Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Dante Delgado lo volvió a hacer: rompió el Pacto con Moreno y Ricardo Monreal fracasó en recomponerlo.
Y Ernestina Godoy quedó en el limbo cuando “sus diputados” abandonaron el salón, se quebró el quórum ante la sobra de una estrepitosa derrota en la ratificación de la “fiscala carnala”.
Dos hechos que revela con claridad que las oposiciones, aunque oportunistas como la encabezada por Delgado, no están dispuestas a ceder todo a cambio de nada.
En el caso del nombramiento de la nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, será el presidente de la República el que haga uso de la facultad constitucional y designe, de manera directa, a la nueva integrante de la SCJN, lo que marcará la historia del Senado y de la Corte por ser la primera ocasión en que ocurre una situación similar.
Los coordinadores de las bancadas en el Senado de la República: Eduardo Ramírez Aguilar (Morena), Julen Rementería (PAN), Clemente Castañeda (MC), Manuel Añorve (PRI, Geovanna Bañuelos (PT), Manuel Velasco (PVEM) habían tomado el acuerdo para que se aprobara el nombramiento de la ministra y, al mismo tiempo, los 3 comisionados del INAI, los 2 magistrados del TEPJF, además de los magistrados de las Salas Regionales y otros nombramientos, hasta llegar a 111 y los abusivos de la mayoría simple condicionaron sacar a la ministra y en otra sesión, el resto de los pendientes.
Así no, les dijo Dante, quien acusó que el acuerdo era un reparto entre los partidos. Y no le gustó.
Por cuanto a Ernestina Godoy Ramos, el santo lo trae de espalda. Primero, cuando anunció su intención de ser ratificada en el cargo, se mostró sobradita. Después de las actitudes de los legisladores del PAN, PRI y PRD de mostrar sus cartas y decidir no avalar la prolongación por cuatro años más, comenzó a bajar el tono. Sin embargo, en conferencias de prensa –algo inusitado, porque no las concede aunque haya temas importantes que abordar y explicar- planteó que la justicia no es un asunto político y arremetió contra los diputados, fundamentalmente los del PAN, a quienes siguió exhibiendo al señalar que las carpetas por el Cártel Inmobiliario seguirían adelante además de anunciar que habría nuevas.
Las mayorías de la alianza Juntos Haremos Historia en el Congreso de la Unión, Cámara de Diputados y Senado de la República y en el Congreso de la Ciudad de México, no les alcanzan para tener mayoría calificada, necesaria constitucionalmente para temas como los aquí abordados.
Le legislatura federal contaba con mayoría con sus aliados que le daban la calificada y con ella hicieron, no sin el apoyo de las oposiciones en cuatro casos, sacar adelante reformas constitucionales. A la mitad del sexenio, con la renovación total en la Cámara de Diputados, desapareció la mayoría calificada cuando los ciudadanos les negaron el voto a los candidatos de Morena y aliados, PT y PVEM y optaron por confiar en los de la coalición Va por México.
