Con el lenguaje diplomático que corresponde, el nuncio papal, Joseph Spiteri, se pronunció por abandonar los sentimentalismos y ver la realidad para cuestionar los abusos de poder y la corrupción.
Al oficiar la misa con motivo de la Navidad en la centenaria Iglesia de la Virgen de la Concepción ubicada en el pueblo de Tlacopac, el sacerdote maltés planteó que es imprescindible exigir el respeto a la dignidad de las personas, más allá de las diferencias y apariencias.
Construir puentes para el diálogo y el entendimiento entre las personas, es el camino que conduce a la felicidad, expresó.
Con un rating sorprendente y poder de convocatoria, el sacerdote que fue nombrado por el Papa Francisco en sustitución de Franco Coppola el 7 de julio de 2022 procedía de Líbano, en donde desempeñó el mismo papel: embajador del Vaticano.
Sin mencionar nombres –pero dejando entender que se refería a México- y sin elevar el tono de la voz, precisó la urgencia de mirar el presente para vivir el futuro.
