Las inversiones de Pekín en materias primas, energías renovables y producción de litio en Latinoamérica «le está haciendo temer a Casa Blanca», tanto por las implicaciones geopolíticas, como por el impacto económico sobre el papel regional de EEUU que compite por dominar el mercado energético latinoamericano, afirman desde ‘Oilprice.com’.
En los últimos años, China se ha ido involucrando cada vez más en el sector energético de América Latina a medida que expandía sus operaciones mineras y otras relacionadas con la energía por toda la región.
El gigante asiático ha ido estrechando gradualmente sus lazos económicos y de seguridad con varios países latinoamericanos en los últimos 20 años, en particular con Brasil y Venezuela. Sin embargo, en opinión de Felicity Bradstock desde el portal Oilprice.com, «Pekín parece estar invirtiendo ahora aún más en la región, ya que supera a Estados Unidos como mayor socio comercial de Sudamérica».
Las inversiones de Pekín en materias primas, energías renovables y producción de litio en Latinoamérica «le está haciendo temer a Casa Blanca», tanto por las implicaciones geopolíticas, como por el impacto económico sobre el papel regional de EEUU que compite por dominar el mercado energético latinoamericano, afirman desde ‘Oilprice.com’.
En los últimos años, China se ha ido involucrando cada vez más en el sector energético de América Latina a medida que expandía sus operaciones mineras y otras relacionadas con la energía por toda la región.
El gigante asiático ha ido estrechando gradualmente sus lazos económicos y de seguridad con varios países latinoamericanos en los últimos 20 años, en particular con Brasil y Venezuela. Sin embargo, en opinión de Felicity Bradstock desde el portal Oilprice.com, «Pekín parece estar invirtiendo ahora aún más en la región, ya que supera a Estados Unidos como mayor socio comercial de Sudamérica».
América Latina exporta a China varios productos, entre ellos soja, cobre, petróleo, aceite y otras materias primas a cambio de productos manufacturados de mayor valor añadido. Pekín ha establecido acuerdos de libre comercio con varios países latinoamericanos, entre otros Chile, Costa Rica, Ecuador, Perú, como parte de su Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).
Además, China «ha inyectado en la región enormes cantidades de dinero» en forma de inversiones en proyectos y préstamos, en un intento de mejorar la cooperación Sur-Sur.
En el marco de la crisis energética en EEUU y la UE, provocada por las restricciones contra los hidrocarburos rusos, el Gobierno de Biden ha buscado diversificar su combinación energética y establecer vínculos y cadenas de suministro energéticos regionales.
En este contexto, solo entre 2000 y 2018, China ya ha invertido alrededor de 73.000 millones de dólares en el sector de las materias primas de América Latina, desarrollando refinerías y plantas de procesamiento en regiones con abundantes suministros de carbón, cobre, gas natural, petróleo y uranio, informa el artículo.
Asimismo, en los últimos años Pekín ha aumentado su inversión en la producción de litio —necesario para la fabricación de baterías de iones de litio para vehículos eléctricos— en los países del Triángulo del Litio: Argentina, Bolivia y Chile. De hecho, se cree que China controla alrededor del 70% de la producción mundial de este metal, subraya el medio.
La empresa estatal PowerChina tenía unos 50 proyectos en la región para 2022, y el Banco de Desarrollo de China ha proporcionado financiación para varios proyectos solares y eólicos por toda América Latina.(Sputnik)