Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Contrario a la letra de El triste, de Roberto Cantoral, en cuyo contenido se lee y escucha: ”que triste es decirnos adiós”, en el Congreso de la Ciudad de México se escuchó: Bye, Adieu, Záiján, Ciao y hasta en alemán: Tschüss, sin siquiera acompañar las despedidas con el muy conocido tema “Las Golindrinas“.
La ahora exfiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy Ramós perdió la última batalla y, por supuesto, la guerra.
Apartir de hoy tendrá que desalojar sus oficinas ubicadas en el conocido “Bunker“, en donde entra la gente y en ocasiones no sale.
Quedan muchos temas pendientes por resolver. Y la huella que no deapareció: la muy probable corrupción si no de ella cuando menos avaló las acciones de su cercano equipo. El que la acompañó durante cuatro años en “aras de procurar justicia“.
Uno de ellos, de los más visibles, Ulises Lara, quien trabajo de vocero de la institución y por regla general descalificaba las informaciones que se publicaban y en las que, por ejemplo, el rotativo The New York Times desveló una red de espionaje que se operaba desde el interior de la Fiscalía. El desmentido no se hizo esperar y afirmó que los documentos en los que se basaron los periodistas ¡son falsos!
Su actuación no le permitió hacer buenas migas con los periodistas. Así que si ahora salen algunos cadáveres escondicos en el clóset, nadie se sorprenda.
¿Qué se almacena en los sótanos de la Fiscalía General de la Ciudad de México?
Y no solamente el edificio principal.
En todas y cada una de las instalaciones incluyendo casas de seguridad.
Por la mañana de ayer, un grupo de “espontáneos“ desdobló una lona con el texto: ¡Que se quede!
Seguramente fueron pesonas que de motu proprio decidieron acudir la esquina de Donceles y Allende en agradecimiento por las “grandes acciones en favor de la causa“.
No se burle, así se cuecen las habas en las instituciones de justicia y más en las de esta Capital del País, en donde por quítame estas pajas duerme en el Reclusorio en el que el juez de control este´de guardia.
Nunca cruce palabra con la licenciada Ernestina Godoy Ramos. Jamás la busqué para entrtevistarla y ella nunca me llamó para invitarme un café. Poca difusión encontró en mis espacios de MISIÓN POLÍTICA, excepto cuando había temas de importancia vital como el desplome del convoy de la Línea 12 y que le interesan a los habitamtes de la esta ciudad.
En las últimas semanas le dedique varias entregas. Y no por el surgimiento de una información de ocho columnas, sino por la forma en que pretendió ser ratificada para un segundo periodo como fiscal.
El 13 de diciembre se suspendió la sesión del Pleno del Congreso Local cuando la presidenta de la Junta de Coordinación Política y coordinadora de la bancada guinda observó que no tenía mayoría calificada para obtener la aprobación.
Y expresó: “podemos perder la votación, pero las investigaciones sobre el cártel inmobiliario, no se vana detener“.
Fue un tanto confundir la gimnasia con la magnesia y abonar a la tensión que ya existía entre los oficialistas y las oposiciones.
Luego, la propia exfiscal en conferencia de prensa amenazó: “pronto habrá más detenciones de funciionarios de la Benito Juárez“.
Dirían los clásicos que cosechó lo que sembró. Contra ella, lo que escribo, no es personal. Aquí si cabe decir ni la quiero ni la odio. Cuestioné la manera en que buscó quedarse. Eso es todo.
Y si el anuncio del senador Ricardo Monreal tiene veracidad, a finales de agosto del 2024, doña Tina estrenará escaño en el oropelesco edificio del Senado de la República.
Desde este espacio, el reconocimiento a los legisladores del PAN y del PRI que se mantuvieron firmes y no se dejaron intimidar y el reproche para las diputadas del tricolor Wesly Chantal Jiménez y Mónica Fernández César, quienes ignorando la instrucción de la Comisiión Política del CEN del partido, le regalaron dos votos a doña Tina. La respuesta no se hizo esperar y el dirigente nacional, Alejandro Moreno anunció: serán expulsadas.
Por lo pronto, la despedida en varios idiomas: Bye, Adieu, Záiján, Ciao y hasta en alemán: Tschüss.
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