¿Ahorro o robo?

Yo Campesino

•El lema en el sexenio del ganso es: “haz obra que algo te sobra”, AIFA, ejemplo

Miguel A. Rocha Valencia
Más mentiras del ganso para descalificar la evidente corrupción en todas las obras realizadas en su administración y lo peor de todo que no tienen rentabilidad y sólo sirvieron para enriquecimiento de su familia, colaboradores, cuates, en una complicidad criminal protegida desde Palacio Nacional, con el poder de la silla presidencial.
En ninguno de los más recientes escándalos que inician con el cártel de los López para abastecer a las obras sin viabilidad financiera del tlatoani tabasqueño hasta los desvíos de mil 200 millones de dólares de la deuda del NAIM, pasando por Segalmex, los sobres de los hermanos, enriquecimiento inexplicable de los hijos y demás parentela, existe un desmentido por parte del gobierno federal.
A cambio en las respuestas del caudillo, se aceptan como verdaderas todas las acusaciones, pero se minimizan, se acusa a los denunciantes, especialmente si son periodistas, de servir a intereses “ajenos”, antipatriotas, oligarquía y de plano ser enemigos del régimen.
Pero en ningún caso se presentan pruebas de que lo denunciado es mentira y ahora salen con que en el caso del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México cancelado por capricho del mesías tropical, se hicieron “grandes ahorros” especialmente por el terreno donde se ubicó el proyecto, pero no desmintió los desvíos para el Tren Maya o el mismo AIFA, ni que la deuda diferida de la fibra verde con que se alzaba el NAIM se paga con el TUA del AICM con todo y su encarecimiento y por lo cual se pagan 200 millones de dólares anuales que en otra circunstancia, servirían para mejorar la actual terminal capitalina.
“Ahorros” de qué, si al tener un aeropuertito no sólo se tiraron a la basura y al bolsillo de varios cuatroteros, incluyendo los hijos del mesías más de 600 mil millones de pesos, así como otro tanto en inversiones que ya no se hicieron, la deuda de los seis mil millones de dólares del financiamiento privado, sino también el futuro promisorio de la aviación y turismo mexicanos.
Ni hablar de la caída de la confianza de los capitalistas en México como lo documento el propio Bank of America en su encuesta con los 100 inversionistas más importantes del mundo quienes apuntaron que el peor obstáculo para ellos eran las “políticas de un solo hombre” que movían al país. En ese tiempo también se fueron más de 35 mil millones de dólares y se cancelaron proyectos internacionales, especialmente en energía, hotelería y aviación.
Y cómo puede haber ahorros cuando a la obra sustituta, más allá de los desvíos, opacidad en contratos y sobreprecios donde el Ejército está metido, se encuentra una insolvencia por falta de demanda, por lo inadecuado de la ubicación para la clientela, para la propia industria aeronáutica independientemente de que el tema de operaciones simultáneas con el AICM, nunca se resolvió a pesar del rediseño del espacio.
Cómo se puede hablar de ahorros con una obrita que no responde a los estándares internacionales modernos, que es incapaz de sostenerse a sí misma como pasa con el Tren Maya y a los cuales se les debe mantener con dinero público, del bolsillo de quienes sí trabajamos.
No sólo eso, sino que además como sucede con Dos Bocas, la viabilidad financiera de aeropuerto y tren están cuestionadas porque no “producen” salvo corrupción de la cual se enriquecen como ya se vio, la familia presidencial.
Pero pensar que en algún momento Aeropuertito o trenecito generen utilidades, están solo en la mente del machuchón de palacio y mientras a mantenerlos igual que las nóminas de los militares que los administran y se alzan como dueños por decreto presidencial. Es decir, son fuente de enriquecimiento para quienes diga “el señor”, pero no para generar desarrollo, crecimiento o beneficio para los mexicanos.
Elefantes blancos para mantener a una nueva élite, pero no para generar crecimiento y bienestar al pueblo y como ya se vio, receptáculos de una corrupción aceptada, pero no reconocida por el pontífice de la 4T.
A cambio ahí están las cancelaciones de rutas, de vuelos con un solo pasajero, incosteables, aunque las líneas aéreas intenten sostenerlas para no chocar con el jefe del cártel de la 4T. Mientras, serán dos mil 500 millones de pesos en subsidios para dos años, es decir el 68 por ciento de los ingresos reportados por la terminal aérea de Santa Lucía.

Es decir, no sólo es el robo, el desvío sino todo lo que se seguirá gastando sin ningún beneficio para el país. La única utilidad de las obras fue para el cártel de los López Beltrán.

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