ALBERTO F. MENA MALLEN
Mientras el que se dice presidente de los mexicanos lucha con todos los recursos de que dispone, su retórica, los dineros de todos los ciudadanos, de las mentiras, de su ego, de su enojo porque no le salen bien las cosas y ataca sin piedad a quien no está de acuerdo con él, para mantener el poder a toda costa, abajo, el pueblo busca la manera de sobrevivir, con una inflación arriba de 4 por ciento y la subyacente con cerca del 7 por ciento.
El macuspano busca por todos los medios evitar que la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez, le arrebate la presidencia de la República a su corcholata Claudia Sheinbaum, quien tiene todo el apoyo gubernamental, desde gobernadores, presidentes municipales y legisladores locales y federales de Morena, quienes utilizan todo lo que tienen a su alcance para que la científica se mantenga en los niveles de aprobación, principalmente entre sus seguidores, aunque ya no suba su porcentaje. No le importa ante una elección de Estado que se aplica a su favor.
Entre las estrategias del señor de la silla presidencial, está el atacar casi a diario las instituciones que considera que le pueden poner un alto a sus intereses personales, como sucede ahora con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, además de utilizar a sus huestes para desestabilizar al poder electoral federal, el cual quiere tener a modo para que pueda desestimar un posible fraude que prepara para las elecciones de junio del 2024.
Antes, lo hizo con el Instituto Federal Electoral (INE) al que ahorca presupuestalmente, porque quiere desaparecerlo y quitarle a la Suprema Corte, los recursos de los fideicomisos que se han creado para el apoyo de los que trabajan en este poder, pero que afortunadamente hasta ahora no ha podido hacer efectivo tal propósito.
Busca de todas las formas evitar que su 4ª transformación sea desechada por el probable triunfo del Frente Amplio por México, y no tiene empacho en violar la Constitución, las leyes, calumniar a quienes le estorban para sus fines personales y para ello utiliza una guerra frontal en contra de sus opositores y adversarios.
Mientras, los mexicanos buscan la manera de salir adelante a como dé lugar, aunque en muchas ocasiones no es tan fácil avanzar, como ha sucedido con los habitantes de Acapulco y Coyuca de Benítez, quienes a más de un mes de que fueron visitados por el huracán Otis, que devastó estas poblaciones, siguen sin la ayuda necesaria por parte del gobierno federal, quien da a cuentagotas dichos apoyos que han sido mínimos.
Los legisladores de Morena no quisieron destinar recursos extraordinarios para la recuperación de estas localidades.
La promesa del inquilino de Palacio Nacional de que todos los acapulqueños tendrán este diciembre unas felices fiestas y sin problemas, no será cumplida porque hay mínimos avances en la reconstrucción de la ciudad, promesa que como muchas que hizo cuando candidato, solo se quedaron en mentiras a pesar de que presume, en sus informes, que si las ha llevado a feliz término.
En tanto el afortunado tabasqueño solo lamenta los hechos violentos que cada vez son más continuos y que repite cuando se presentan, que se investiga para conocer la verdad de estos, pero la realidad contrasta con sus palabras y con sus acciones, ya que su plan de abrazos y no balazos para combatir a la delincuencia, ha fracasado, lo que no quiere reconocer, a pesar de que su gobierno es el que más muertos recopila de todas las administraciones.
Las masacres que se presentan en el país, cada vez son más frecuentes, mientras que el gobierno federal se avoca a la tarea de investigar los hechos, pero es muy común que todos estos se vinculen con drogas o guerra entre carteles, mientras que las familias de los muertos, piden justicia y que se castigue a los culpables, cuando la mayoría quedan impunes, y otras familias, solo se resignan a perder a sus familiares, ante una pésima justicia que se dispone en el país.
Hay realidades que quedan en la historia de las familias, como lo que relata un lustrador de calzado en Tlalnepantla, quien afirmó que su padre fue desaparecido hace cinco años y nada ha sabido de él; las autoridades solo le han pedido dinero para investigar, pero hasta la fecha no hay resultados, por lo que lamenta la pérdida de su ser querido, pero tiene que seguir viviendo a pesar de esta grave situación por la que atraviesa.
También relató que a él le platicaron sobre un señor desapareció hace ocho años y que un día su familia recibió una llamada para exigir quinientos mil pesos de rescate para que su familiar vuelva a casa, dinero que fue entregado a la delincuencia y el señor pudo ver a sus seres queridos y platicó que fue levantado y llevado a un lugar remoto, donde lo tuvieron trabajando en pésimas condiciones.
Por otra parte, hay personas que tienen que enfrentarse a enfermedades que aparecen de la nada, como de repente sufrir vómitos y diarreas y que tienen que acudir a médicos particulares para aliviarse, porque las instituciones públicas no prestan una adecuada atención a estos hechos al recetar medicamentos básicos que no surten efectos en forma adecuada. Los gastos se elevan porque estos padecimientos se prolongan por días.
La promesa de que tendremos en México un sistema de salud de primera, como el que existe en Dinamarca, ha sido comentada por el hablantín de Palacio Nacional cuando menos en seis ocasiones y es fecha de que no lo ha cumplido, porque aún existe desabasto de medicamentos en las instituciones de salud. Ha prometido que ahora si en marzo próximo, de 2024 lo logrará para acallar las voces críticas que le repiten sus incumplimientos.
Mientras que AMLO avanza en su lucha por el poder, ocupando un puesto de coordinador electoral de Morena, muchas familias padecen las de Caín, ante la carestía, las enfermedades, la violencia que amenaza con aparecerse en sus vidas, además de la falta de oportunidades que les permita superarse y la incertidumbre de lo que pueda pasar a futuro.