El Amor de la Amistad
HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO
“La Sociedad de la Nieve”, película dirigida por J. A. Bayona, con la actuación principal de Enzo Vogrincic (Numa Turcatti), Agustín Pardella (Nando Parrado), Matías Recalt (Roberto Canessa), Tomás Wolf (Gustavo Zerbino) y Diego Vegezzi (Marcelo Pérez del Castillo); se proyectó el 9 de septiembre de 2023 en la clausura del 80 Festival Internacional de Cine de Venecia.
El vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que transportaba a jugadores del equipo de rugby del Old Christians Club de Montevideo se estrella en el remoto corazón de la cordillera de los Andes, los sobrevivientes se ven obligados a depender unos de otros para sobrevivir.
La cinta está basada en el libro homónimo de Pablo Vierci, que a su vez se basa en el documental de Gonzalo Arijón; la historia del accidente en la cordillera de los Andes en 1972 es ampliamente conocida, sin embargo, lo atractivo de la película radica en que la narrativa corre a cargo del personaje de Numa Turcatti, que es el artífice de esta sociedad de la nieve.
PRIMERA PRUEBA
El fatídico viernes 13 de octubre de 1972, el vuelo 571 se estrella contra el Valle de las Lágrimas, de los Andes; tras el impacto, el avión se parte en dos, y el fuselaje se desplaza por el valle hasta detenerse.
Los 32 supervivientes se enfrentaron a un reto aún mayor: mantenerse con vida en los helados Andes, donde las temperaturas caían por debajo de cero y las ventiscas arrojaban varios metros de nieve. La altitud provocaba que el oxígeno fuera tan escaso que provocaba mareos.
Los pasajeros eran de nacionalidad uruguaya, y el punto más alto en el territorio uruguayo está situado en el cerro Catedral, que alcanza 513 metros sobre el nivel del mar, mientras el Valle de las Lágrimas está en la zona andina argentina, a poco menos de dos kilómetros de la frontera con Chile y a unos 4.000 metros de altura.
Las temperaturas en este valle durante el otoño y el invierno pueden pasar de los 30 grados bajo cero; en Uruguay la media anual es de aproximadamente 17.5 °C.
Para los sobrevivientes la altura, la temperatura y la nieve eran algo inusual, pero ahora tenían que lidiar con ello, además de la gravedad de algunas lesiones y sin equipo médico ni medicinas.
SEGUNDA PRUEBA
Sin calefacción ni ropa adecuada para esas inclemencias del clima, los supervivientes utilizaron el avión siniestrado como refugio y reutilizaron sus partes, convirtiendo el equipaje en paredes y las fundas de los asientos en mantas.
Quitaron los cojines de los asientos para usarlos como raquetas y poder caminar sobre la nieve.
Usaron su ingenio para improvisar según sus necesidades: “Fito” Strauch derritió nieve sobre las planchas de metal que obtuvo de debajo de los asientos para obtener agua que se acumulaba en botellas de vino, y para evitar la ceguera de la nieve, improvisó anteojos de sol con los parasoles de la cabina del piloto, alambre y una correa de sostén.
TERCERA PRUEBA
Los supervivientes encontraron una cantidad limitada de comida en el avión, como caramelos, vino y mermelada, pero no duró mucho. En 10 días habían muerto seis más y los que no murieron se debilitaron. Así que llegó una tercera prueba: Qué comer.
En consenso llegaron a una solución radical, aunque necesaria, tendrían que comerse a los muertos para poder vivir.
Después de ser rescatados los supervivientes admitieron que habían comido carne humana para mantenerse con vida; defendieron sus acciones. “No puedes sentirte culpable por hacer algo que no elegiste hacer”, declaró Canessa a The Washington Post en 1978.
El canibalismo es mencionado muchas veces en la Biblia (Levítico 26:29; Deuteronomio 28:53-57; Jeremías 19:9; Lamentaciones 2:20; 4:10; Ezequiel 5:10), y se le considera como un acto inhumano; aunque las Escrituras no dan un mandamiento directo contra el canibalismo, desde el principio (Génesis 1:26-27) Dios dejó en claro que la humanidad es única y distinta del reino animal. La humanidad, creada a imagen de Dios, tiene un valor y un honor superior al de los animales.
Los términos canibalismo y antropofagia con frecuencia se utilizan de forma indistinta, sin embargo, no son exactamente iguales: caníbal es aquel que devora a un ser vivo de su propia especie y antropófago es aquel que devora seres humanos.
Propiamente, el acto cometido por los supervivientes de los Andes es necrofagia; en México no se tipifica como delito, pero el Código Penal Federal prevé en el artículo 280 Bis, la pena de 5 a 8 años de prisión, a quien incinere, sepulte, desintegre o destruya total o parcial el cadáver o restos humanos de una persona no identificada, sin autorización de las autoridades competentes en la materia; a su vez el artículo 281 sanciona de 1 a 5 años de prisión a quien profane un cadáver o restos humanos con actos de vilipendio, mutilación, brutalidad o necrofilia.
Obviamente, habría una causa que exime la culpabilidad que es la no exigencia de otra conducta, aunque para otros sería un estado de necesidad.
CUARTA PRUEBA
En diciembre, el número de supervivientes se había reducido a 16; al saber que se ha suspendido la búsqueda, se enfrentaban a una disyuntiva: esperar a morir o buscar ayuda.
Canessa, Nando Parrado y Antonio Vizintín formaron el pequeño grupo de rescate, tendrían que escalar una montaña y esperar encontrar ayuda al otro lado; el viaje inició el 12 de diciembre, a los tres días de la expedición, Vizintín regresó al campamento para que Canessa y Parrado tuvieran más posibilidades de éxito con sus limitadas raciones.
La cinta presenta un alfa y un omega donde un trozo de papel es el protagonista, al principio en la Iglesia circula una lista de los asistentes confirmados al viaje a Chile y le piden a Numa Turcatti que asista; y casi al final, el propio Numa deja una pequeña nota a sus compañeros con la siguiente leyenda: No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.
Es parte del evangelio (Juan 15:13-17) donde Jesús dice a sus discípulos: Ustedes son mis amigos, porque les he contado todo lo que el Padre me dijo. Ustedes no me eligieron a mí, yo los elegí a ustedes. Les encargué que vayan y produzcan frutos duraderos, así el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre. Este es mi mandato: ámense unos a otros.
Y así Numa Turcatti, ese estudiante de derecho de 24 años, que viajó a Chile por invitación de su mejor amigo, Pancho Delgado, se entregó al servicio del grupo, a quienes apenas conocía y dio su vida por los que llamó Amigos, un verdadero acto de amor.
Los 16 sobrevivientes de los Andes son reconocidos como héroes tras la proeza de permanecer durante 72 días en condiciones adversas, pero ¿acaso no serán también héroes los que dieron la vida por los demás, como lo es Numa Turcatti?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…