El efecto del techo al precio del petróleo ruso «está lejos de lo que podría lograrse»

Esto indica un nuevo informe del Centro finlandés de Investigación sobre Energía y Aire Limpio CREA. De acuerdo con su análisis, los operadores suelen ignorar los precios máximos ‘permitidos’ y venden combustible a un precio más alto.
El grupo G7, conformado por Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, el Reino Unido, Italia y Japón, en conjunto con Australia, a finales del 2022 acordaron limitar a 60 dólares el precio máximo del barril de petróleo procedente de Rusia con el objetivo de doblegar su economía al mermar una de sus grandes fuentes de ingresos: los hidrocarburos.
La idea de imponer un tope de precios en las adquisiciones de petróleo ruso inicialmente fue propuesta por Washington. La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, aseguró que el límite de los 60 dpb sería probablemente suficiente para frenar la participación de Rusia en los mercados internacionales y permitir al mismo tiempo una producción rentable.

«La contención de precios ha surtido efecto, pero no ha estado a la altura de su potencial (…) El efecto decreciente de las sanciones se debe al fracaso de los Gobiernos del G7 y de la UE a la hora de hacer cumplir y endurecer el límite de precios», señala el informe.

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