Además de superar a EEUU en el número total de buques de guerra a finales de 2021, China también ha hecho grandes avances en el ámbito de la construcción y detección de submarinos. Nuevos logros que aumentan la posibilidad de que, en caso de crisis, la poderosa Armada estadounidense se vea eclipsada.
La destreza militar y tecnológica de la Armada china frente a la del país norteamericano en el ámbito de la construcción de submarinos y la guerra antisubmarina avanza a buen ritmo, y «la era del dominio total de los submarinos estadounidenses» sobre el Estado asiático está llegando a su fin, procede del artículo de The Wall Street Journal.
De acuerdo con la publicación, China «está estrechando» gradualmente la brecha que la separa de EEUU en los complejísimos campos de la tecnología submarina y la detección submarina. Estos avances no solo amenazan la estrategia regional del Pentágono de encerrar a su rival de Asia en sus puertos, sino que a largo plazo podrían poner en entredicho la supremacía naval estadounidense en todo el mundo.
En concreto, a principios de 2023, una investigación del Instituto de Estudios Marítimos de China de la Escuela de Guerra Naval de EEUU prestó atención en los avances chinos en reactores nucleares eficientes, sistemas de propulsión por chorro silenciosos y dispositivos internos de silenciamiento. Los últimos están basados en la «innovación imitativa» de la tecnología rusa, lo que puede aumentar considerablemente las capacidades de baja detectabilidad de los futuros submarinos de propulsión nuclear de la Armada china.
Asimismo, se puede recordar las imágenes satelitales del astillero de Huludao en Liaoning, al noreste de China, tomadas en 2022, que captaron la construcción de secciones de cascos de submarinos de un tipo completamente distinto a los que el país tenía antes, y los más grandes jamás vistos allí.
Los medios de comunicación estadounidenses, citando información filtrada de la Armada de EEUU, ya dieron la voz de alarma en otoño de 2022 sobre la impresionante capacidad de construcción naval de China, con 23,2 millones de toneladas al año, frente a las 100.000 toneladas anuales de EEUU. Por consiguiente, el Estado es capaz de construir buques de guerra a un ritmo unas 200 veces superior al estadounidense en caso de apuro.
Además de lo notado, hay que tener en cuenta la rápida construcción por la Armada china de una vasta red de sensores submarinos en el mar de China Meridional y otras zonas cercanas, conocida como la Gran Muralla Submarina, para vigilar la actividad de submarinos, buques de guerra de superficie y aviones. La medida significa que al Pentágono le resultará más difícil situar sus fuerzas en zonas próximas a la nación asiática.
La Gran Muralla Submarina incluye una vasta red de sensores de sonar pasivos y activos, además de drones submarinos y de superficie teledirigidos que pueden vigilar la actividad enemiga. Lo importante es que varias fuentes creen que la construcción está a punto de concluir.
No es todo. China también realiza muchos trabajos en el ámbito de la detección de silenciosos submarinos estadounidenses de ataque y de misiles de crucero, combinando la vigilancia mediante boyas y drones con el uso de la aviación.
«Las implicaciones para EEUU y sus aliados del Pacífico muy profundas», afirmó el exoficial de la Marina estadounidense, Christopher Carlson, al señalar los quebraderos de cabeza a los que se enfrentará EEUU y los recursos adicionales que necesitará para localizar y seguir la pista de la nueva generación de submarinos nucleares silenciosos de China.
Desde un punto de vista estratégico, señala la publicación, las maniobras que EEUU daba por seguras, como poder acercarse a las costas chinas, ya no lo serán, pues los submarinos nucleares de la flota china son capaces, por ejemplo, de neutralizar a los buques de guerra estadounidenses que se aproximen antes de que puedan alcanzar Taiwán en caso de crisis.
«Va a ser muy difícil encontrar un sumergible tan silencioso», reconoció Carlson acerca de la amenaza submarina china, prediciendo que los nuevos barcos chinos serán probablemente tan silenciosos como los submarinos de ataque nucleares de cuarta generación de la clase Shchuka-B del Proyecto 971 que la Unión Soviética y luego Rusia empezaron a desplegar en las décadas de 1980 y 1990.
La flota china de 79 submarinos incluye al menos 16 submarinos nucleares de ataque y misiles balísticos, entre ellos seis submarinos de ataque Tipo 093 y seis barcos de misiles balísticos Tipo 094 que patrullan de forma «casi continua» entre la isla de Hainan y el mar de China Meridional. Pero Carlson advirtió que la nación asiática podría construir hasta el triple del ritmo actual de EEUU, con una media de 1,2 submarinos al año. Sputnik