“Maldita ambición de poder”…

Punto de Vista

 

Por Jesús Michel Narváez

 

Sin comprar la maldición, resulta veraz lo que afirma la precandidata presidencial Xóchitl Gálvez.

Está más que claro que al huésped temporal de Palacio Nacional lo perdió la ambición.

Sí, la de quedarse como gobernante por el tiempo que tenga de vida. (Con sus enfermedades, probablemente no alcance a mirar terminada su obra destructiva).

En su cierre de precampaña y ante miles de asistentes a la Arena CdMx, la hidalguense planteó:

“(…) se pierde la libertad, cuando se deja que un gobierno amenace a la democracia por su maldita ambición de poder, cuando pretende destruir y someter a las instituciones como el INE y las instituciones de justicia”.

Se quedó corta en su observación. Busca terminar con algo fundamental para la existencia de México: concentrar el poder y desaparecer el pacto federal para convertirlo en una monarquía.

No entiende que por sus venas corre sangre de plebeyo. 

Aunque la razón asista a Xóchitl, no deja de sorprender la apatía de los ciudadanos. Y no, no se trata de acusarlos. Se trata de observar cómo el derroche de miles de millones de pesos exaltan la figura de la muñequita de ventrílocuo mientras a la opositora se le señala de “majadera” –por ser como es y no un maniquí-, de “representar a los conservadores” –por tener la visión de que los pobres deben dejar de serlo y formar parte de la clase media-, de haber actuado o permitido la corrupción cuando fue jefa delegacional en Miguel Hidalgo –por exhibir, eso sí, la opacidad de su antecesor Víctor Hugo Romo- y de todos los males que sufre el país por ser de los “fifís conservadores”.

Es tiempo de poner los puntos sobre las íes y exponer sin temor alguno las deficiencias criminales del gobierno federal y sus adláteres estatales, municipales y congresistas federales y locales.

La narrativa en el show de los monólogos matinales desde Palacio Nacional, aprieta la descalificación de todo aquello que le impida hacer de las suyas. Es culpa de los periodistas. Son responsables de las masacres. Le sirven a la derecha. Orquestan los ataques. “Que presenten las pruebas”. El comal hablándole a la olla.

Por supuesto que el país, sus habitantes, son más fuertes que las perversas intenciones presidenciales.

El tono de las campañas, será el que determine si hay continuismo, que no continuidad, o si el momento es el del cambio.

Millones de ciudadanos votaron por el señor López. Lo hicieron porque confiaran en que habría cambios sustantivos, que se combatiría la corrupción, se vencería al crimen organizado, se degradaría la producción de narcóticos, se reduciría la violencia, acabaría la falta de fármacos en el Sector Salud, que las gasolinas constarían 10 pesos por litro y que la inseguridad descendería notablemente.

El hartazgo los hizo ilusionarse y la desilusión los acongojó.

Las elecciones del 2 de junio podrían ser el inicio de un nuevo México, en donde los políticos como el huésped temporal de Palacio Nacional, no sientan que el país les pertenece y que sus habitantes son sus súbditos.

Refiere el dicho: cada quién habla como le fue en la feria. Verdad  perogrullesca.

La percepción generalizada es que a más del 60 por ciento de los gobernados –sumando a todos, no solo los que dice el señor López forman el pueblo bueno- les ha ido como en casino de Las Vegas: han perdido todo y sin sentarse en la mesa de póker. Con el tragamonedas bastó.

Xóchitl puede y debe ser la esperanza. ¿Hasta dónde confiar en ella?

Cada ciudadano tiene la capacidad de discernir en libertad y seguramente buscará no equivocarse ¡otra vez!

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

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