Mezquindad y abuso de poder

Punto de Vista

 

Por Jesús Michel Narváez

 

Desde el momento en que se autorizó la venta de vacunas contra las recientes variantes del Covid-19, el Estado falló en su responsabilidad de atender a millones de personas que carecen de recursos para adquirirlas.

El gobierno encabezado por Andrés Manuel López decidió comprar –sin mostrar el costo unitario y la documentación de importación y la factura pagada- las vacunas de sus cuates. Hizo el pedido a Cuba para el envío de miles –porque no se ha informado la cantidad- de un antígeno no autorizado por la Organización mundial de la Salud ni en tiempo de emergencia, llamado Abdala. Y para quedar bien con el que presume ser el jefe de la mafia izquierdista en el mundo, compró otra cantidad al dictador de la Federación Rusa, de Sputnik V. Las dos vacunas son obsoletas porque, concediendo sin aceptar que sirvieran, fueron producidas para combatir la primera cepa del virus que invadió al mundo, literalmente y cobró millones de vidas.

Son antígenos desfasados y aun así el inquilino de Palacio Nacional las adquirió para que los “pobres no se quedaran sin la aplicación”.

Es responsabilidad del Estado mexicano proveer los medicamentos para que sus gobernados encuentren los estados de salud necesarios. Más cuando se carece de recurso económico para comprar los medicamentos, ya preventivos, ya de refuerzo.

¿Por qué regala la Abdala y Sputnik V y permite que Pfizer y Moderna las vendan?… ¿por qué no las adquirió si están avaladas por la OMS y está producidas para atender las nuevas variantes del virus?

No hay explicación y menos cuando destina 120 mil millones para “terminar el Tren Maya” al que, supuestamente, le faltan “detalles” para que la obra quede concluida. Y la refinería Olmeca se ha convertido en el barril, no de petróleo sino sin fondo y se trata de “soldar” la parte inferior para que finalmente refine. Mientras, la destinan más recursos. A Pemex le inyectan vacunas de primera línea y el costo lo pagan todos los contribuyentes.

¿Le importan más sus obras faraónicas y las Empresas (im)Productivas del Estado que la salud de sus gobernados?

La realidad supera los monólogos matinales en los que “todo está requetebién” y, aunque incumple la promesa de un sector de salud como el de “Dinamarca”, se inventa la “superfarmacia” después de ser responsable de miles de  muertes por falta de fármacos y servicios de salud al cancelar el Seguro Popular “porque es nido de corrupción”, lo sustituye con el INSABI en donde fracasó y la Auditoría Superior de la Federación detectó multimillonarios desvíos.

La mezquindad presidencial se huele a millas de distancia.

Lo regaña Joe Biden y trata de ser chistosito. Abandona a los guerrerenses y les falta al respeto cuando dice: “sobrevolé anoche la zona –no se ha ensuciado los zapatos para nada- y veo que van a pasar una mejor navidad… vi muchos foquitos navideños encendidos”.

Es insensible. A los jóvenes asesinados en Celaya y Salvatierra, los consideró prácticamente drogadictos.

Y para no errar en las afirmaciones, reconoce que las “todas alianzas son buenas” cuando se tienen principios.

Lo dicho comendador: es mezquino a lo grande.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

 

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