivía una agradable tranquilidad “Pero, hoy, estamos en medio de una terrible crisis social y económica… ¡Ah!!, pero eso sí, el presidente López Obrador dice tener otros datos, seguramente, deben ser del país de la fantasía en el que vive y disque se ha empeñado gobernar, en donde sobresalen los constantes y despiadados ataques a compañeros de la prensa, algo que jamás había ocurrido en México y encabezados por el propio presidente de la República”

Dueña de una memoria prodigiosa, recuerda un acalorado enfrentamiento que sostuvo como reportera y la entonces vocera del candidato presidencial Vicente Fox: “Martha Sahagún odiaba a la prensa y arremetía personalmente contra los periodistas por cosas que se publicaban y no eran de su agrado, pero jamás, atentaba contra la vida de ningún comunicador, tal y como ocurre hoy desde -las mañaneras- de Palacio Nacional” -señaló-

Completamente sorprendida por nuestro anticipado arribo a la hora señalada para la entrevista, al recibirnos en la puerta de su hogar exclama: “¡Madre Santa! me encontraron en “fachas”, les estaba preparando un pavo al horno para que nos acompañen a comer terminando la entrevista”. Enfundada en pants color negro. Una hermosa playera color azul con una pintura de Van Gogh “La Noche estrellada”, y para complementar, unas simpáticas pantuflas con la figura de Los Simpson, haciendo hincapié que eran de su hijo Adrián.

Al detectar que le costaba cierto trabajo cargar con el pavo y colocarlo en el horno de su moderna estufa eléctrica, le pido a mi acompañante que le ayudara por favor, al escuchar que también se llama Adrián, exclama… ¡Nooo!!, voltea hacia él, lo abraza, le da un beso en la mejilla y comienza a llorar… “Te pareces tanto a mi hijo” ¿Cuántos años tienes? -18, le responde mi nieto- “¡Dios Mío! la misma edad que él tenía” Por unos minutos, ambos permanecen abrazados y Maru no cesa en llorar. Unos minutos más tarde, llega doña Maru Rojas, mamá de mi entrevistada y sin ponerse de acuerdo, las dos coinciden en afirmar el enorme parecido entre mi nieto y el desaparecido hijo de Maru Rojas.

Mientras tanto, en la pequeña zotehuela, adjunta a la cocina, por la puerta de cristal, dos hermosos perros raza houskies “Zeus” color negro y blanco, “Apolo”, color miel, hijo del primero, observan celosamente al par de intrusos que se atrevieron invadir su hogar y quebrantar la tranquilidad, se les nota estar dispuestos para defender a sus dueñas.

“Mami, por favor, te pido que acompañes a Edmundo y su nieto mientras me voy a dar un baño rápido para estar presentable en las fotos de la entrevista”, le ruega mi entrevistada a su progenitora. Por espacio de 20 minutos, doña Maru Rojas me platica interesantes anécdotas familiares que compartiré más adelante con usted, estimado lector de EL UNIVERSAL

-¿Cómo le va en la vida a la gran reportero y extraordinaria mujer que transmite calidez y sinceridad?

-¡Wooow! me vas a sonrojar con tanto halago. Mira mi querido Edmundo, sin el deseo de hacer caso omiso a los duros golpes que la vida me ha dado, te lo digo con toda sinceridad, no tengo nada de que quejarme, me va muy bien en la vida…

-Pero te veo con tu pie enyesado por un esguince que sufriste…

-Yo estoy bien, estas son cosas pasajeras…. ¡Jodidos los de enfrente!!

-A lo mero macho ¿A Maru Rojas nada le duele?

-Mmm… algo que me duele mucho, es que por culpa de “las benditas redes” nos estanos perdiendo del abrazo. Sentir ese calor entre los seres humanos. Desearnos un Feliz Año Nuevo frente a frente y no que sea, simplemente, a través de un simple aparatito. ¡Carajo!!, me duele tanto no poder abrazarnos como lo hacíamos antes que aparecieran las redes sociales, vamos, estrecharnos la mano y sentir esa energía y darnos un beso.

-Déjame decirte que desde que ingresé a tu casa, se percibe un ambiente de mucha tranquilidad.

-Bienvenidos a esta su casa. Es la primera visita que recibo al comenzar este 2024, y estoy segura que tendrán muy buena mano, porque también irradian mucha positividad y confianza.

-¿Qué propósito te propusiste al iniciar este año que se espera sea mucho muy agitado?

-Coincido contigo, será un año de muchísimo trabajo e infinidad de sorpresas, pero dejando a un lado eso, me propuse abrazar mucho, dar amor a los demás. Pero también, abrir más las puertas de mi casa a los amigos, porque el día de mañana no sabemos si vamos a estar aquí con vida…

-¿Cómo le haces para ser tan fuerte, después de la irreparable pérdida de tu hijo Adrián?

-Es que no me queda de otra, nada más me quedé con la compañía de mi mamita querida.  Mira Mundo, en la pasada navidad y año nuevo, nos dimos cuenta que la familia ya se hizo mucho muy chiquita, ya partieron a la otra vida muchos de los integrantes de aquella enooorme familia que teníamos.

-Nada, pero nada, es para siempre…

-En efecto, mí querido sicólogo encubierto. Mi mamá es la última de los once hermanos que fueron, ya todos sus hermanos cumplieron con su ciclo de vida.

-Pero hay primos, sobrinos, tíos, etcétera…

-Ya todo es diferente, es decir, cada quien tiene sus propios compromisos, sus dinámicas y cosas por atender. Todos, pero todos, están regados en provincia y en la Ciudad de México, solamente quedamos mi mamá y yo.

-Maru hermosa, la vida nos hizo amigos, pero el periodismo nos convirtió en hermanos. Tú eres muy querida, admirada y respetada en el medio periodístico…

-Muchas gracias por tus palabras. Gracias a esta bendita profesión, estoy sorprendida por los muchos amigos que tengo, hasta me invitaron pasar el año nuevo con ellos, el diputado José María Virgen, uno de los candidatos al gobierno de Veracruz por el partido Convergencia y Movimiento Ciudadano vino por nosotros y nos llevó a su casa.

-¿Qué sientes cuando llegas a una sala de prensa y te percatas de las innumerables muestras de afecto que te prodigan los colegas?

-Me siento bendecida por el cielo…

-A lo mero macho, quien no conoce a Maru Rojas diría que tienes un carácter horrible, pero quienes tenemos la suerte de tratarte… ¡eres un pan de Dios…!!

-¡Me haces sonrojar!!… No sé por qué piensan que soy muy dura, la mera verdad, no…

-¿Crees todo lo que se dice en la redes sociales?

-Es que por culpa de las redes sociales te transformas en algo duro.

-¿Las redes sociales, no son otra cosa que un “bullyng” disfrazado?

-¡Exacto!! Fíjate que yo fui una de las tantas víctimas del “bullyng” escolar.

-¿Por tu color de piel?

-Ni más ni menos, en la primaria me decían “pinche negrita”

-Lo que no saben, es que en el cielo también hay angelitos negros…

-¡Ay, qué lindo eres!!…

-¿Y en la secundaria?

-Me apodaban “la niña melanina”, sobre todo, en tercero de secundaria cuando íbamos al laboratorio de química y estudiábamos el proceso de la piel, no enseñaron que quien posee mayor cantidad de melanina en su cuerpo, su piel es más obscura y nos protege más el sol…

-Más vale una negrita sabrosa, que una güereja insípida…

-Ja, ja, ja. Eran los chamacos pubertos quienes me decían así. Y para hacerlos enojar más, les enseñaba mis brazos, las piernas y les gritaba… “Soy melanina pura”

-¿Saliste brava?

-Fíjate que no era peleonera, mucho menos, conflictiva, pero aprendes a defenderte. En esa etapa yo no entendía ni madres lo que era el “bullyng”, es más, hasta me parecía completamente normal. Ahora, si un niño sufre de “bullyng”…. ¡No inventen! lo tienen que llevar al sicólogo, hasta lo quieren encerrar dentro de una burbuja de cristal y tratarlo con pinzas.

-¿Las nuevas generaciones están haciendo niños de cristal?

-¡Ni más ni menos! lo dijiste a la perfección. No saben el terrible daño que les hacen a los adolescentes y jovencitos… ¡se quiebran a la primera y por cualquier cosa…!!

-Ufff, tú, lo viviste recientemente… ¡y en carne propia! con el muy lamentable fallecimiento de tu adorado hijo Adrián…

-Ahorita que llegaste acompañado por tu nieto Adrián, no sabes lo impactada que me quedé al saludarlo. Tiene la misma edad de mi hijo, se llaman igual y son mucho muy parecidos… hasta sus gestos son idénticos… -Sin poder contenerse, Maru Rojas no soporta las ganas de llorar, abraza a mi nieto que funge como mi compañero y fotógrafo, quien se encontraba sentado frente a ella, le da un beso en la frente y le dice-: “Al observarte, desde que llegaste, eres igualito a mi hijo y hasta te llamas igual… ¡Dios es grande!!… ¡Ay Mundo, que grata sorpresa me obsequiaste al traer a este muchachito, me quedé impactada!!

-Dios sabe porque hace las cosas…

-Con la voz entrecortada y con los ojos llenos de lágrimas, continúa: “Es un dolor terrible para una madre, ver morir a su hijo a tan solo sus 18 años de edad. Fue un golpe muy fuerte, te sumes en una gigantesca depresión, no sé cómo he logrado ir superándola poco a poco…

-¿Por qué, se maneja en las redes sociales que se suicidó?

-¡Eso es falso!! Su novia fue la culpable de su muerte, le dio unas pastillas -drogas- disque para que durmiera… ¡y mi hijo ya no despertó!! -Nuevamente, abraza a mi nieto y llora recargada en su hombro durante varios minutos. Motivo por el cual, considero pertinente suspender brevemente la entrevista hasta que se tranquilizara…

-Adrián está en el cielo y te cuida desde allá, estoy seguro que se siente muy orgulloso de su morenita hermosa…

-Un millón de gracias querido Edmundo… ¿Sabes qué es lo que disfruto de todo esto?…

-¿Perder, nos es tan malo?

-¡Wooow, qué pregunta tan chingona!! No, ¡mi sicólogo encubierto! ja, ja, ja. Fíjate que, durante la campaña de Vicente Fox a la presidencia, un día tuve un enfrentamiento con Marta Sahagún, debido a ello, al tomar posesión como presidente me quitaron de la fuente de presidencia.

-Pues ¿qué le dijiste?

-Todos los reporteros estábamos en el Club de Industriales cubriendo las actividades de Fox, llegué barriéndome al evento, además, me acababan de asaltar saliendo del Metro Auditorio, ni siquiera llevaba mi celular, por lo mismo, no podría contar con un testimonio de todo lo que ahí se pronunciara…

-¿Y los demás compañeros…?

-sabes perfectamente que la raza de ese entonces era brava, nadie te pasaba los audios en donde pudiera confirmar ante mis jefes y antes los radioescuchas que Fox acababa de decir que sí, iría a un debate. Pero la señora Marta, insistía, que ella, tenía que dar otra explicación al respecto y ampliar por qué, decidió, a último minuto, ir a dicho debate.

-Marta Sahagún, era de armas tomar…

-¡Era durísima! todavía le reviro que nos había dicho que esa misma noche nos iríamos a Villahermosa y que los empresarios pagaban más en donativos a lo que le aportaría asistir a un debate. Delante de todos, Marta Sahagún me grita: “Mira muchachita, hazle como quieras, Vicente Fox ya no va dar más explicaciones”. Se da la media vuelta, inmediatamente, comienza el bullicio de todos mis compañeros reporteros.

-Por dentro pensaste… ¿Trágame Tierra?

-Marta Sahagún estaba a punto de bajarse del pódium y le grito nuevamente Marta, por favor, ¿Así vas a ser de soberbia y grosera si es que llegan a la presidencia de la República?

-¡Sopas! le tiraste un dardo envenenado…

-¡Uff! voltea de inmediato y me dice… ¡Mide tus palabras porque te vas arrepentir!!

-Eso, era una amenaza pública…

-Se da la media vuelta y se retira ¡No sabes! todos, pero todos los compañeros comienzan con la bulla y me decían… “Maru, la que te espera”

-Lo hecho, hecho estaba…

-¡Exacto! pero me nació del alma. Muy dentro de mi le dije…. “Marta, vas mucho a la y chi….” Ja, ja.

-¿De regreso a Radio Fórmula, te esperaba una verdadera tormenta de regaños?

-En efecto, al llegar a las oficinas de Grupo Fórmula en Privada de Horacio número 10, los de seguridad ya no me permitieron el acceso. En la planta baja, un amigo me prestó un celular y fue como les pude explicar a mis jefes lo sucedido…

-¿Qué condiciones te pusieron para que no perdieras tu chamba?

-No estar en ningún acto que encabezara Fox. Y así fue, todo su sexenio Me mandaron cubrir la Secretaría de Gobernación con Santiago Creel, por cierto, ahora que me lo volví a encontrar como diputado federal, se acordó de todo lo que me sucedió con Marta Sahagún.

-¿Una reportera sin pareja que la cuidara y virgen hasta el matrimonio?

-¡No hombre! te pasas, en todo estás. En ese tiempo debuté como mamá pero tuve la desgracia de perder al primer bebé que no se logró, aun así, como una mujer de carácter férreo, me aventé otro embarazo porque pensaba que como mi carrera era de periodista, lo más seguro, era que ya no iba a brillar, así es decidí convertirme en mamá de tiempo completo…

-¿Será que la tristeza nos hace empequeñecer…?

-Fíjate que, en esa época, cuando perdí al primer bebé, no sé de dónde saqué fuerzas, pero me metí a dar clases en la desaparecida Escuela de Periodismo, Arte en Radio y Televisión que dirigía Guillermo Pérez verduzco…

-Eres una auténtica Guerrera del Periodismo…

-Es que dar clases de periodismo, es algo sencillamente extraordinario…

-¿Un periodista nace o se hace…?

-¡Qué buena pregunta!! Me llenaba de entusiasmo percatarme que a los chavos les hervía el periodismo por las venas, muchos de ellos ya trabajaban en los medios

-¿Un periodista se forma en las aulas o en las redacciones?

-¡Edmundoooo! con tu experiencia… ¿Me estás chamaqueando? Recuerdo que los chavos buscaban una escuela de periodismo en donde los maestros fueran auténticos periodistas.

-¡Vaya experiencia!!

-Me duró el gusto solamente tres años…

-¿Por qué?

-Tuve que dejar de dar clases cuando me comisionan cubrir todas las actividades de Enrique Peña Nieto hacia la presidencia de la República…

-Yo quiero saber: ¿Qué recuerdos guarda esta extraordinaria mujer de su etapa infantil?                  -Vaya manera de meterte a la vida priva de tus entrevistados, eres muy astuto…

-¿Muy queeé?

-Dije ¡ASTUTO! así, con mayúsculas…

-Ah, bueno, mejor cuéntame cómo eras de niña…

-Una niña terriblemente sola y siendo víctima del “bullyng” Ahora, puedo decir todo lo que antes callaba…

-¿Lo que callan las mujeres?

-¡No manches! ese es un programa de TV Azteca

-Pero si algo caracteriza a Maru Rojas, es que de nadie se deja…

-Pues sí, pero antes, de niña, no me gustaba defenderme

-¿Por qué?

-Es que sentía que mis compañeritos contaban con alguien que los defendiera y yo no…

-¿Una niña sola contra el mundo?

-¡Exacto! aunado a eso, en la escuela escuchaba los comentarios de niñas y niños que sus papas los habían llevado de compras, al cine, al jardín, en fin. Se me partía el corazón escuchar sus relatos y me sentía muy triste….

-¿Cómo “La muñeca fea”, escondida por los rincones?

-¡Ah! con esa bella canción de Cri Crí, me pongo a chillar, creo que la escribió pensando en mí. Es más, todo lo que contaban mis compañeritos en el salón, hasta me llenaban de rabia… A mí, no me dejaban ni siquiera asomarme a la puerta de mi casa, mucho menos, salir a jugar a la calle con los demás niños

-Toma en cuenta que tu mamá se la pasaba trabajando y tus abuelos te protegían…

-¡Vaya, veo que sabes más de mí, de lo que me imaginaba!! Déjame contarte que vivíamos en medio de dos vecindades, allá en la colonia Gertrudis Sánchez. Mi abuela me llevaba hasta la ventana de la casa, recorría las cortinas y me decía; “Mira, ves ese coche que le están robando las llantas y desvalijándolo, pues quiero que sepas que esos criminales también se roban y matan a los niños”

-¿Te aterrabas todita?

-Pues sí, llena de pavor, hasta me hacía “pipí” Iba tomando conciencia que mis vecinos eran unas ratotas de dos patas. No me quedaba otra que asimilar que era la razón por la que no me dejaban salir a jugar con los demás niños.

-¿Un transitar vicioso: casa/escuela/casa?

-Era un verdadero viacrucis para mí, veía mi libertad limitada… ¡y no me quedaba de otra!!

-¿Ahora sí, que, al perro más flaco se le pegaban todas la pulgas…?

-No te preocupes, entiendo perfectamente la metáfora. Me sentía terriblemente sola.

-¡Gupl! entonces… ¿Con quién demonios platicabas?

-No me quedaba otra que platicar conmigo misma, y como mi abuela tenia prendida la tele todo el santo día, me la pasaba viendo noticias, noticias y más noticias…

-¿Y cuál era la reacción a ese hartazgo informativo en una niña de ocho años?

-Agarraba el palo de la escoba, me imaginaba que era un micrófono y me ponía entrevistar a mis muñecas y hasta mi perro…

-¿Se puede decir que de ahí viene tu inclinación por el periodismo?

-Digamos que de cierta forma sí. Es que me dormía viendo a Jacobo Zabludovsky en 24 Horas. Despertaba viendo a Guillermo Ochoa en Hoy Mismo, y a la hora de la comida, me aventaba viendo a Lolita Ayala con 24 Horas de la Tarde.

-¿Qué merendabas, aparte de más noticias?

-Café con leche y pan dulce, acompañada de mis primos que llegaban a merendar…

-¿No que estabas triste y sola?

-Durante todo el santo día sí, pero como era la casa de los abuelos, a la hora de la cena se aparecían los primos y terminando de cenar se iban…

-¿Tus oraciones para irte a la camita, eran noticias y noticias?

-Durante todo el santo día, la niña Maru Rojas estaba repleta de noticias, lo que son las cosas, tanto en secundaria como en la prepa, me percataba que a ninguno de mis compañeros les interesaba, en lo más mínimo, las noticias.

-¿Cómo diablos te divertías ante un panorama informativo?

-Mi única distracción era estar leyendo y estudiando…

-¿Eras “matadita” para la escuela?

-Debo reconocer que no poseía una memoria privilegiada, sin embargo, veía algunos chavos que, a la primera, agarraban la onda en la escuela y yo no, como que me costaba un poquito de trabajo entenderlas al ciento por ciento. Me tenía que fletar en mi casa repasando todo…

-No me digas que eras de cabeza dura…

-A tal grado no. Tampoco me avientes al barranco, ja, ja, ja.

-¿En la escuela que deportes practicabas?

-Nunca he sido asidua a los deportes.

-¿Cuál fue el año más difícil para ti, en la etapa escolar básica?

-Creo que cuando me cambiaron a una escuela de monjas… ¡fue horrible!!

-¿Te la pasabas rezando y dándote golpes de pecho?

-¡Ni más ni menos!! Yo no entendía porque diablos teníamos que estar rezando cada cinco minutos, hasta me costaba mucho trabajo entender cómo le hacían para aprenderse de memoria el Credo, es una oración tan larga que prefiero aprender más sobre los Aztecas, porque es más variada y llena de aventuras… ¿Pero aprenderte de memoria el Credo?… ¡Qué güeva!!

-¿Llegaste a pensar que Dios era un ser punitivo?

-Eso es lo que te inculcan, que no se hagan. Las monjas te enseñan odiar a Dios. Que si no haces esto, te castiga. Que, si no te bañas, te vas derechita al infierno. Bueno, hasta llegué a pensar que el chamuco debería ser más chido y divertido ja, ja, ja.

-¿Con todo lo que te ha pasado, sigues pensando que Dios sea tan malo?

-¡Claro que no!! Las monjas te retacaban el pensamiento que todo, pero todo, era castigo. Bueno, hasta ir hacer pipí era pecado… ¡que no manchen!! Si te portabas mal, si no prestabas atención en el salón o si no hacías la tarea, te ibas a la capilla hacer oración toda la mañana.

-Hasta la misma Biblia lo dice muy claro, que Dios te da un libre albedrío…

-Exageran con ese fanatismo religioso. Ahora que soy adulta, considero que era una absurda disciplina que imponían esas monjas. Todo aquello que sufrí, ahora lo disfruto…

-Hoy en día, con el paso del tiempo, Maru Rojas ¿qué es lo que más disfruta…?

-Uta, que buenas preguntas me lanzas de tu metralleta recargada. No sabes cómo disfruto dar clases en la UNAM…

-¿…Más que reportear?

– A lo mero, macho y con tu permiso, la verdad es que sí…

-¿Qué es más gozoso para ti: Reportear, dar clases o hacer el amor?

-¡Santo Dios!!… ¡Edmundo!! Me traes de un lado para otro…

-Bueno, está bien, entonces dime como reportera… ¿Cómo te sientes cubrir la Cámara de Diputados?

-¡Uff!!, la política te desanima y decepciona tanto que cuando ves a los chavos estudiantes tan perdidos en el espacio, tienen un concepto del periodismo tan alejado, cuando es algo que nos apasiona muchísimo, tanto a ti como a mí.

-¿Cuál es la meta de los estudiantes de periodismo?

-Todos, pero lo que se llama todos, quieren ser cronistas deportivos.

-De manera muy inteligente, diste un enorme salto de tu preadolescencia a tu actual labor de catedrática de la UNAM… Platícame algo de la etapa de prepa…

-Mi querido Mundo, apenas llevamos casi media hora de platica y ya me has hecho como doscientas preguntas…

-Es que, primero entrevisto y luego existo… ¡No le saques…!! Cuéntame tu etapa juvenil

-Saliendo de la secundaria, a punto de entrar a la prepa, para mí, todo lo que me rodeaba era un enorme “tabú”

-¿Estabas en medio de un enorme pantano?

-Así me educaron, me decían que todo era malo…

-¿Ni te permitían la amistad de un chamaco que te llamara la atención?

-¡No! tuve mi primer novio hasta la universidad. Me habían taladrado la mente que lo peor que me podía ocurrir en mi vida era acercarme a un niño. Fíjate que hasta me cambiaron de la secundaria que estaba ubicada en la colonia Gertrudis Sánchez de Aragón y nos fuimos hasta Villa Copa, al sur de la ciudad.

-¿Casa nueva, vida nueva?

-Estando ahí, en Villa Coapa, ingresé a la prepa de la UVM.

-¿Qué sentías estar con otro tipo compañeros y un estrato social diferente?

-Me daba pánico hablar con los chavos de la UVM de Villa Coapa…

-¿Cómo lograste hacerte amiga de ellos?

-Pues las cosas se dieron de manera natural, quizás, porque los veía a diario. En Acoxpa agarraba un camión que iba desde el Estadio Azteca a la unidad habitacional de Villa Coapa y me dejaba afuera de la UVM. Me acuerdo que iba pegada a la ventanilla del camión para bajarme en la parada del Sardinero…

-¿Te sentías acosada por los chicos?

-Imitando al Chavo del Ocho, con el dedo índice de su mano derecha exclama: “Eso, eso, eso. Dentro de mí, iba pidiéndole a Dios que no me fuera a topar con una bolita de chamacos porque me iba a dar mucho miedo estar frente a ellos. Me aterrorizaba, así como lo escuchas, me aterrorizaba”

-¿Legaste odiar a los chicos?

-Sí, te lo juro que sí.

-¿Qué sucedió cuando le presentas a tu mamá, tu primer “amigo”?

-Era un simple, ni siquiera era un posible pretendiente, porque era alguien que me estaba ayudando a realizar mi cambio de unidad en la universidad

-¿Qué te dejó de bueno o de malo la secundaria, porque no la mencionas para nada?

-La secundaria la realicé en el Colegio Francés/Hidalgo de Lindavista, porque la primaria la cursé en la Justo Sierra, créeme que la amo porque conocí gente maravillosa como Liliana Almazán, Aurora Ortiz, eran niñas y niños “genio…”

-¿Considerabas que tu intelecto estaba más abajo que la de ellas?

-Honestamente sí, yo no alcanzaba la “genialidad”, no obstante que sacaba puros dieces, pero, ellas y ellos, eran verdaderamente excelentes y brillantes. Liliana Almazán llegó a ser campeona nacional de natación y pre seleccionada olímpica.

-¿La disciplina influye en tus capacidades intelectuales?

-¡Indudablemente!!…

-¿Una educación militar?

-La escuela Justo Sierra no es que fuera un tanto militarizada, pero sí, te obligaban estudiar a conciencia con la fijación que obtendrías un bienestar…

-¿La educación, la única herencia que pueden dejar los padres a los hijos?

-Tú, lo has dicho a la perfección. La educación es la única herencia que podemos dejar a nuestros hijos. En la escuela nos machacaban: “Sus padres están haciendo un gran esfuerzo por tenerlos en una escuela privada que apenas iniciaba funciones y llegó a obtener un enorme prestigio. Me acuerdo que mi escuela estaba ubicada exactamente frente al hospital La Raza, en donde mi mamá trabajaba como enfermera.

-¿Una niña norteña, que en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en sureña?

-Ja, ja, ja, que bonita definición realizas para describir mis vivencias en el norte y sur de la Ciudad de México. Es que viviendo en Aragón y para irme al sur eran horas y horas de tráfico, así es que mi mamá tomó la decisión de irnos a vivir a Villa Coapa…

-¿La escuela Justo Sierra, era la panacea?

-Es que te inculcaban amar el estudio y hacerlo de corazón. Ahora me entiendes ¿por qué llegué a odiar el año que permanecí con las monjas?, era perder el tiempo rezando todo el día. Además, tenía que llevarles un comprobante que asistía a Misa todos los domingos. Forzosamente, tenía que ir a la Villa de Guadalupe, una vez al mes.

-¿Repito, un inconcebible fanatismo religioso?

-Eso mero. En cambio, en la Justo Sierra te hacían la vida tan bonita como para que no rindieras buenos resultados.

-Ya para dejar en paz tu educación básica, ¿en la secundaria, eran puros niños “fifís”?

-Sí, casi todos eran egresados del Colegio Tepeyac, familias de clase media/alta, inclusive, con una cierta formación católica y con un equipo de futbol americano…

-¿Te sentías como pez en el agua?

-Fíjate que sí, de cierta forma, mi soledad su iba disipando poco a poco. Me hice amiga de Adriana Lojero, de Norma Pita Herrera, por cierto, su papá era el brazo derecho del “Negro” Durazo, no entendíamos cómo llegaba a la escuela con guaruras.

-Siendo ya una adolescente ¿Cómo veías al México de ese entonces?

-Con mucha esperanza y como mi mamá trabajaba en el IMSS, tenía unas prestaciones maravillosas. Un Centro Social y Deportivo en Lindavista, sinceramente, maravilloso, todos los sábados y domingos nos íbamos a nadar en los terrenos que hoy ocupa el Hospital Magdalena/Salinas, junto a los velatorios del Seguro Social.

-Es el México que ya se nos fue…

-Hace unos cuantos días, fui hacer un reportaje de esas instalaciones y las encontré totalmente abandonadas…

-¿Nada es para siempre?

-Es doloroso decirlo, pero hasta la calidad de vida también se va diluyendo. Ya no puedes salir con tus hijos a la calle. Cuando íbamos al supermercado, llenábamos los carritos y había una frase, no solamente con mi mamá porque conviví muy poco con ella, pero cuando la pude acompañar al súper, decíamos, “es que antes, podíamos llenar los carritos con la despensa, y ahora, estamos en medio de una terrible crisis económica y social”

-Pero el actual presidente tiene otros datos…

-Pues será en su país de la fantasía…

-Continuará-

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