El grupo constructor Carso, propiedad del magnate mexicano Carlos Slim, adquirió por 530 millones de dólares el 50% de las acciones de PetroBal en un reservorio de hidrocarburos fósiles localizado en aguas someras del Golfo de México, confirmó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
La firma petrolera de la familia mexicana Baillères vendió a Slim sus acciones de un bloque en aguas mexicanas llamado Ichalkil y Pokoch, para la explotación de crudo ubicado frente al estado de Campeche (sureste), que tiene reservas petroleras probadas de más de 500 millones de barriles de petróleo bajo el lecho marino.
«Queda en manos de mexicanos y estoy seguro que se va a invertir en la extracción de petróleo», declaró el mandatario.
López Obrador celebró la operación de compraventa, a pesar de que el contrato con el Estado mexicano data del 2016, cuando se implementó una reforma energética que abrió el sector petrolero a la inversión privada y extranjera, que la actual administración cuestiona en forma tajante.
El otro dueño de Ichalkil y Pokoch es el gigante petrolero ruso Lukoil, que adquirió las operaciones de la filial de la estadounidense Fieldwood Energy —que era dueño del otro 50% de las acciones—, en una operación que comenzó en 2021 y se consumó en febrero de 2022, según registros de la autónoma Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
El proyecto de explotación de hidrocarburos contiene dos campos petroleros localizados a 85 kilómetros de la costera Ciudad del Carmen, Campeche (sureste), donde el Estado mexicano recibe una contraprestación de 74% de la utilidad operativa, regalías por el volumen de extracción, e impuestos acordados por las firmas con la CNH.
El presidente mexicano relató: «se entregó a una empresa mexicana un bloque para la explotación de petróleo en el mar de Campeche, una empresa que se llama PetroBal, que era del finado Alberto Baillères, se asociaron con otras empresas, pero no lograron el desarrollo deseado ni se invirtió lo suficiente».
En enero de 2016, en el marco de los concursos de licitación pública internacional de bloques marinos y terrestres con hidrocarburos (petróleo y gas) en el subsuelo, las empresas PetroBal y Fieldwood ganaron la adjudicación de la llamada Área Contractual Número 4, donde están ubicados los dos campos.
El consorcio ruso-mexicano cuenta con cinco pozos petroleros y dos plataformas de extracción de crudo. El área contractual comprende los campos petroleros Ichalkil — Pokoch, que desde el 2022 se encuentran en producción y ahora extraen 16.350 barriles de crudo equivalente por día, según reportes del consorcio a la CNH.
El contrato internacional (CNH-R01-L02-A4/2015) fue otorgado como mejor propuesta económica en el marco de la histórica apertura del sector energético mexicano a la competencia de firmas privadas y extranjeras, que puso fin a ocho décadas de monopolio estatal.
Aunque la actual Administración federal mexicana (2018-2024) no promovió una contrarreforma energética constitucional en el sector petrolero, impulsó leyes secundarias a favor del Estado en la generación eléctrica por energía renovable (eólica y fotovoltaica), que han sido objetadas por firmas de EEUU y Canadá.
Empresas de esos países elevaron el caso a un panel de solución de controversias por inversiones de más de 10.000 millones de dólares en el marco del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica.
Slim se ha sumado este año a un esfuerzo de exploración petrolera, en una estrategia energética estatal con altas inversiones en la refinación de crudo —construyendo una nueva refinería y modernizando las otras seis plantas—, para dejar de importar gasolinas a EEUU y poner fin a la exportación de crudo.
En mayo, el Grupo Carso de Slim adquirió el 49,9% de la participación en Talos México, empresa que pertenece a la estadounidense Talos Energy —basada en Houston, Texas— que tiene una participación de 17% en el yacimiento gigante llamado Zama.
La petrolera estadounidense anunció la compra-venta por 124,75 millones de dólares de sus acciones en ese campo, que alcanzará su primera producción en 2025, con unos 180.000 barriles al día de crudo y 70 millones de pies cúbicos diarios de gas.
La fortuna de Slim —magnate de las telecomunicaciones que diversifica sus inversiones— superó por primera vez la marca de los 100.000 millones de dólares el 15 de diciembre, doce años después de ser coronado como la persona más rica del mundo, según la agencia financiera Bloomberg.
Slim es integrante del Consejo Asesor Empresarial de la presidencia de López Obrador, junto con multimillonarios como Germán Larrea, del minero Grupo México; Carlos Hank, de Grupo Financiero Banorte; y Bernardo Gómez, de Televisa, entre otros.(Sputnik)