El exgobernador del Banco de México (Banxico), Gerardo Esquivel, consideró que para el siguiente gobierno se podrían presentar reformas en las capacidades tributarias del país, sin que necesariamente sea una reforma fiscal.
«Se pueden dar reformas en el ejercicio de las capacidades tributarias del Estado, pero se pueden dar sin que se le llame una reforma fiscal como tal», dijo Esquivel al participar en el foro abierto Diálogos por la Transformación.
Cuando se habla de una reforma fiscal se suele pensar en un aumento de la carga tributaria, pero no necesariamente es así, afirmó el economista, quien forma parte del equipo de la precandidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum.
Sin dar más detalles de cómo se podría mejorar la situación de las finanzas públicas ante presiones como el pago de pensiones y los apoyos a Pemex, dijo que estos foros sirven para conocer el punto de vista de especialistas en «temas difíciles como los fiscales, pensiones y Pemex”.
De manera contraria, especialistas consideran necesario que el siguiente gobierno sí plantee una reforma fiscal. La directora general de México Evalúa, Mariana Campos, señaló que está reforma debe tomar en cuenta tres aspectos: el potencial recaudatorio, el fortalecimiento de haciendas locales y la planeación de finanzas públicas sanas.
En el caso de Pemex, Héctor Villarreal, investigador del Tecnológico de Monterrey, consideró que prevalece como uno de los mayores riesgos para las finanzas públicas a futuro, por lo que México se encuentra en un momento perfecto para una política fiscal.
“El siguiente gobierno tendrá que tomar decisiones importantes sobre la empresa, ya que estas decisiones podrían tener un impacto significativo en la economía del país”, agregó.
Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, la petrolera estatal ha recibido una serie de apoyos gubernamentales bajo la premisa de “rescatar la soberanía energética nacional”. Entre 2019 y 2023, el gobierno apoyó con 1.4 billones de pesos a Pemex, entre reducciones de su carga fiscal y aportaciones patrimoniales.
Pese a ello, al cierre del tercer trimestre del año pasado, la compañía registró adeudos por más de 1.86 billones de pesos y se estima que el monto crezca en la medida que no haya una rentabilidad en la producción petrolera de los próximos años