Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Miles de migrantes caminan por las carreteras que inician en el Suchiate y terminan lo mismo en Tijuana que en Matamoros o Reynosa entre otros puntos de la República Mexicana.
Su sueño es llegar a Estados Unidos y que les concedan el asilo humanitario y/o en su caso, político.
No hay otra ruta entre América Latina y Estados Unidos que no sea el cruce por el territorio nacional, en tratándose de quienes huyen por persecuciones o por hambre.
Hay un punto que resulta altamente preocupante. No todas las personas que forman las caravanas para llegar al punto anhelado, carecen de recursos. Muchas de ellas pagan hasta 15 mil dólares a los conocidos “polleros” que ahora controla el crimen organizado.
¿De dónde sacaron el dinero?… ¿No alcanza para abrir un changarro?
Es sabido que los criminales son los operadores que consiguen internar en el país a miles de migrantes. Ellos, los que argumentan vivir en la pobreza, pagan por el traslado y no hay autoridad en México y en los países expulsores que impidan el beneficio de los “transportistas”. Resulta sospechoso, cuando menos, que las decenas de retenes instalados por la Guardia Nacional en los caminos por donde se tiene, obligadamente, que circular para ir rumbo “al norte”, si detener los autobuses, revisarlos y tener en las manos de los elementos los documentos que acrediten la legalidad del viaje.
De acuerdo con información de corresponsales internacionales y nacionales, una carava de cuando menos 9 mil personas, entre las que se encuentran familias completas con niños pequeños, rompieron la paz navideña e iniciaron la marcha.
Lo hacen horas antes del inicio de la “cumbre” de alto nivel que celebrarán autoridades de Estados Unidos y México. La delegación estadounidense está encabezada por el secretario de Estado Antony Blinken y en la que participarán el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas y Elizabeth Sherwood-Randall, asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
La reunión, según el huésped temporal de Palacio Nacional fue solicitada por el presidente de la Unión Americana Joe Biden, durante una charla telefónica sostenida entre ambos la semana pasada.
Aunque durante seis días el señor López no abordó el tema, en los monólogos matinales de ayer anunció que “nosotros los invitamos”, en una vuelta de tortilla como es su costumbre. Las filtraciones en Washington confirmaron que Biden fue quien propuso la reunión de Alto Nivel.
Más allá de “nimiedades”, lo cierto es que se cuentan por miles, decenas de miles, los migrantes que cruzan la frontera. Algunos de manera legal y se instalan en los refugios del Instituto Nacional de Migración en espera de obtener la visa para avanzar por el territorio nacional. Es conocido que la corrupción es mayúscula y el mal trato inhumano.
A unas horas de iniciar la reunión, bien a bien se desconocen las propuestas que trae la delegación norteamericana y las respuestas que podría ofrecer la mexicana.
El giro de 180 grados dado por el gobierno mexicano que pasó de una política de “brazos abiertos” y que ofrecía trabajo a los migrantes –antes de contratar a los mexicanos- se debió a las exigencias del expresidente Trump y que negoción y aceptó el excanciller Marcelo Ebrard.
El fondo: o construyes un muro con la Guardia Nacional o aplicó 25% de incremento en los aranceles a todos los productos que México nos exporte, de acuerdo con las propias declaraciones del entonces residente de la Casa Blanca.
Para Biden es fundamental que México frene la migración. Es el año electoral el que le preocupa. Y al revés, a López le importa que su “imagen de gobernante humanista” trascienda las fronteras y, además, al dejarlos pasar ejerce una presión inesperada por Washington.
No hay claridad en la postura del gobernante mexicano, porque ha sido admirador de Trump pese al maltrato recibido. Claro, está feliz porque le regaló un bate de beisbol.
Poca cosa para compensarla colocando a miles de elementos de la Guardia Nacional.
Esperáremos a la información oficial para conocer el acuerdo, porque no sabemos cuántos días u horas estará la delegación de Estados Unidos. Es la única que, si proviene de la Casa Blanca tendrá cierto rango de credibilidad, porque si es la que mañana se dará en el show de los monólogos, tendremos que responder: ¡What!
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