Indignación

*Sheinbaum con el Discurso Tautológico

*Xóchitl no Lanza el Llamado a Expresarse

*Sentimiento: “Ya me Tiene Hasta la Madre”

*Gobierno Singularizado y sin Resultados

 

EZEQUIEL GAYTÁN 

 

La indignación es un sentimiento complejo debido a que es individual y social. Para fines de este artículo me referiré al ámbito social, pues es el que se despierta cuando se rompe el orden ético, cívico, normativo, administrativo y jurídico establecido. Léase, la indignación nace al quitársele dignidad a las personas, son víctimas de  las injusticias y de ahí que las manifestaciones de ira, colera, rabia e irritación pueden convertirse en violencia, aunque no necesariamente. En una democracia, por ejemplo, los actos autoritarios de un gobierno o de su cínica corrupción despiertan indignación y por lo mismo la sociedad sabe que puede y debe recurrir al voto de castigo y darle oportunidad a otro partido político.

La indignación social es importante porque, en efecto, tiende a ser generalmente afectiva, pero puede ser racional y analizada. Aunque no es lo usual. Consecuentemente el fenómeno de la indignación debe ser estudiado con detenimiento y por eso cuando leo las encuestas de preferencias entre las dos candidatas, Gálvez y Sheinbaum trato de racionalizar los motivos de las respuestas. De entrada, es claro que la candidata de Morena no apela a la indignación, sino a la continuidad, pues dicho tema no está en su órbita discursiva y por eso su discurso es tan plano, tautológico, aburrido y redundante. Por su parte la candidata del Frente Amplio por México, paradójicamente, no recurre a la indignación ante las violaciones sistemáticas a la ley por parte del presidente López Obrador. Lo cual es de llamar la atención, ya que una de las formas de convocar y convencer a los aún indecisos es mediante la indignación.  

 

Lo anterior se debe a que en las encuestas preguntan ¿por quién piensa votar? Y no acerca de los motivos o razones. De entrada, es un tema que la Ley de Protección de Datos Personales nos ampara a fin de que las encuestadoras no hagan ese tipo de inquisiciones. Con lo cual estoy totalmente de acuerdo. Eso hace que sólo mediante el método deductivo se pueda inferir acerca de la indignación social que un gobierno despierta entre su población. En otras palabras, los gobiernos tienen que estar muy atentos a la indignación social, la forma de detectarla y los medios de mitigarla, ya sea mediante el despilfarro de recursos a fin de enmendar los errores, hasta fórmulas de cooptar, comprar o corromper a determinados segmentos sociales. 

 

Identificar la indignación social en una democracia se puede hacer también al analizar los movimientos sociales, las banderas que levantan, el tipo de demandas, la forma de manifestarse, el número cuantitativo de seguidores, los aspectos cualitativos que contiene, las peticiones que propone, la actitud al diálogo, las posibles soluciones que propone y, sobre todo, la legitimidad del movimiento. Otra forma de identificar la indignación social es mediante la cantidad y calidad de simpatizantes “likes” o “me gusta” en las redes sociales; aunque queda claro que son manifestaciones relativas y hay que observarlas con las reservas de cada caso. También existen manifestaciones de indignación social violentas como es el caso de las Autodefensas que, ante la falta de resultados en materia de seguridad pública del gobierno, asumen repuestas tales como las de adjudicarse la justicia en propias manos. Lo mismo podemos decir de los grupos guerrilleros que operan en el país ante la falta de justicia social.

 

En México la indignación tiene sinónimos tales como “ya me tiene hasta la madre” o hasta “la coronilla” y por su carácter afectivo deben considerarse seriamente, pues su falta de análisis y racionalidad nos hace perder de vista la relación Causa-Efecto y por lo mismo podemos llegar a conclusiones erróneas. Por eso es importante analizar las encuestas y sus consecuentes discursos, si acaso los coordinadores de las campañas se toman en serio su trabajo. Si las arengas de las candidatas no toman en cuenta los niveles de indignación sus palabras seguirán siendo demagógicas y no habrá eco positivo entre la población que las escucha.

 

Somos millones de mexicanos los que estamos indignados ante un gobierno que viola sistemáticamente la ley, que sus resultados son mediocres en materia de salud, educación y seguridad pública. Es inconcebible que la demagogia impere y que la gente se agache a cambio de políticas sociales asistencialistas. Se le ha quitado decoro a la gente y no despierta, hasta el momento, con indignación, irritación y enfado. Tal vez está esperando al día de la elección y ahí manifestar su indignación y coraje ante un gobierno que se ha singularizado por su falta de resultados. Es un tema muy importante y ojala en los cuartos de guerra de las candidatas el tema sea considerado. 

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